El EI controla Al Raqqa y el paso fronterizo desde el año 2012, pero la guerrilla junto a sectores del Ejército Libre Sirio (ELS) ahora controlan el lugar.
Mientras tanto, Turquía permite a decenas de miles de personas pasar al país por Tell Abyad después de que ayer les negaran el paso.
Hace 15 días las YPG/YPJ mantienen una gran ofensiva desde Hasaka y Kobani hasta la frontera con Turquía.
El sábado, los militares turcos atacaron a los refugiados sirios que esperaban en la frontera tras las cercas de alambre de púa, incluso usaron cañones de agua a presión para dispersarlos.
El pasado jueves, el Gobierno de Ankara informó de que impediría la entrada de los sirios que huyen de la brutalidad de los grupos takfiríes en su país desde el 2011.
Por su parte, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se sumó a las críticas la semana pasada. Acusó a Occidente de “bombardear a árabes y turcomanos en Tell Abyad” y así “beneficiar” el reemplazamiento de la población local por kurdos. Algunos medios locales han revelado estos días que Ankara supuestamente facilitó en el pasado el transporte de milicianos yihadistas a Tell Abyad y suministró electricidad a esta ciudad.
El avance de la guerrilla kurda preocupa sobremanera a Erdogan, quien declaró que las victorias de las YPG/YPJ “no es una buena señal” porque “podría conducir a la creación de una estructura que amenace nuestras fronteras. Todo el mundo tiene que tomar en cuenta nuestras sensibilidades al respecto”.
El Gobierno considera a la insurgencia como terrorista por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), pese al masivo apoyo popular que recibe esta organización con más de cuarenta años de historia dentro del territorio kurdo.
