Definitivamente sí.
Existe una manera relativamente simple y efectiva de saber si estamos avanzando
en la construcción del socialismo o no. Desde el punto de vista de la teoría
marxista, el socialismo (etapa de transición al comunismo) comienza cuando la
mayoría trabajadora, es decir, el Pueblo toma el poder político y económico
(los medios de producción).
El 6 de diciembre del
año 1998, las fuerzas revolucionarias nos hicimos del poder político pero el
poder económico todavía estaba en manos de la burguesía (es decir, de la clase
representante y defensora del capitalismo), clase social que usufructuaba la
administración de la renta petrolera durante los últimos 100 años. Con la
derrota del paro petrolero del 2002-2003, logramos tomar una buena porción del
poder económico, ya que la venta del petróleo representa aproximadamente un 50%
del PIB de Venezuela mientras que el otro 50% está representado por las
actividades no petroleras, en orden de importancia: la manufactura, producción
de servicios al Gobierno General, impuestos, servicios inmobiliarios, comercio
y servicios de reparación, etc. (ver gráfica adjunta). Fue gracias a la toma de
ese poder económico, que el Presidente Chávez pudo saldar una parte de la deuda
social acumulada durante ese siglo de capitalismo burgués. Todas las misiones
sociales fueron posibles gracias al superávit petrolero y la voluntad del
Presidente Chávez.
Sin embargo, después de
ese enorme avance en la transición de la transición, es decir, de la toma del
poder económico para alcanzar el socialismo, no observamos nuevos avances, no
al menos tan impresionantes, como lo fue la toma de PDVSA. Incluso, la toma de
PDVSA no fue total, sino parcial. Muchos cuadros de la burguesía se quedaron
“durmientes” a la espera de oportunidades de sabotear a la Revolución. Lo mismo
sucedió con los sectores de electricidad y agua, comunicaciones, instituciones
financieras, transporte y almacenamiento, que en conjunto componen una gran
parte del PIB. El Presidente Chávez, con su gran intuición, tenía una visión de
conjunto de lo que estaba pasando y creó las grandes redes de distribución y
almacenamiento de alimentos: MERCAL, PDVAL, etc., gracias a las cuales la
guerra económica de la burguesía pudo ser derrotada y el hambre no pudo
instalarse en las clases más desposeídas del país. Eso hubiese causado una
revuelta popular de impredecibles consecuencias.
Regresando al título
del artículo, ¿cómo cuantificar nuestra transición socialista? ¿Cómo utilizar
el socialismómetro? Sencillo. El PIB de Venezuela es la suma de los PIB de cada
Estado venezolano. Nuestros gobernadores y alcaldes se afanan en la
construcción de obras creyendo que con eso están contribuyendo a la
construcción del socialismo. Esa es una falsa creencia. Su contribución a la
construcción del socialismo se cuantifica por cuánta es la proporción de su
contribución al PIB que ha pasado a manos del Pueblo. Es decir, cuántos medios
de producción (y qué porcentaje del PIB representan) han pasado a manos de la
mayoría, a manos del Pueblo. Eso es perfectamente cuantificable. Si hiciéramos
esa medición podríamos saber dónde y en qué cantidad estamos construyendo el
socialismo.