DAVID BROOKS / La Jornada – Al cubrir el proceso electoral
estadunidense durante más de 20 años, hemos tenido que reportar sobre
fraudes masivos, maniobras para suprimir el voto de ciertos sectores, el
hecho de que aquí no todo voto es contado, la corrupción del proceso
por miles de millones de dólares provenientes de lugares oscuros y el
uso ultrasofisticado y siempre tramposo de la propaganda, entre otras
cosas, pero a la vez también hemos contado sobre insurgencias
electorales, movimientos espontáneos que asustaron a las cúpulas,
momentos breves en los que irrumpió una expresión solidaria y noble,
rompiendo el cinismo tan integral a este sistema que se proclama modelo
para el mundo.
Noam Chomsky ha reiterado durante años que las elecciones son
en gran medida una fiesta de relaciones públicas. Sólo abordan de
manera marginal los temas; son más que nada un espectáculo. Señala que
durante décadas la opinión mayoritaria del pueblo registrada en las
encuestas es casi opuesta a las decisiones de sus supuestos
representantes. Subraya que es casi imposible que gane algún candidato
que realmente represente los intereses de los de abajo en nuestro
sistema, el cual no es una democracia, sino una plutocracia.
Varios intelectuales destacados –desde los economistas premios Nobel
Joseph Stiglitz y Paul Krugman, al gran veterano del periodismo Bill
Moyers, entre otros– han sonado esta misma alarma de que el país se está
volviendo una plutocracia, en una oligarquía.
Gore Vidal no se cansaba de repetir que “Estados Unidos sólo tiene un
partido –el de la propiedad, el de las grandes empresas, el del dinero,
con dos alas derechas: una demócrata y la otra republicana”.
Vidal, a finales de su vida, denunció el fin de la república, llamaba
al país Estados Unidos de la Amnesia, donde su historia real quedó en
el olvido, y acusó a los medios de colaborar: nuestros regentes no
quieren que sepamos nada. Cuando uno tiene una prensa como la nuestra,
uno ya no tiene una ciudadanía informada.
La cobertura mediática sigue como si nada de esto estuviera
ocurriendo (ningún medio masivo tradicional cita o entrevista a Chomsky
y, tal vez por esa enfermedad de amnesia, pocos recuerdan a Vidal). Los
noticieros de 24 horas encabezados por CNN, Fox News y MSNBC, entre
otros, las agencias de noticias, los principales rotativos cubren la
elección como cualquier otra (con algunas excepciones notables), imponen
una visión oficial que casi todos estamos obligados a seguir. Así, la
mayoría reportaremos sobre cada paso de este concurso, esta carrera de
caballos con apuestas multimillonarias, coordinada y manejada –como han
señalado repetidamente Chomsky y otros– por la industria de relaciones
públicas y publicidad, o sea, los mismos encargados de vender productos
como automóviles o pasta de dientes.
Sin embargo, esta pugna electoral hasta ahora no ha seguido el guión
impuesto por las cúpulas. La toma del Partido Republicano por
una insurgencia radical de derecha, encabezada por Donald Trump y Ted
Cruz, ha atraído la mayor atención alrededor del mundo.
Pero a la vez, la dinámica a principios de este proceso electoral no
se ha definido sólo por la derecha, sino también por el surgimiento del
proclamado socialista democrático Bernie Sanders (cuyas posiciones lo
definirían como un socialdemócrata en cualquier otro país), quien goza
de mayor apoyo popular que Trump entre el electorado, y quien también
está provocando alarma –y hasta histeria– entre las cúpulas políticas y
económicas del país.
Chomsky afirmó en una entrevista reciente que Sanders está
haciendo cosas buenas y valientes, organizando a mucha gente, pero
advirtió que sus perspectivas son casi nulas a largo plazo justo por los
intereses que dominan este proceso político. Opinó que esa
campaña debería ser dirigida hacia un movimiento popular que usaría la
elección como un incentivo para después continuar, y eso no está
ocurriendo. Cuando se acabe la elección, ese movimiento va a morir, y
eso es un error serio. Lo único que llevará a un cambio significativo
son movimientos populares continuos y dedicados que no presten atención
al ciclo electoral.
Sin embargo, lo que queda claro por ahora es que hay un hartazgo con el statu quo, con
más de lo mismo, algo que se expresa tanto por la derecha como por la
izquierda. Trump es un fenómeno alarmante por razones obvias. Pero la
expresión progresista desencadenada por Sanders es igualmente
sorprendente para las cúpulas. No hay nada que asuste más a las cúpulas
que la democracia real –la participación masiva, independiente y
constante de sectores sociales conscientes–, y por ahora se portan a
veces como si estuvieran al borde de una crisis nerviosa.
En un acto masivo de Sanders este fin de semana, justo antes
del inicio del ciclo de elecciones primarias que arrancarán en Iowa este
lunes, el acto culminó con el precandidato, un grupo musical y miles de
sus seguidores cantando This land is your land, del legendario
cantautor radical popular Woody Guthrie, que entre sus estrofas
dice: al ir caminando/me topé con un anuncio ahí/de un lado decía
propiedad privada/del otro lado no decía nada/ese lado está hecho para
ti y para mí.
Que en medio de Iowa retumben los ecos de lo que es un himno
al pueblo de este país compuesto por Guthrie, quien tenía escrito sobre
su guitarra esta máquina mata fascistas, y que los jóvenes conozcan la
letra para cantarla junto con el precandidato más viejo en esta
contienda, pues tal vez…
Tal vez la amnesia se fracturó tantito, tal vez ese mar de
personas, sobre todo jóvenes, recordó un eco de las luchas de sus
antecesores por los derechos de todos los presentes, tal vez se dieron
cuenta de que esto se trata de mucho más que sólo ir a depositar una
boleta cada cuatro años, a petición de los dueños del sistema.
Tal vez desde atrás del espectáculo se asomará un poco de
democracia en este ciclo electoral que arranca este lunes en el país más
poderoso del planeta.
“La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura”. Lin Yutang
Cervantes
Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.
MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
La Colmena no se hace responsable ni se solidariza con las opiniones o conceptos emitidos por los autores de los artículos.
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