Sin duda que uno de los grandes males de
la crisis económica de Venezuela, se origina con las nuevas modalidades
de “hacer comercio” de manera ilegal de la mano de ciudadanos
inescrupulosos nacionales y extranjeros, todos con el afán de hacer
crecer sus cuentas en dólares “a costilla” del ciudadano común.
A estos ciudadanos se les conoce como
“bachaqueros” (revendedores de productos regulados por el gobierno
nacional); dichas bandas actúan casi libremente, y en Caracas se da la
modalidad de llegar por grupos algunos en motos, ocupan por la fuerza
los primeros puestos en "las colas" de consumidores que esperan la
apertura de los comercios, y al momento mismo de que esta se efectúe por
parte de los empleados, aparecen muchos más, y dejan si posibilidades
de compra al resto de los agotados ciudadanos que pacíficamente se han
mantenido desde la madrugada en una inmensa fila humana.
En este “nuevo orden económico” impuesto
por las mafias algunas provenientes del vecino país Colombia, han
extendido sus acciones con la filiación de los “raspacupos”, mafia de
ciudadanos venezolanos y extranjeros algunos hasta nacionalizados que
están empleando los beneficios que aporta la banca pública nacional para
hacer de las suyas con la reventa de divisas, especialmente dólares
viajeros (cupos de viajeros) asignados a tasa preferencial por el
Sistema Nacional de Divisas.
Dicha plaga, la cual la constituye una
minoría, se creía en vía de extinción, pero al contrario ha retornado
con nuevos bríos y se ha multiplicado para dejar una imagen negativa en
el exterior, gracias a algunos ciudadanos venezolanos, los cuales por
el afán de obtener cualquier cantidad de dólares son capaces de todo,
desde revender productos en las calles de Aruba o Curazao, dejar vacíos
con sus tarjetas de créditos los cajeros ATM en dichos territorios
holandeses.
“Los raspa-cupos” (raspar la tarjeta)
mientras están en el exterior evitan gastar los dólares obtenidos con
tasa preferencial, para luego revenderlo en “el mercado negro” logrando
importantes dividendos. Para ello son capaces de dormir en las peores
condiciones con tal de evitar gastar el “dinero verde”.
Negocian con comerciantes y clientes de
los países que visitan, para que les cambien los consumos por dólares en
efectivo, crean mecanismos irregulares con tal de obtener un capital
en dólares.
Pero “los raspa-cupos” otro síndrome de
la crisis económica nacional aportado desde el extranjero para su
desarrollo a nivel nacional, mantienen en zozobra a las autoridades
venezolanas por su efectividad para eludir los controles establecidos
para eliminarlos.
Hoy en diversos destinos del Caribe y
Suramérica apetecidos por los famosos viajeros “raspa-cupos”
venezolanos, como: Aruba, Colombia, Cuba, Ecuador y la ciudad de Miami
(EEUU). Las autoridades se han visto en la necesidad de combatir esta
plaga comercial depredadora del dólar al imponer severas sanciones
tributarias y penales a los “viajeros” venezolanos.
Algunos ciudadanos que han visto los
“puntos débiles de la crisis nacional”, se aprovechan de la misma para
revender medicinas cubanas en Venezuela. Otros transportan productos de
baja calidad para hacer transacciones comerciales ilegales según las
leyes del “territorio libre de América”.
(aporrea.org)