Jóvenes, más jovencitos, adultos, mayorcitos y en grandes proporciones de la tercera edad, profesionales, campesinos, amas de casa, estudiantes y demás, son vistos a diario en el nuevo oficio: llevando productos a Cúcuta
El sentido de pertenencia o el amor al país, al parecer para muchos se ha ido perdiendo, por cuanto estiman más importante hacerse a un dinero extra, de manera rápida, utilizando las vías del contrabando, que trabajando debidamente, sin perjudicar a la gran mayoría y no colaborando con la escasez de productos, que son llevados al otro lado de la frontera, donde algunos dicen que la “conciencia venezolana” se pierde o cuesta algunos pesos.
Jóvenes, más jovencitos, adultos,
mayorcitos y en grandes proporciones de la tercera edad, profesionales,
campesinos, amas de casa, estudiantes y demás, son vistos a diario en el
nuevo oficio: llevando productos a Cúcuta, en lo que vulgarmente se ha
dado en llamar “bachaqueo”.
Todo comienza desde el terminal de pasajeros de La Concordia, sobre todo en los expresos o unidades autobuseras, carritos por puestos oficiales, que son los que más pasajeros tienen durante todo el día, pues más de 1.500 personas ejercen esta función todo el día.
Dese las 4:00 de la mañana, hasta las 10:00 de la noche, se practica esta tarea: son solo dos bolsas negras que lleva una persona. El “reciclaje” de pasajeros es a diario, quienes viajan en el primer turno, el de la madrugada, a las ocho de la mañana ya están de vuelta, con 1.200 bolívares de ganancia, incluyendo todos los gastos, según afirmó César, quien se quejaba porque el por puesto tuvo que tomar por Peracal-Las Dantas y eso le representaba mucho tiempo perdido.
Todo comienza desde el terminal de pasajeros de La Concordia, sobre todo en los expresos o unidades autobuseras, carritos por puestos oficiales, que son los que más pasajeros tienen durante todo el día, pues más de 1.500 personas ejercen esta función todo el día.
Dese las 4:00 de la mañana, hasta las 10:00 de la noche, se practica esta tarea: son solo dos bolsas negras que lleva una persona. El “reciclaje” de pasajeros es a diario, quienes viajan en el primer turno, el de la madrugada, a las ocho de la mañana ya están de vuelta, con 1.200 bolívares de ganancia, incluyendo todos los gastos, según afirmó César, quien se quejaba porque el por puesto tuvo que tomar por Peracal-Las Dantas y eso le representaba mucho tiempo perdido.
“De algo tengo que vivir”
En una de las unidades autobuseras, donde los efectivos militares hicieron operativo, se conocieron varias versiones de las razones -según ellos- por las cuales hacen la actividad del momento, conocida como “bachaqueo”.
En una de las unidades autobuseras, donde los efectivos militares hicieron operativo, se conocieron varias versiones de las razones -según ellos- por las cuales hacen la actividad del momento, conocida como “bachaqueo”.
A ninguno se le preguntó el nombre, por razones
obvias -seguramente ni siquiera eso iban a decir-. A una señora, que le
requirió el militar abriera su bolso, le encontraron aceite, leche,
harina, arroz, entre otras cosas. Cuando el funcionario militar le
indicó que se bajara, alcanzó a decir: “es para uso personal, para mi
familia”. El funcionario le respondió que. si era para la familia, por
qué los llevaba escondidos. La respuesta fue patética: “de algo tengo
que vivir”.
Un alto porcentaje de los viajeros llevaban su
mercado. “Todos alegaban que era para sus familias y para uso personal, y
cuando se les instaba a bajarse de la unidad y mostrar lo que llevaban,
surgía la misma historia: arroz, leche en polvo, azúcar, harina; lo que
regularmente en los supermercados de San Cristóbal no se consigue,
porque son acaparados por los “bachaqueros”.
La medida estricta de
evitar la fuga de estos alimentos se tomó en virtud de que, según la
misma población, ya había un “descaro” por parte de quienes, ahora en
grandes cantidades, casi 1.500 personas (cifras extraoficiales), están
dedicadas diariamente a llevar productos de primera necesidad para
venderlos en Cúcuta. “Como solo un anciano que por allí pasaba se
atrevió a decir acertadamente, al escuchar que el militar les decía a
los retenidos que ‘no tenían conciencia’, esa conciencia vale en Cúcuta
unos cuantos pesos”, susurró el anciano. (am)
No llega la mercancía a la Avenida Sexta
En la tradicional avenida Sexta, en Cúcuta, era donde se exhibían generalmente en la calle los productos de marca venezolana, de contrabando. En la visita de los reporteros de Diario La Nación, debido a los fuertes operativos, se observó que dicha mercancía no está llegando y, con ello, la carestía y especulación.
“Todo ha subido hermano”, dijo un señor de unos 45 años, de tez morena y dientes blancos: “si necesitas algo, me dices y te lo busco, pero aquí no ha llegado hoy la mercancía, están bloqueando todo los ‘venecos’”, dijo en tono burlón.
Se le consultó -escondiendo cámaras y equipos reporteriles- sobre qué es lo que más están recibiendo, cuando pasa la mercancía: “Hermano, nosotros compramos todo lo que traigan, porque es sumamente barato. En mi barrio me piden mucho champú venezolano, porque es de marca; el jabón es bueno, la crema es superbarata, no solo la Colgate. Hay una señora que me compra semanalmente un multivitamínico (Ensure), de esos que vienen en lata de a kilo, es un ‘pan caliente’. También compramos todo tipo de jabón, y todo lo que traigan de comida. Aquí le pagamos al ‘chin–chin’”… y se apartó porque veía que no mostrábamos intención de tener algún mercadito para la venta.
Esconder las bolsas negras…
No llega la mercancía a la Avenida Sexta
En la tradicional avenida Sexta, en Cúcuta, era donde se exhibían generalmente en la calle los productos de marca venezolana, de contrabando. En la visita de los reporteros de Diario La Nación, debido a los fuertes operativos, se observó que dicha mercancía no está llegando y, con ello, la carestía y especulación.
“Todo ha subido hermano”, dijo un señor de unos 45 años, de tez morena y dientes blancos: “si necesitas algo, me dices y te lo busco, pero aquí no ha llegado hoy la mercancía, están bloqueando todo los ‘venecos’”, dijo en tono burlón.
Se le consultó -escondiendo cámaras y equipos reporteriles- sobre qué es lo que más están recibiendo, cuando pasa la mercancía: “Hermano, nosotros compramos todo lo que traigan, porque es sumamente barato. En mi barrio me piden mucho champú venezolano, porque es de marca; el jabón es bueno, la crema es superbarata, no solo la Colgate. Hay una señora que me compra semanalmente un multivitamínico (Ensure), de esos que vienen en lata de a kilo, es un ‘pan caliente’. También compramos todo tipo de jabón, y todo lo que traigan de comida. Aquí le pagamos al ‘chin–chin’”… y se apartó porque veía que no mostrábamos intención de tener algún mercadito para la venta.
Esconder las bolsas negras…
Con bolsas negras, caminando, pasan el puente, desangrando el país.
Debido a que ya se ha hecho evidente que el único “equipaje” que lleva el 95% de los pasajeros que toman carros para ir a Cúcuta, en el terminal de pasajeros y en las afueras, son dos bolsas negras, y en virtud de que comenzó el plan “Centinela”, mediante el cual no se está dejando pasar ni un kilo de arroz subsidiado, los “bachaqueros” también toman previsiones y, en lugar de las bolsas plásticas, llevan -en el caso de algunas mujeres- la mercancía en sus carteras, donde ni la cédula cabe.
Otros
optan por llevar ahora sacos o cajas, “pues en la alcabala el guardia,
apenas ve las bolsas negras, enseguida las baja. No están perdonando a
nadie, ayer me quitaron tres mercados, uno que llevaba a mi papá, el
otro de la prima y el mío, pero luego pasamos con la mercancía en latas
de aceite y coronamos”, afirmó Claudio Luna, quien dijo: “no importa
que digas mi nombre, ¡porque yo no soy de aquí!”.Debido a que ya se ha hecho evidente que el único “equipaje” que lleva el 95% de los pasajeros que toman carros para ir a Cúcuta, en el terminal de pasajeros y en las afueras, son dos bolsas negras, y en virtud de que comenzó el plan “Centinela”, mediante el cual no se está dejando pasar ni un kilo de arroz subsidiado, los “bachaqueros” también toman previsiones y, en lugar de las bolsas plásticas, llevan -en el caso de algunas mujeres- la mercancía en sus carteras, donde ni la cédula cabe.
La popular
“Negra” afirma que le ha tocado agarrarse fuerte con los militares,
“porque nunca me dejo quitar el mercado. Les monto una llorona y les
digo que es para mi familia en Cúcuta y los convenzo. Hay uno que otro
que no me cree, pero al final los fastidio y me dejan pasar”. Confesó
que diariamente hace tres viajes, “porque ahora están molestando mucho
en la Aduana”.
Óscar fue bajado de la unidad autobusera, llevaba su mercancía camuflada en un saco de fique, debajo de los asientos. El efectivo militar lo vio y le pidió que mostrara a los reporteros lo que llevaba, se le contabilizaron dos bolsa de leche completa, cinco kilos de arroz, tres de harina de trigo, mantequilla, salsa de tomate, pastas de varios tipos, papel sanitario, soya, jabón para lavar y de baño, entre otras menudencias.
Solo le decía al efectivo militar que era
para su familia. Extrañamente, al ser inquirido sobre dónde vivía,
decía que en Palo Gordo. “¿Eso dónde queda?, preguntó el funcionario…
“Por allá, en el distrito San Cristóbal…”, respondió en tono sonriente,
porque sabía que no había sido convincente. Todos los productos eran de
las líneas Mercal y Pdval. (am)
Óscar fue bajado de la unidad autobusera, llevaba su mercancía camuflada en un saco de fique, debajo de los asientos. El efectivo militar lo vio y le pidió que mostrara a los reporteros lo que llevaba, se le contabilizaron dos bolsa de leche completa, cinco kilos de arroz, tres de harina de trigo, mantequilla, salsa de tomate, pastas de varios tipos, papel sanitario, soya, jabón para lavar y de baño, entre otras menudencias.