La Real Academia Española dedidió cambiar, en la
próxima edición de su diccionario, que verá la luz en el último
trimestre de año, el significado de diversos vocablos, de acuerdo con la
conveniencia del gobierno español, que enfrenta un movimiento
independentista en Cataluña, sin consultar a las academias hermanas,
con las que supuestamente comparte sus decisiones en pie de igualdad.
Los cambios que la filóloga Silvia Senz expone en este artículo afectan
en muchos casos la legalidad de los propios países hispanohablantes,
donde muchos tribunales aceptan las definiciones de la Academia como
verdades reveladas, pero los miembros de Asale
ni se enteraron de estos cambios. Ni lo necesitaban, la asociación que
las agrupa tiene su sede en Madrid y es presidente por el director de la
rae.
Silvia Senz ( Barcelona 1965) es editora, hispanista y especialista en planificación lingüística y normatividad. Es autora, con Montserrat Alberte, de un estudio sobre el contenido de las enmiendas de carácter político y jurídico que ha introducido la rae al diccionario oficial de la academia, y sobre la ideología y el posicionamiento político que reflejan, a fin de determinar el impacto que pueden tener en el proceso catalán. Se publicará en la Revista de Lengua y Derecho cuando se haga pública la nueva edición del drae en octubre de 2014 y se conviertan oficiales todos los cambios. Las dos expertas dirigieron la obra El dardo en la Academia (Melusina, 2011), firmada también por catorce expertos más. El pasado viernes participó en la mesa redonda "La terminología instrumentalizada", cuando los términos no son neutrales ni inocentes, organizada por la Sociedad Catalana de Terminología del IEC.
Silvia Senz ( Barcelona 1965) es editora, hispanista y especialista en planificación lingüística y normatividad. Es autora, con Montserrat Alberte, de un estudio sobre el contenido de las enmiendas de carácter político y jurídico que ha introducido la rae al diccionario oficial de la academia, y sobre la ideología y el posicionamiento político que reflejan, a fin de determinar el impacto que pueden tener en el proceso catalán. Se publicará en la Revista de Lengua y Derecho cuando se haga pública la nueva edición del drae en octubre de 2014 y se conviertan oficiales todos los cambios. Las dos expertas dirigieron la obra El dardo en la Academia (Melusina, 2011), firmada también por catorce expertos más. El pasado viernes participó en la mesa redonda "La terminología instrumentalizada", cuando los términos no son neutrales ni inocentes, organizada por la Sociedad Catalana de Terminología del IEC.
Entrevista de Gemma Aguilera, Nació Digital.cat
—Las modificaciones que prepara el diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que incluyen una revisión de términos como 'referéndum', 'autogobierno', 'soberanía' o 'estado de guerra', hasta qué punto pueden incidir en el ámbito político y jurídico del proceso catalán?
—Muy decisivamente. Las enmiendas son brutales, de mucha dureza y orientadas políticamente. Si finalmente aparecen en la nueva edición del diccionario de la rae, lo que podremos comprobar en octubre de 2014, entonces estos términos tendrán capacidad para influir en el curso legal del proceso catalán, para que los tribunales de justicia pueden ampararse en este diccionario cuando se aplique a los criterio de interpretación literal para dirimir el sentido propio de las palabras que componen las normas jurídicas, las fuentes jurídicas y los principios generales del derecho. Pero además, el director de la rae es miembro del Consejo de Estado, órgano supremo consultivo del Gobierno, y la rae tiene funciones asesoras en el ministerio de la Presidencia ya la Secretaría de Estado de Justicia en cuestiones de calidad técnica y lingüística de las normas que elabora el poder legislativo.
¿Quién presiona a los miembros de la rae para hacer cambios conceptuales es el gobierno español de turno?
—Es más sutil. Desde que Felipe V la acogió bajo su protección y le confirió el rango de real el 3 de octubre de 1714, ha sido un instrumento en el proceso de unificación y homogeneización iniciado por los borbones, al servicio del proyecto nacionalizador español, al tiempo que defensora y garante de la unidad del elemento esencial de la nación española y la pannación hispánica: la lengua castellana. A lo largo de su historia, siempre que la rae o miembros de número han mantenido discrepancias con el poder político de turno, han sufrido persecuciones, depuraciones o represalias. Cuando han estado bien, han recibido la protección, y la institución y sus miembros se han beneficiado.
—Hablemos de financiación y de favores políticos, pues.
—Es una relación simbiótica que tanto el poder político y económico como los académicos quieren mantener.
—Hoy el poder empresarial y financiero tiene una presencia potente en la rae. Cuando es que esta simbiosis se hace intensa ?
—El poder económico entró en la rae en 1993, cuando se creó la Fundación Pro Real Academia. Los principales benefactores son la mayoría de las empresas que cotizan en la Bolsa española, las cuales en un momento determinado necesitaron legitimar su presencia en América Latina reactivando la idea de la unidad panhispánica simbolizada en el vínculo lingüístico y representada por su garante, la rae. Que la academia se empezara a abrir a un cambio normativo para acoger en cierta medida las variantes americanas se explica como parte de la estrategia diplomática del proceso de transnacionalización de todas estas empresas. Es clarificador el hecho de que el presidente honorario de la Fundación Pro rae es el rey de España y el presidente oficial, el gobernador del Banco de España. Aparte de las cantidades ingentes de dinero que llegan a la rae provenientes de estas empresas de capital abierto, también se financia con el erario público y las ventas de productos. De hecho, los catalanes también contribuimos a mantener la Real Academia Española por una doble vía: los presupuestos del Estado y los 30.000 euros que damos a través de la Fundación Pro rae.
—Estamos subvencionando estas enmiendas contra el proceso...
—Exactamente.
—En cualquier caso, los académicos de la rae también tienen ideología, no debe ser sólo una cuestión de financiación y supervivencia.
—El nacionalismo español, que rezuma en todo lo que hacen, es la ideología de la rae.
—¿Qué otras modificaciones de significado de carácter político se han hecho en los últimos años ?
—Por ejemplo, a raíz de la llegada del PSOE al gobierno, en 1984 la rae cambió oportunamente la definición de 'socialismo'. El diccionario revisado en 1970 decía : "Sistema de Organización social y económica que supone derivados de la colectividad Los derechos individuales y le atribuye al Estado la absoluta potestad de ordenar las condiciones de la vida civil, económica y política, extremando la preponderancia del interés Colectivo sobre el particular". En 1984 se cambió por: " Sistema de Organización social y económica basada en la propiedad y administración colectiva o estatal de los mitjans de producción y en la regulacion de miedo el estado de las Actividades Económicas y sociales y la distribución de los bien".
Siempre que ha habido un nuevo poder, los académicos se han acomodado. En el aspecto nacional, socialistas y populares no son tan diferentes. Por ello también se han hecho enmiendas relacionadas con la noción de patria, nación y nacionalismo que dibujan la idea de España y de la Hispanidad que tiene el poder.
—El drae es un diccionario ideológico ?
—Es un diccionario de los estamentos de poder, los grupos sociales, políticos e incluso económicos hegemónicos en cada momento.
—El diccionario de la rae es también el diccionario de la veintena de academias de América y la de Filipinas. Estos cambios conceptuales que pueden tener efectos jurídicos, como encajan en otros países ?
—Se supone que todas estas enmiendas de la última tanda deberían estar aprobadas por todas las academias asociadas de América Latina y Filipinas, pero ni una no lo ha sido, es más, muchas de ellas son contrarias a la legislación de países con academia de la lengua española propia. Todas las enmiendas que tienen tanto que ver con el poder español y los poderes económicos españoles no tienen nada que ver con las realidades de otros países. Nos han confirmado que al menos las modificaciones de carácter político no han sido vistas y aprobadas por otras academias. Este diccionario también está sirviendo a los tribunales de justicia de otros países americanos según establece el código civil, y se puede usar en Chile, Colombia o México, por ejemplo, sin que estos términos tienen un sentido jurídico tengan correspondencia con la legislación propia (!).
—Es una desconsideración grave. ¿No ha habido protestas ?
—Estas academias también están financiadas por los presupuestos del Estado, la propia rae y algunas empresas de la bolsa española. De hecho, el Diccionario de americanismos, obra exclusiva de las academias americanas, hay unos agradecimientos muy ilustrativos : "Son muchas las instituciones y empresas que han ayudado a la Asociación de Academias la preparacion del Diccionario de americanismos. En primer Lugar, Repsol, mecenas principal, siempre generosa con la labor académica y en este caso, especialmente interesada en enaltecer los valores propios de España al otro lado del Atlántico". Ninguna de estas academias se comporta como soberana respecto a la lengua. Dependen absolutamente de la financiación española, aceptan lo que haga falta.
En Cataluña tampoco ha habido protestas formales, aunque los expertos lo han denunciado. De hecho, en la mesa redonda en la que usted participó la semana pasada, «La terminología instrumentalizada, cuando los términos no son neutros ni inocentes», organizada por la Sociedad Catalana de Terminología del IEC, se denunció.
Muchas enmiendas van mucho más allá de la ley española, eliminan la soberanía nacional, por ejemplo. Es tan evidente que parece mentira que no se haya protestado, y hay que hacer presión para que la gente no se da cuenta del grado de dureza al que se puede llegar. Y por otra parte, es muy grave la posición de sumisión de las instituciones catalanas en este caso. Dice mucho de las actitudes políticas a ambos lados, y francamente, no es el momento de mostrar sumisión. Tengo la sensación de que consideran la rae como un símbolo lingüístico y no quieren herir sensibilidades entre lo que llaman " castellanohablantes", en un momento en que se busca mucho el voto de las personas venidas del resto de España que tienen el castellano como lengua principal de identidad.