PERCY ALVARADO – El 13 de diciembre del año 2000 fue presentado un informe auspiciado por la CIA, bajo la firma de su director George J. Tenet, el cual fue elaborado por expertos y oficiales de los servicios de inteligencia norteamericanos, agrupados en el Comité Nacional de Inteligencia, con vistas a predecir el comportamiento del mundo en el período 2000-2015.
Bajo la autorización del National Foreign Intelligence Board, resultó un diseño de las políticas norteamericanas de seguridad nacional en concordancia con el desarrollo del panorama socio-político mundial durante ese período. Fue titulado Tendencias Globales (Global Trends).
El propio Tenet escribió en esos momentos: “Desde el inicio de este proyecto ambicioso en el otoño de 1999, la intención fue hacer de GT-2015 una evaluación no clasificada para ser compartido con el público. Los expertos del mundo académico, grupos de reflexión y el mundo empresarial han hecho importantes contribuciones y, sus reacciones, junto con las de otros especialistas que ver nuestro trabajo por primera vez, reforzarán nuestro análisis continuo de los temas tratados en GT-2015. Lidiar con el futuro es necesariamente un trabajo en progreso, el cual yo creo, debe buscar constantemente nuevos conocimientos…”
De acuerdo con John Gannon, Chairman del Consejo Nacional de Inteligencia (CNI), este trabajo es la continuidad de su predecesor, Global Trends 2010, publicado en el año 1997 bajo la supervisión del entonces profesor de la Universidad de Harvard, Richard Cooper.
En la conformación de este estudio participaron especialistas del Foreign Reactions to the Revolution in Military Affairs, de la Universidad de Georgetown; Evolution of the Nation-State, de la Universidad de Maryland; Central Intelligence Agency (CIA); Industry & Trade Strategies, de San Francisco, CA; International Institute for Strategic Studies, London, UK; Defense Intelligence Agency and Naval War College, Newport; Potomac Institute, Arlington, VA; MITRE Corporation, McLean, VA; RAND Corporation, Santa Mónica, CA; The National Defense University, Fort McNair, Washington, DC; Carnegie Endowment for International Peace, Washington, DC; Department of State/Bureau of Intelligence and Research and CIA’s Global Futures Project; Brookings Institution; así como otras instituciones consultadas.
El informe es una proyección aventurada sobre los posibles cambios que tendrían lugar en Cuba en ese período que, por supuesto, solo podría hacerse sobre la base de pronósticos sucintos referidos a todo el espectro de la vida política, económica y social de la Isla. Decir, tal como lo hace Ivette Leyva Martínez en un trabajo al respecto, colocado en el blog Café Fuerte, que “a todas luces, se ha cumplido plenamente”, resulta un disparate.
La CIA y el Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) predicen de forma manipulada un deterioro de la economía cubana y un retraso de la misma con respecto a otras naciones de la región. Para su percepción, las causas de este fenómeno obedece a dos causas fundamentales: la no inclusión en los procesos de globalización y la existencia de una economía centralizada, cerrada para el libre mercado y las prácticas del capitalismo. No hacen alusión al impacto del criminal bloqueo contra Cuba por parte de EEUU y otras causas externas e internas que conspiran contra la economía cubana como lo son el incremento de los precios en el mercado, la prohibición a la adquisición de productos con materias primas norteamericanas, la prohibición del uso de dólar, la guerra implementada contra empresas potencialmente inversionistas, así como otras medidas de guerra económica contra la Isla. En resumen, solo se limitan a augurar: “La economía cubana bajo un gobierno de Castro se quedará más atrasada que la mayoría de los países latinoamericanos que adoptan la globalización y prácticas de libre mercado”.
Para la CIA y sus acólitos la pretendida “democratización” en Cuba depende de la permanencia de la dirección revolucionaria en la gobernabilidad. Solo el desmantelamiento del socialismo, para ellos, puede generar desarrollo. En este sentido, la solución estaría solo como posibilidad en dependencia de “cómo y cuándo Fidel Castro salga de escena”. Sin embargo, esta hipótesis ha quedado como una especulación burda al arribar al 2015.
Ha sido preocupación también para estos agoreros una “inestabilidad política significativa durante un proceso de transición en Cuba [que] podría conducir a la migración masiva”. Lo cierto es que, a pesar de los planes subversivos y desestabilizadores implementados contra nuestro país, no se ha manifestado ninguna inestabilidad política y los cambios que tienen lugar están encaminados al desarrollo del nuestro socialismo, haciéndolo más inclusivo y generando una mayor participación del pueblo.
Al no existir inestabilidad política, tampoco se ha producido, como predijeron, una migración masiva de nuestros ciudadanos. El actual incremento de las salidas ilegales es solo resultado de rumores propalados por los propios medios enemigos de Cuba respecto a que el actual proceso de acercamiento entre las dos naciones podría llevar a la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano. La impunidad y el favorecimiento por parte de EEUU a la emigración ilegal, fundamentalmente de nuestros médicos, deportistas, profesionales y otras personas de interés para los EEUU ha disparado las cifras de salidas ilegales, al extremo que, entre el 2005 y el 2014, 134,758 cubanos llegaron por vías ilegales a Estados Unidos para acogerse al estatus de refugiado, el 67 por ciento de ellos a través de frontera mexicana.
La CIA y el CNI no contaron con la resistencia de los cubanos que permitió que, a pesar de conspiraciones, financiamiento a la subversión, una criminal guerra económica e ideológica, todavía apuesten por el socialismo.