En un edificio residencial en el sector
La Lago, de Maracaibo, funcionó, hasta el jueves, una fábrica
clandestina de municiones y taller de reparación de armas de fuego.
En el apartamento 1B del edificio El
Molino, en la calle 73, entre avenidas 3G y 3H, estaban escondidas las
máquinas artesanales con las que recargaban de pólvora las balas,
informó ayer el mayor general César Vega González, jefe de la Región
Estratégica de Defensa Integral Occidental (Redi).
La noche del jueves fue desmantelado el
taller ilegal. A las 8:00 pm, una comisión de la GNB allanó el lugar. La
cuadra fue completamente militarizada, por más de dos horas, mientras
duró el procedimiento.
Del edificio fue sacada arrestada la
pareja de esposos dueños de la fábrica. Adolfo Antonio Arévalo Vera y
Alcira Belén García Rincón quedaron aprehendidos por tráfico y
fabricación de municiones, ocultamiento de armas y piezas de armas de
fuego.
La pareja residía en el apartamento alquilado desde hace más de seis años. Durante ese tiempo, se presume que operó la fábrica.
Los militares se llevaron del lugar del
inmueble suficiente armamento como para abastecer a más de 20 bandas
delictivas, a decir de los cuerpos de seguridad del estado Zulia.
En el lugar se incautó tres armas de
fuego tipo pistola, una escopeta, 12.210 ojivas para recargas, 4.610
cartuchos de diferentes calibres, 5.650 casquillos de bala, 18
cargadores de diferentes calibres, tres conjuntos móviles, dos cañones,
tres máquinas de dilón para recarga, una roleadora de conchas y tres
kilogramos de pólvora.
También se decomisaron 140 mil bolívares
en efectivo, producto de la venta de las balas y un vehículo. Todo fue
llevado hasta la sede del Comando regional número 11 para posteriormente
ser destruido.
“Gracias a labores de inteligencia con
la ayuda de los vecinos y las comunidades se logró darle un duro golpe a
esta organización delictiva, en marco del plan desarme que se ejecuta
en todo el país”, señaló el general Manuel Graterol, jefe del comando
zona número 11. La fiscalía 13 del MP lleva el caso.
En el apartamento de aproximadamente 150
metros cuadrados, no solo se fabricaban las balas también eran
comercializadas, y eso no era secreto para algunos de los vecinos.
José Urdaneta, residente del edificio,
contó que era “normal” ver a hombres llegar en vehículos lujosos a
comprar balas. “Ese casa era una bomba de tiempo. Si hubiese explotado
se habría desencadenado una tragedia. Había mucho temor de denunciarlos
por miedo a que tomaran represalias”.
Otra fábrica de municiones fue
desmantelada en el estado Aragua, la primera semana de noviembre. En el
piso 7 del apartamento Parque Aragua incautaron 20 mil municiones y 250
kilos de pólvora. En el hecho fueron detenidas un hombre y una mujer,
informó el presidente de la AN, Diosdado Cabello.
(Panorama)