Ayer se reveló que no fue uno, sino dos equipos de espionaje los adquiridos por Martinelli, ambos con dineros del Estado, aunque del último comprado cuatro meses antes de las elecciones de mayo de este año, no dejaron documentos de la transacción.
La empresa israelí MLM Protection que firmó el contrato con el Programa de Ayuda Nacional (PAN) fue sólo un intermediario que facturó 575 por ciento por encima del valor de mercado original del producto en la transacción.
El aparato lo componen tres sistemas que permiten infiltrar computadoras, redes de telefonía y captar conversaciones personales. Demetrio Papadimitriu, exministro de la Presidencia al momento de comprarse, confirmó que funcionaba y fue utilizado.
Sin embargo, ninguno de los cuatro directores del Consejo de Seguridad que pasaron por esa institución con Martinelli aseguran siquiera haberlo visto. Olmedo Alfaro, Gustavo Pérez, Alejandro Garúz, y Julio Moltó insisten en que no tuvieron participación en una operación de espionaje.
El segundo equipo, según La Prensa, es menos versátil pues se centra en un objetivo básico: los teléfonos celulares, y por su pequeño tamaño, un poco más grande que una computadora portátil, puede ser trasladado sin dificultad.
Según la fuente citada por el diario, el nuevo equipo reforzó la capacidad de Martinelli de violar las garantías de los panameños pues permite localizar un celular, mantenerle un programa de seguimiento y conocer los lugares donde se encuentra el teléfono y saber con exactitud los pasos de su portador.
