Brevísima historia sobre el pionero de la sociedad de consumo
en Venezuela y uno de los adalides de la ampliación de las fronteras
económicas nacionales e internacionales en el marco del turbocapitalismo
globoneoliberal.
Diciembre 6 de 2014, 6:27 pm
Los Cisneros en quince datos
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Cuando los hermanos (Antonio y Diego) Cisneros llegan a Venezuela provenientes de Cuba en el año 1928 ya tenían su futuro empresarial asegurado. Para aquel entonces, en la etapa inicial del desangre petrolero, la moda económica tenía como sitial convertirse en nombrefundista: individuo estudiado, preferiblemente bilingüe, proactivo, con capacidad de trabajar bajo la presión de la oligarquía petrolera transnacional, eficiente, con habilidades para la estafa, experto en el arte de la seducción ministerial. Vendepatria.
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Las prescripciones epocales para hacerse accionista de una empresa gringa eran tan básicas como las que piden para trabajar en pollo Arturo´s. Sepa hablar y venda el país por cuatro lochas. Antonio Cisneros comenzó a trabajar con la Shell y Diego con el Royal Bank of Canada. Ahí comenzaron a tejer la maraña jalabola y servil que los catapultaría como la clase empresarial futurista que representa Gustavo hoy en día.
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Las sonrisas plastificadas, los halagos, el descomunal fariseísmo, el voluntarismo pedigüeño y el afán importador durante su estadía en las cloacas financieras imperiales habían rendido sus frutos cinco años más tarde: los hermanos se hicieron con las acciones para distribuir los autobuses de la REO Motor Car Company. Cisneros te lleva y te trae, desde Parque del Este hasta las Tiendas Sears. Movilidad importada dentro del país galpón.
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Años después conseguirían ser las promotoras de las marcas Norge, Hamilton y Studebaker. Tenían en sus manos la importación de tres elementos constitucionales de los sectores A y B con respecto al embellecimiento doméstico: neveras, electrodomésticos y carros lujosos para hospedarse en el Sheraton de la Guaira. Cisneros te almacena el pasticho, te lo calienta y te lleva y te trae, a ti solito.
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En el año 1939 vendieron la línea de autobuses REO (ya destartalada y sin repuestos) a la Alcaldía de Caracas. Vorágine automovilística privatizadora marca Cisneros. Un año después obtuvieron la concesión para hacer Pepsi-Cola. Para que el negocio fuese redondo también se hicieron los accionistas mayoritarios de la Liquid Carbonic (empresas productoras de gases y demás insumos para el fresco). El cuarteto venenoso sería completado con la Central Matilde (azúcar refinada de uso industrial y doméstico), Gaveplast (gaveras de plástico y transformación de plástico para el fresco y la cerveza) y Produvisa (subsidiaria de la Owens-Illinois) que fabricaba las botellas de vidrio. Adjudicación libertina de petrodólares para la injerencia venenosa del capital monopólico norteamericano. Indigestión, obesidad y diabetes marca Cisneros.
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Gracias a la American Broadcasting Company (empresa norteamericana que encarama plantas televisivas en todo el globo) la familia Cisneros monta Venevisión. Son los años 60. Semejante experimento vendría a ser el aparato digestivo del puntofijismo. De esta forma los Cisneros construyeron (con bastante dólar petrolero, eso sí) los dos pilares fundamentales de la sociedad de consumo: la televisión y el fresco.
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La Venezuela chucuta los recibió con canapés y champán. Durante los años 70 iniciaron Yukery Venezolana de Alimentos: macroproducción de enlatados frutales y vegetales, además de jugos de cartón, completando así la estafa transnacional en el rubro alimentario. Los patrones de consumo instalados en el espíritu económico de la Nación tienen como sustento la dependencia y el saqueo estatal. Malandreo empresarial marca Cisneros.
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Durante esa misma década y la siguiente montaron la cadena de supermercados CADA (filial de la International Basic Economy Corporation, de su amo y señor Rockefeller), el concurso Miss Venezuela, los derechos para instalar la Helene Curtis (productos cosméticos gringos), la Rodven (casas disqueras que a su vez importaban cintas de video), además de hacerse las principales promotoras de Burger King y Pizza Hut.
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La acumulación delictiva de capital en Venezuela tuvo como principal objetivo la instalación forzosa de sucursales gringas dentro de nosotros. La circulación de mercancías y franquicias importadas reacondicionaron la política educativa y cultural en nuestro país: constituyó los referentes éticos, las narrativas anímicas, las tramas emocionales, el tráfico cotidiano de los afectos, el esparcimiento familiar, el compartir, ese estar juntos que significa cultura. Esa metralleta marca Cisneros sigue disparando. El colador que nos volvimos como país, luego de tanto tiroteo, hoy busca la pinta decembrina que tape su desnudez mutilada.
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En los años 90 la mayoría de los carapachos transnacionales fueron vendidos a Polar. La embotelladora fue vendida a Coca-Cola en medio de la Guerra de las Colas: quema de inventarios y transportes, secuestro de trabajadores, daños a vallas publicitarias y otras prácticas empresariales futuristas. La reconfiguración del grupo tuvo asidero en el campo de las telecomunicaciones, como veremos más adelante.
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En la misma década los Cisneros compraron Cerveza Regional. Malandrearon a Polar (Guerra de las Cervezas) durante un tiempito y mostraron toda su agresividad publicitaria con La Catira: voluptousa mujer inundada de implantes PIP. Obscenidad liberalizada y democratizada en cada sorbo.
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El Grupo Cisneros era el principal accionista venezolano de la compañía Telcel. Si usted alguna vez se ha preguntado por qué nada más ese nombre existe en México, acá está la respuesta. Movistar fue una marca comercial que le permitió al grupo dejar en el aire a Telcel, sacarla del negocio. La concesión de las Hughes Electronics (imperio satelital norteamericano) le permitió a los Cisneros montar las repetidoras, funcionales tanto para TV (DirecTv) como para telefonía celular (Movistar). Así la tecnología GSM fue desplazando a la CDMA. Malandreo internacional marca Cisneros.
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Los Cisneros lograron colearse y adquirir una parte accionaria en el DirecTv Group. Logró los derechos de transmisión, en primer lugar, del recién fundado canal PlayBoy. Cerveza, fresco, hamburguesas y totonas gringas, ¿qué más quieres? En ese cuartico que augura tus más funestas ilusiones eres un gringo más, otro del montón. Hoy el Grupo cuenta con cinco canales hacia América Latina y el Caribe. Praneo comunicacional internacional.
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La TV es hoy la estructura educativa más eficaz que existe en el planeta. No aburre, divierte, te enseña las cosas básicas de la guerra cotidiana. Construye los moldes conductuales, reafirma los comportamientos económicos del capital, genera nuevos órdenes éticos, simbólicos y políticos, envenena mientras recrea un mundo que no existe. Cisneros no tiene las fábricas de antes, ni las inversiones del ayer, ni siquiera vive en Venezuela y aún así es el paraestado educativo de la nación: forma, educa, condensa las exigencias más frívolas, las ordena, las inviste de civismo; corrompe, desregula, promete, estafa.
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La narrativa competitiva, racista, facha, delincuencial, neoliberal, flexibilizadora y obscena de la televisión venezolana (importada desde Gringolandia) va haciendo el trabajo de hormiguita que beneficiará a los politiqueros del este capitalino en ascenso: años viendo niños catires triunfando, viendo a los pobres trabajándoles, observando la competencia vil contra el igual, el delito para financiar la obscenidad y otras prácticas nacionales preparan el derecho al voto cuando se cumple la mayoría de edad. El verdadero trabajo político civilizatorio. Nación Cisneros.
Convenio Atcon-Cisneros
En plena bancarización del país el proyecto neoliberal
Atcon marcó la referencialidad educativa para la nación chatarra a
revender: educación de marketing desconectada de los intereses del
territorio, competitiva, liberalizada y profundamente embrutecedora.
De la mano con este proyecto (que minó, junto a la
televisión, el sistema educativo venezolano) estuvo la didáctica
futurista marca Cisneros.
Educación necesaria
Un país quebrado, bancarizado, vendido, tercerizado y
hundido en la miseria económica más profunda qué necesitaba enseñar, qué
sistema educativo le sería cónsono a este nuevo cambio de época. Esta
respuesta la tendría el mismo apellido, que junto a su compinche Pedro
Tinoco, se encargaron de destrozar lo que quedaba de inversión pública
en el país.
Uno de los datos más resaltantes tiene que ver con la
formación de nuevos hábitos, conductas y prácticas que nutriesen la
reconfiguración del espectro económico comercial de nuevo tipo. El
apoderamiento definitivo de las franquicias norteamericanas y europeas.
Las trastocadas relaciones laborales se alejarían
definitivamente de la producción real y empujarían violentamente a la
población hacia las cadenas de comida rápida, tiendas de ropa, venta de
aparatos digitales, mercadeo de pólizas de seguro, representación de
franquicias importadas, trabajo esclavo y servil para hinchar las
ganancias especulativas de las transnacionales imperialistas.
En cada casa, un profesor pantalla
Con este cuadro económico bien definido por los caballos del post-adequismo, el tema educativo sería una tuerca fácil de torcer.
Con la compra de un televisor obtendrías, a bajo costo, un
profesor de talante neoliberal disparando órdenes a cada momento. Eso
sí, órdenes cortas, fáciles de entender y de aplicar para tu próximo
trabajo en el área de papas fritas de McDonald's.
El dato liberalizador/flexibilizador de la educación
venezolana pasa precisamente por ahí. Enaltecer las conductas
obedientes, serviles, hipócritas, competitivas, jalabolas, rastreras y
denigrantes. Sencillas de comprender y de llevar a cabo.
La profesionalización/sistematización de estas prácticas
permitió, durante más de una década, la sostenibilidad de la ilusión de
progreso en medio del torbellino neoliberal que azotó el centro
económico del país.
Los Cisneros hicieron lo que pudieron: tratar de decirle a
todo el mundo que jalando bola, siendo hipócritas y jodiendo al de al
lado se puede llegar a ser exitosos.
Su peculiar visión de hacerle un bien al país consistió en exponer públicamente sus fórmulas para progresar.