30
de junio de 2015 — Mientras que la mayor parte del mundo vacila
nervioso ante los acontecimientos de hora con hora en torno a Grecia,
Lyndon LaRouche fue directamente al meollo del problema:
"Seamos realistas.
Los
griegos nunca van a pagar su deuda ilegítima. No tienen ninguna razón
para pagarla y no se pueden dar el lujo de pagarla. Y es todo el sistema
financiero trasatlántico el que está en quiebra, no Grecia".
LaRouche
señaló que esto incluye a Estados Unidos, que está completamente en
quiebra. Wall Street está completamente quebrado; no representa ninguna
riqueza, no tiene fondos reales y no merece ningún tipo de apoyo.
Ya
está en marcha el desplome del sistema del euro y tiene efectos de
reacción en cadena por toda la región trasatlántica; solo alguna parte
de América del Sur pudiera salvarse.
El
dólar estadounidense está ahora en peligro, advirtió LaRouche. Tenemos
que reconocer que no se puede cubrir el crecimiento de los activos
financieros sin valor, entre ellos todas las deudas de Wall Street.
Si se intenta cubrirlos se garantizaría un desplome en reacción en cadena.
El argumento es pretender que no existe dicho problema sistémico, que solo se trata de que Grecia se niega a pagar.
El punto es, ¿cómo vamos a mantener vivo a Estados Unidos cuando todo el sistema transatlántico se está derrumbando en este mismo momento?
Ciertamente
no va a ser en base al Partido Republicano y al Presidente republicano
de facto, Barack Obama, a quien tenemos que sacar de su puesto
inmediatamente, si es que Estados Unidos ha de sobrevivir al crac
financiero así como también al intento del imperio británico de lanzar
una guerra termonuclear en contra de Rusia y China.
Necesitamos
un acuerdo Glass-Stegall para Estados Unidos ahora mismo, dijo
LaRouche, para salvar lo que queda de nuestra resquebrajada economía
física.
Los
bancos de Wall Street y todo el imperio británico, están llenos de
basura, financiera y de todo tipo, y tienen que rendir cuentas por sus
crímenes. "No podemos rescatar a estos bastardos", afirmó LaRouche.
Alemania
es la otra nación crítica en esta coyuntura, aseveró LaRouche. Si
Alemania se deshace de la demente política de sanciones de Obama en
contra de Rusia y vuelve a hacer negocios con Rusia, esto podría servir
de bloque en contra de la severidad del desplome trasatlántico.
Es
del interés nacional de Alemania hacer esto; y es también la mejor
opción para Europa en su conjunto; las ventajas e implicaciones de esto
serían tremendas.
El
problema es la Canciller alemana "Murky" Merkel, junto con su ministro
de Finanzas Wolfgang Schaeuble. Pero la presión está aumentando en
Alemania para escapar de esta trampa del desplome europeo y la salida de
Merkel y Schaueble del gobierno podrían abrirle paso a esa vía.
Ha
llegado el momento de actuar, afirmó LaRouche. Todo el sistema
transatlántico se está desplomando; pero su reemplazo está al alcance de
la mano con la reorganización Glass-Steagall en Estados Unidos y a
nivel internacional y uniéndose a la mitad de la humanidad, representada
por el proceso BRICS, en la reconstrucción del compromiso del hombre
con la ciencia y un renacimiento económico-físico global.