Rocío Castellano
Desde hace mucho tiempo conozco el hermoso entramado
constitucional que hábil e inteligentemente nos dejó el Comandante Chávez a
través de nuestra Constitución del 99 y de las Leyes que promulgó siendo
Presidente.
He estado enamorada fehacientemente de esta estructura legal
que de manos de Chávez, le regaló al pueblo Venezolano para ser activada en lo
que hemos de denominar LA HORA DEL PODER POPULAR.
No es un Cliché, es purita verdad. Ahora sí que llegó la Hora
del pueblo organizado. Es el momento preciso para sacar nuestro arsenal
constitucional y elevar al rango de PODER el mal usado Poder Popular.
¡Quién dijo miedo! Nuestra Constitución y las Leyes que hoy
tenemos en Venezuela, empoderan al pueblo organizado, de una investidura que va
más allá de cualquier Asamblea Nacional de Pacotilla, la que tenemos y la que
viene. Sí, así como lo leen, de pacotilla la que tenemos y la que viene.
Hasta cuándo vamos a soportar estar metidos en la mira de
estos dos bandos corruptos que lo único que han logrado es que hoy estemos
viviendo la más cruenta guerra económica y que nos estemos enfrentando como
perros en un escenario que sólo ha favorecido a los más viles buscadores de
fortuna.
¡Ya basta! Algo que hizo perfectamente bien nuestro
Comandante fue llenarnos de puritica conciencia social y política. Elementos
suficientemente fuertes para contrarrestar esta situación.
Por eso, desde esta tribuna, el llamado es a activar a los
Consejos Comunales. Esa es la única salida que tenemos para librarnos de tanta
ignominia política y económica, de tanta falsedad ética y moral y de tanto
politiquero barato que ha desgastado el honor de ser gente en Venezuela.
La lucha ¡señores! Debe empezar a darse dentro de nuestras
Leyes y con ellas de la mano, necesitamos hurgarlas, saborearlas, conocerlas y
reconocerlas en los escenarios pertinentes para activa nuestro PODER POPULAR.
Llegó la hora de enfrentar esta cruenta realidad con más
verdad, la del pueblo que se maneja y se gobierna desde sus bases, desde los
Consejos Comunales, desde la misma gente y para la misma gente.
Y la apuesta va más allá. Organicemos y reorganicemos a
nuestro PODER POPULAR, con la única intención de hacer valer nuestro derecho,
ese que nos lo han quitado a punta de mentiras y de corrupción, de mancillar la
honra y la valentía de quienes creemos profundamente en el verdadero cambio
como bandera. Instalemos nuestras juntas de barrios, de parroquias, de
urbanizaciones, de calles y avenidas para discutir nuestro rumbo, el rumbo de
nuestra nación, que no es más que el rumbo de nuestras propias vidas,
cotidianas, diarias.
Por qué tenemos que pensar y creer que nuestro rumbo lo
deciden 167 asambleístas. Personas ajenas a nuestras realidades, embaucadas en
un sinfín de polaridades que terminan enmascarando la realidad en su propio
tejido de falsedades y corrupción. Por qué tenemos que pensar y creer que las
decisiones sobre nuestro destino, nuestro rumbo como país, las deben tomar
otros, cuando es a nosotros a quienes nos corresponden estas tareas. Cuándo fue
que dejamos de lado el pensar y repensar en la construcción de nuestro país.
Cuándo fue que dejamos de lado una Constitución que desde el 99 dejó de ser
representativa, para convertirse en participativa.
Ahí están las leyes, los reglamentos, los estatutos, las
funciones, y en esa estructura legal de puro PODER POPULAR, es de donde vamos a
sacar las fuerzas necesarias para enderezar este desastre.
Yo comienzo hoy recobrando los espacios de la Casa Comunal
que egoísta e injustificadamente, gente indeseable ha querido mantener cerrados
al pueblo. Yo comienzo hoy
reorganizando a mi Consejo Comunal con la firme intención de hacernos escuchar
y de decidir sobre nuestro rumbo como comunidad. Hoy comienzo y es que hoy es
el comienzo. Levantemos de nuevo al PODER POPULAR, Llegó la hora de ser
Chavistas en realidad, de creer en una mejor Venezuela y, sobretodo, de
reconstruir nuestra Patria, esa que nos pertenece y que no le vamos a dejar a
167 politiqueros mancilladores de pueblo.
Rocío Castellano