Cervantes

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.

MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
La Colmena no se hace responsable ni se solidariza con las opiniones o conceptos emitidos por los autores de los artículos.

24 de julio de 2015

El tiro por la culata

Por Pedro Grima Gallardo


Al momento de escribir este artículo, viernes 24 de Julio, todas las bolsas mundiales cerraban en rojo, el precio del oro (1047 $/onza) caía a niveles no vistos desde hacía cinco años, las monedas de los países emergentes (Rusia, Brasil, Colombia) registraban perdidas de un 30% de su valor en el último año, la página Bloomberg Business (http://www.bloomberg.com ) anunciaba una crisis en el mercado petrolero, y por si fuera poco, Money Morning (http://moneymorning.com) advierte a sus lectores sobre un suceso económico extraordinario  que tendrá lugar el próximo 20 de octubre. Este panorama revela que la Guerra Económica existe, no solo en Venezuela, sino a nivel mundial. ¿Son acaso los preparativos de una acción militar a escala planetaria?
El capitalismo vivió su época de máximo esplendor a finales del siglo XIX cuando las fronteras del imperio inglés le daban la vuelta al planeta y se extendían por Europa, Asia, América, África y Australia. Y aunque el narco-imperio inglés resultó vencedor de la Guerra del Opio contra china y logró manipular su derrota ante la colonia estadounidense manteniendo su influencia política, finalmente tuvo que retirarse de sus colonias en África, y permitir, tras las dos guerras mundiales del siglo XX, que otra potencia (Estados Unidos) tomara el relevo. Hoy día el Imperio inglés mantiene un bajo perfil, pero sigue siendo el centro financiero (Londres) del mundo capitalista, mientras Estados Unidos ha tomado el papel de brazo armado.
Las grandes revoluciones del siglo XX y XXI (rusa, china, cubana y ahora la Latinoamericana) socavan los cimentos de un sistema cuya crisis, lejos de aliviarse, se acentúa. El papel de gran policía del mundo asignado a los Estados Unidos parece haberle quedado grande y una victoria militar sobre Rusia, China, Corea e Irán, parece improbable. Esa es la causa de la utilización de la Guerra Económica a escala planetaria, su más grande reserva estratégica, pero también la más peligrosa. De perderla podrían ocasionar una enorme debacle de la cual difícilmente podrían recuperarse.
Las guerras económicas no siempre son exitosas. Cuba, por ejemplo, resistió durante 50 años un hermético bloqueo. Al final, la dignidad, la perseverancia y la resistencia de un Pueblo convencido lograron vencer el bárbaro asedio de Estados Unidos. Hoy, la bandera de Cuba ondea en suelo estadounidense sin haber tenido que ceder un ápice en sus conquistas políticas, y todo eso, a apenas 150 millas del Imperio.
Sin embargo, al parecer por falta de imaginación o por omisión de errores anteriores, el Imperio insiste en el bloqueo económico, esta vez contra Venezuela. Nuestro país, que durante cien años de explotación petrolera por parte de transnacionales aliadas con la burguesía, recorrió el camino el modelo económico trazado por éstas, es decir, el de la dependencia de todos los productos elaborados que nos llegaban del exterior a cambio del petróleo, hoy se encuentra prácticamente indefenso cuando todos esos productos elaborados dejan de llegar a nuestros puertos. Y para evitar que pudiéramos obtenerlos en otros mercados, también reducen nuestras entradas en divisas.
¿Cómo podremos entonces vencer en esta guerra económica que libramos contra el imperio y sus vasallos internos? Exactamente igual que como hizo el Pueblo cubano, con dignidad, perseverancia y resistencia. Lo más importante es que nos han enseñado que el pasado modelo económico es una trampa que no permite el desarrollo de nuestro país y que por ningún motivo debemos regresar a él. Debemos convertirnos en un país poli-productor y poli-exportador en contraposición al modelo poli-importador y mono-exportador que sufrimos durante un siglo de dominación imperial y burguesa. Nuestro Pueblo (salvo disociadas excepciones) sabe quién está con él y quién le esconde los productos. Quiénes están a favor de la independencia y quiénes están por el regreso a la sumisión. Hemos resistido tentativas de golpe de estado, paro patronal y petrolero y guarimbas. Todo ello ha sido posible gracias a un Pueblo sabio que con su innata intuición e inteligencia sabe lo que le conviene.
En estos cuatro meses que nos faltan para las elecciones del 6 de diciembre debemos radicalizar a fondo la revolución, confiar en los poderes del Pueblo y finalmente darles una soberana paliza a esta derecha apátrida. Pongamos todo de nuestra parte para que el tiro les salga por la culata.

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