Tras
las críticas y el ultimátum del ministro de Transportes local, el
consorcio Al-Shoula decidió rescindir el contrato al grupo de empresas
que construía los talleres en la ciudad de Medina, del que formaban
parte las españolas Rover Alcisa y Torrescamara.
La paciencia de las autoridades saudíes con las obras del
AVE a La Meca, cuyo principal contrato ejecuta un consorcio español, se agota a pasos agigantados debido a
los retrasos que acumulan los trabajos.
La presión del Gobierno saudí, manifestada en primera persona el pasado sábado por el ministro de Transportes, Muhhamed Al-Muqbel,
en el transcurso de una visita que realizó a la obra del trazado ha
derivado en consecuencias para las compañías que intervienen en los
trabajos por primera vez.
Por
el momento, las amenazas de rescisiones de contrato se habían quedado
en palabras; sin embargo, el Gobierno saudí ha decidido pasar a los
hechos.
En
su visita del pasado sábado, el ministro Al-Muqbel dejó claro a los
responsables del consorcio que la línea tiene que estar operativa a
finales de 2015, al menos en el tramo entre Medina y la Ciudad Rey
Abdalá, que supone algo más de tres cuartas partes del recorrido.
Para
eso será necesario acelerar en gran medida los trabajos, algo que ya ha
sido encargado al nuevo contratista de los talleres de Medina, cuyo
nombre se desconoce por ahora.
Cambio de proveedor
No obstante, también por orden de la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO,
por sus siglas en inglés), el consorcio español ya tenía listo el
relevo ante la posibilidad de que a las autoridades locales no les
convenciera el plan que pidieron con urgencia a la UTE encargada de los
talleres de Medina para acelerar las obras y terminarlas en plazo.
La
actualización de los planes no fue del agrado de la SRO, que instó a
continuación al consorcio español a cambiar de proveedor de forma
inmediata. El contrato está valorado en unos 60 millones de euros.
A
finales del pasado año, el ministro Al-Muqbel, que por entonces estaba
recién llegado al Departamento de Transportes tras ser alcalde de Riad,
la capital del país, amenazó con la rescisión del contrato a Al-Shoula
debido a los retrasos que detectó en una visita que realizó a las obras
por sorpresa.
Desde
entonces, el consorcio español ha acelerado los trabajos y las
relaciones con el cliente mejoraron tras el nombramiento de Santiago Ruiz como nuevo consejero delegado de Al-Shoula.
Sin
embargo, el calendario sigue obsesionando a los saudíes, que también
están comprobando cómo el presupuesto inicial de todo el proyecto está
empezando a desviarse demasiado.