Baltazar Porras, mujeriego, farandulero y golpista
Credito: Archivo
24 de abril 2009. - “El Obispo Baltazar Porras es mujeriego y tiene hijos, los delitos penales y los antecedentes golpistas de
don Baltazar Porras Cardozo son como para compilarlos en varios
volúmenes; someramente referiremos algunos...".
"El gusanillo que le picó al obispo Fernando Lugo de Paraguay, es diferente. Lugo, como todo humano cayó en pecadillos de faldas, y se le han encontrado varios hijos, pero bueno, eso le pasa a casi todos los obispos, y para ellos está sobreentendido que eso no tiene nada de malo y que es además “muy humano”. Para el Vaticano es de humano “pecar por faldas” y violar niños y niñas, dicen".
"Pero Lugo no anduvo dándoselas de dandy, rumbeando descaradamente con mujeres, como sí lo hizo Porras, empinándose garrafas de vino en las Ferias del Sol de Mérida al lado de un farandulero como William Dávila Barrios, por ejemplo. No, don Fernando Lugo era mucho más recatado y es por cierto mucho más leído y culto. Porras no sabe ni redactar una carta, la verdad sea dicha. Tiene el título de cronista de la ciudad de Mérida y se busca a estudiantes de la Facultad de Humanidades de la ULA para que le hagan todos esos trabajitos que luego publica". Así declaró en entrevista exclusiva para Aporrea el historiador y profesor universitario José Sant Roz.
¿En qué te basas para decir que el Obispo Baltazar Porras tiene hijos?
- Realmente, Baltazar es un hombre que nació para ser farandulero, y las historias sobre su vida disipada corren por toda Mérida. Cuando en el año 2.000, Giandoménico Puliti, lamentablemente asesinado por unos sicarios con un tiro en la cabeza, y yo, recogíamos información para escribir el libro “Obispos y Demonios”, visitamos a muchos curas para conocer a la iglesia merideña por dentro. No podemos en absoluto revelar los nombres de estos sacerdotes, meritorios que nunca se han metiendo en el tema de la política. No obstante, todos coincidían en que la conducta de Porras era lo más lejano de un hombre espiritual, preocupado por su feligresía. Todo lo contrario, un tipo cuya pasión son los toros, el fútbol y las francachelas. Su trabajo pastoral lo dedicaba básicamente a frecuentar las casas de los ricos, echar agua bendita a bancos y resorts y vivir viajando por Europa. Pues bien, un sacerdote muy ligado a él nos refirió que Baltazar Porras tenía un hijo que engendró cuando vivía en Calabozo, y que el muchacho con cierta frecuencia le visita en el palacio Arzobispal. Para más datos te diré, que en estos días estará circulando en Mérida la novela del poeta Pedro Pablo Pereira titulada “La Barragana del Obispo”, que trata de la vida de Baltazar, y te aseguro que causará mucha sensación e impacto en toda Venezuela. Ahí se puede encontrar mucha más información sobre este punto que me preguntas.
¿Cómo se llevaba esa vida suya tan desordenada con su función de Arzobispo en Mérida?
- Mira, los amigos de Baltazar todos son tipos sin cultura, dedicados a la política de partido y a los negocios mercantiles. Íntimo amigo de Baltazar es el ex gobernador William Dávila Barrios, todos esos mediocres profesores, que han sido rectores de la ULA. La burguesía merideña, que por cierto nada tienen de caballero y que les gusta el traguito y la buena mesa. Cuando andaba con Puliti indagando sobre estos obispos, otro sacerdote muy metido en la Curia nos refirió que allí se hacían bacanales, y agregó que un grupo de cursillistas estuvo completando una serie de procedimientos para acusar a don Baltazar en Roma. Tenían hasta vídeos sobre el asunto. Por todas estas barbaridades, monseñor Porras perdió la amistad de padres muy respetables como Hugo Anzil y Ramón Flores.
¿Y tú no crees que ese hijo de Porras pueda hablar?
- Lo dudo. Él debe estar muy bien cuidado, ya que es un hombre de unos 27 años de edad. No hablaría porque Porras no tiene el poder declarado del obispo Lugo en Paraguay para dar canonjías, prebendas y cargos. Se le supone todavía que públicamente es un célibe, mientras que a Lugo se lo disputan todas porque ya no es obispo. Y con todo derecho sus ex mujeres le reclaman su ingratitud. Baltazar es sólo un obispo, que desde su trono puede ayudar mejor a sus hijos, calladamente. Y seguramente la madre de este joven sufriría mucho. No hace falta y es lo que suele suceder en estos casos. Mejor le resulta a la familia quedarse callada. Porque por otra parte si los hijos y las mujeres de Porras hablaran, inmediatamente se desataría por los medios una brutal defensa del inculpado, y nada bien parada quedarían quienes le reclamarían nexos filiales con él. Imagínate, si esa gente con los medios pudo volver trizas todas las pruebas que señalaban a Mezerhane, Patricia Poleo y el obispo Rosalio Castillo Lara, en el asesinato de Danilo Anderson, eso de las barraganas y los hijos de Baltazar resultaría todo un juego de niños.
¿Tú crees que la Conferencia Episcopal lo defendería en un caso tan grave?
- Eso sería para ellos hasta una diversión. Fíjate que hoy, en el diario mejicano La Jornada, aparecen unas declaraciones del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Leopoldo González González, defendiendo al párroco de Jalapa, Rafael Muñiz López, a quien se acusa de ser parte de una red de distribuidores de pornografía infantil por Internet. Pues bien, ¿qué dijo el señor Leopoldo González González a los periodistas?, nada menos que esto: aseguró que casos como esos “hacen ver a los sacerdotes más humanos” ante su feligresía, lo que provoca que se les “aprecie” en mayor medida, y recalcó muy firmemente: “Al contrario, entre más humanos nos vean más nos van a apreciar”. Así pues, que para la CEV, el caso de los hijos de Porras lo haría mucho más humano para ellos. La rehostia, vale.
"El gusanillo que le picó al obispo Fernando Lugo de Paraguay, es diferente. Lugo, como todo humano cayó en pecadillos de faldas, y se le han encontrado varios hijos, pero bueno, eso le pasa a casi todos los obispos, y para ellos está sobreentendido que eso no tiene nada de malo y que es además “muy humano”. Para el Vaticano es de humano “pecar por faldas” y violar niños y niñas, dicen".
"Pero Lugo no anduvo dándoselas de dandy, rumbeando descaradamente con mujeres, como sí lo hizo Porras, empinándose garrafas de vino en las Ferias del Sol de Mérida al lado de un farandulero como William Dávila Barrios, por ejemplo. No, don Fernando Lugo era mucho más recatado y es por cierto mucho más leído y culto. Porras no sabe ni redactar una carta, la verdad sea dicha. Tiene el título de cronista de la ciudad de Mérida y se busca a estudiantes de la Facultad de Humanidades de la ULA para que le hagan todos esos trabajitos que luego publica". Así declaró en entrevista exclusiva para Aporrea el historiador y profesor universitario José Sant Roz.
¿En qué te basas para decir que el Obispo Baltazar Porras tiene hijos?
- Realmente, Baltazar es un hombre que nació para ser farandulero, y las historias sobre su vida disipada corren por toda Mérida. Cuando en el año 2.000, Giandoménico Puliti, lamentablemente asesinado por unos sicarios con un tiro en la cabeza, y yo, recogíamos información para escribir el libro “Obispos y Demonios”, visitamos a muchos curas para conocer a la iglesia merideña por dentro. No podemos en absoluto revelar los nombres de estos sacerdotes, meritorios que nunca se han metiendo en el tema de la política. No obstante, todos coincidían en que la conducta de Porras era lo más lejano de un hombre espiritual, preocupado por su feligresía. Todo lo contrario, un tipo cuya pasión son los toros, el fútbol y las francachelas. Su trabajo pastoral lo dedicaba básicamente a frecuentar las casas de los ricos, echar agua bendita a bancos y resorts y vivir viajando por Europa. Pues bien, un sacerdote muy ligado a él nos refirió que Baltazar Porras tenía un hijo que engendró cuando vivía en Calabozo, y que el muchacho con cierta frecuencia le visita en el palacio Arzobispal. Para más datos te diré, que en estos días estará circulando en Mérida la novela del poeta Pedro Pablo Pereira titulada “La Barragana del Obispo”, que trata de la vida de Baltazar, y te aseguro que causará mucha sensación e impacto en toda Venezuela. Ahí se puede encontrar mucha más información sobre este punto que me preguntas.
¿Cómo se llevaba esa vida suya tan desordenada con su función de Arzobispo en Mérida?
- Mira, los amigos de Baltazar todos son tipos sin cultura, dedicados a la política de partido y a los negocios mercantiles. Íntimo amigo de Baltazar es el ex gobernador William Dávila Barrios, todos esos mediocres profesores, que han sido rectores de la ULA. La burguesía merideña, que por cierto nada tienen de caballero y que les gusta el traguito y la buena mesa. Cuando andaba con Puliti indagando sobre estos obispos, otro sacerdote muy metido en la Curia nos refirió que allí se hacían bacanales, y agregó que un grupo de cursillistas estuvo completando una serie de procedimientos para acusar a don Baltazar en Roma. Tenían hasta vídeos sobre el asunto. Por todas estas barbaridades, monseñor Porras perdió la amistad de padres muy respetables como Hugo Anzil y Ramón Flores.
¿Y tú no crees que ese hijo de Porras pueda hablar?
- Lo dudo. Él debe estar muy bien cuidado, ya que es un hombre de unos 27 años de edad. No hablaría porque Porras no tiene el poder declarado del obispo Lugo en Paraguay para dar canonjías, prebendas y cargos. Se le supone todavía que públicamente es un célibe, mientras que a Lugo se lo disputan todas porque ya no es obispo. Y con todo derecho sus ex mujeres le reclaman su ingratitud. Baltazar es sólo un obispo, que desde su trono puede ayudar mejor a sus hijos, calladamente. Y seguramente la madre de este joven sufriría mucho. No hace falta y es lo que suele suceder en estos casos. Mejor le resulta a la familia quedarse callada. Porque por otra parte si los hijos y las mujeres de Porras hablaran, inmediatamente se desataría por los medios una brutal defensa del inculpado, y nada bien parada quedarían quienes le reclamarían nexos filiales con él. Imagínate, si esa gente con los medios pudo volver trizas todas las pruebas que señalaban a Mezerhane, Patricia Poleo y el obispo Rosalio Castillo Lara, en el asesinato de Danilo Anderson, eso de las barraganas y los hijos de Baltazar resultaría todo un juego de niños.
¿Tú crees que la Conferencia Episcopal lo defendería en un caso tan grave?
- Eso sería para ellos hasta una diversión. Fíjate que hoy, en el diario mejicano La Jornada, aparecen unas declaraciones del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Leopoldo González González, defendiendo al párroco de Jalapa, Rafael Muñiz López, a quien se acusa de ser parte de una red de distribuidores de pornografía infantil por Internet. Pues bien, ¿qué dijo el señor Leopoldo González González a los periodistas?, nada menos que esto: aseguró que casos como esos “hacen ver a los sacerdotes más humanos” ante su feligresía, lo que provoca que se les “aprecie” en mayor medida, y recalcó muy firmemente: “Al contrario, entre más humanos nos vean más nos van a apreciar”. Así pues, que para la CEV, el caso de los hijos de Porras lo haría mucho más humano para ellos. La rehostia, vale.
