PAGINA12 – La Justicia francesa absolvió del
delito de “proxenetismo agravado” al extitular del Fondo Monetario
Internacional, Dominique Strauss-Kahn, quien era juzgado junto con otras
13 personas por organizar encuentros sexuales y contratar servicios de
prostitución en Francia, Bélgica y Estados Unidos. “No sabía que eran
prostitutas”, se justificó.
El exministro socialista, de 66 años, se mostró
impasible durante la audiencia, y sólo asintió con la cabeza cuando el
juez lo declaró no culpable. DSK, como se lo conoce en Francia, nunca
negó su participación en esas fiestas, pero sostuvo siempre que ignoraba
que las mujeres que participaban en ellas fueran prostitutas
contratadas por sus amigos.
Durante el juicio celebrado en febrero, el fiscal había pedido la
absolución “pura y simple” del ex director general del FMI, al
considerar que no había pruebas contra él, y dos de las prostitutas que
lo acusaban habían retirado sus denuncias por el mismo motivo.Tras haber absuelto a siete de los imputados, incluido el dueño de varios prostíbulos en Bélgica conocido como Dodo la Saumure, el tribunal consideró que DSK no era el instigador de las fiestas con prostitutas.
En Francia, recurrir a los servicios de una prostituta no es ilegal, pero incitar u organizar su trabajo es considerado proxenetismo, y el proxenetismo es un delito.
La absolución de Strauss-Kahn pone fin a cuatro años de escándalos relacionados con una sexualidad que él mismo calificó de “más ruda de lo normal”.
El primero de ellos se remonta a finales de 2008, cuando se supo que una exempleada del FMI, Piroska Nagy, había tenido una relación con el entonces director general, que consiguió conservar su puesto tras presentar disculpas públicas.
En 2011, una joven periodista francesa, Tristane Banon, acusó a DSK de intento de violación en 2003 y presentó una denuncia contra él, que se desestimó meses después.
La carrera política de Strauss-Kahn, el entonces gran favorito para acceder a la presidencia francesa, saltó por los aires en mayo de 2011, cuando una limpiadora del hotel Sofitel de Nueva York, Nafissatou Diallo, lo acusó de violación. El caso se zanjó meses después con un acuerdo financiero confidencial.
El mismo año, su nombre apareció entre los sospechosos del caso de las fiestas libertinas de Lille, Bélgica y Washington y, en marzo de 2012, se le imputó por “proxenetismo agravado”.
Al iniciarse el juicio en 2012, el presidente del tribunal había exhortado a los participantes a no confundir el derecho con la moral. Y al final de las audiencias, el magistrado les dio las gracias por el “clima sereno” de los debates, pese a que los testimonios de las prostitutas fueron de extrema crudeza respecto a las prácticas sexuales de Strauss-Kahn.