Lo temido se está haciendo realidad: el Canciller chileno Heraldo Muñoz anunció que el gobierno selló un acuerdo, tras 5 años de negociación, con 12 países en lo que se ha definido como el mayor tratado de libre comercio conocido y a la vez, el mayor atentado contra la soberanía nacional y los derechos ciudadanos.
“Estamos complacidos porque se ha logrado un acuerdo muy valioso para Chile, resguardando nuestros intereses, pues va a permitir consolidar nuestra relación con la región Asia-Pacífico. El TPP definirá los acuerdos comerciales del siglo XXI. Seremos parte del esquema económico más grande y moderno del mundo, considerando que el TPP es la negociación plurilateral más importante de los últimos 20 años” señaló a La Tercera el canciller Heraldo Muñoz.
Durante la segunda semana de mayo de este año la Cámara de Diputados, de manera bastante insólita, rechazó la idea de que pudieran hacerse públicos los temas que toca el mentado acuerdo. La medida es insólita, pero va de la mano con el total secretismo en torno a las materias tocadas el acuerdo que en todos los países se conversa y negocia a espaldas de la ciudadanía. Lo que más se sabe sobre sus temáticas se recoge fundamentalmente gracias a las revelaciones hechas por Wikileaks. Se estima que son 30 capítulos de negociación donde el acuerdo busca regular temáticas que van desde el comercio de lácteos, derechos digitales, patentes comerciales hasta la regulación de materias laborales y medioambientales.
El portal TPP abierto revela que el tratado atenta contra los derechos digitales pues “El TPP busca convertir a los proveedores de acceso a Internet en los responsables de censurar contenidos unilateralmente, sin intervención de un organismo superior, como el poder judicial, que garantice nuestros derechos. Además, busca endurecer las sanciones a las infracciones del derecho de autor, penalizándola con multas, desconexión de Internet y hasta cárcel.” y agrega “Prácticas hoy comunes, como postearle un video a un amigo, podrían desaparecer, cambiando por completo el modo en que Internet se ha convertido en una herramienta vital para nuestras vidas.”
Respecto a los medicamentos el sitio señala “El TPP busca expandir el plazo de protección a las patentes de medicamentos, lo que significa mayores trabas para la fabricación de genéricos y, en consecuencia, medicinas cada vez más caras.”
En este mismo sentido el presidente del Colegio Químico-Farmacéutico Mauricio Huberman, señaló al medio Radio Universidad de Chile “Me parece que en ese tipo de cosas no estamos de acuerdo, tampoco hacer una definición de las plantas y registrarlas. Por ejemplo, podríamos nosotros tener que pagar royalties por el boldo que es chileno, y no me parece. Ese tipo de cosas no son adecuadas. Creo que no van en caso de la innovación, aquí se está tratando de hacer abuso en cuanto algunos excesos por algunos cambios tecnológicos, y haciendo pasar esos cambios tecnológicos como sistema de inventiva e innovación para tener más años de registro. No me parece adecuado”.
El TTP puede incluso vulnerar la soberanía del país en materias judiciales. Por ejemplo, en relación a materias de derechos de autor el país queda supeditado a un organismo internacional que vela por ellos. “las grandes empresas pueden demandar a los gobiernos ante un tribunal comercial internacional, por introducir nuevas leyes – como las leyes de protección al consumidor – que dañen sus negocios.” señala TPPabierto. A ello se agrega la presión que han realizado las grandes empresas agrotóxicas y fabricantes de alimentos transgénicos en este tratado, para que haya mayor permisividad circulación de sus productos.
El analista internacional Ruperto Concha denunció hace unos meses que “En el Tratado Transpacífico, hay 480 representantes de las grandes empresas y sólo 86 puestos que se reparten los representantes del sector social, el sindical y el político. Es decir, las grandes transnacionales, desde la partida, tienen garantizado el quórum y la mayoría absoluta para imponer todas sus decisiones, como les dé la gana.”
Pese a todos estos reparos, las autoridades chilenas presentan el acuerdo como un gran paso para Chile. No debiese llamarnos la atención su imposición dictatorial, en un país dominado y secuestrado por grandes grupos económicos. El TTP debe seguir su tránsito en los parlamentos de los países firmantes -Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Estados Unidos, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam-, al igual que en nuestro país.