El colorante caramelo que se usa para
dar a la Coca-Cola y otros refrescos populares su matiz marrón dorado
contiene sobredosis de 4-metilimidazol, un elemente químico con un
efecto cancerígeno demostrado en humanos, confirma ‘Consumer
Reports’. El nuevo estudio de la revista de la Unión de los Consumidores
de EE.UU. publicado este jueves es uno más en una serie de
investigaciones realizadas a lo largo de los últimos años que denuncian
la presencia de este elemento químico en las bebidas más populares y sus
efectos dañinos en la salud humana. La Agencia Internacional de
Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de Salud
califica la sustancia de cancerígena, basándose en experimentos con
animales.
Los
médicos piden una regulación más estricta al respecto y acentúan que
los niveles de 4-metilimidazol dependen de las técnicas usadas para
fabricar el colorante, en otras palabras, dependen del suministrador de
cada productor de refrescos. Aún más: puede ser diferente en lotes de la
misma marca. Según ‘Consumer Reports’, una Pepsi adquirida en diciembre
en el estado de Nueva York contenía cuatro veces más 4-metilimidazol
que una Pepsi comprada el mismo mes en California.
Los
especialistas insisten en que es posible minimizar la presencia de la
sustancia cancerígena en las bebidas y hacen hincapié en que, a fin de
cuentas, el uso del colorante es puramente cosmético y no da ningún
sabor. Cabe recordar que recientemente el estado de California obligó a
todos los alimentos y refrescos cuyo consumo pueda exponer al organismo a
más de 29 microgramos de 4-metilimidazol diarios a advertirlo en sus
etiquetas. Para hacerse una idea, una medida de 340 mililitros del
refresco Malta Goya, por ejemplo, contiene más de 300 microgramos de la
peligrosa sustancia, muy por encima de Coca-Cola o Pepsi-Cola.
En
respuesta al estudio, la Asociación de los Productores de refrescos de
EE.UU. informó a través de un comunicado: “En contra de las conclusiones
de ‘Consumer Reports’, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.
ha señalado que no hay razón en absoluto para preocupaciones acerca de
la salud, una posición respaldada por las agencias reguladoras de todo
el mundo”.