Mucha gente sospecha de “la Polar”, como
habitualmente se le llama, pero pocos se han puesto a investigar con
seriedad las andanzas de este gigante empresarial de Venezuela. Una de
esas personas es Carlos Lippo (Caracas, 1947), quien es ingeniero
electricista y consultor especializado en ese campo, pero desarrollado
una intensa labor como comunicador alternativo en el portal
ensartaos.com.ve. También ha colaborado con publicaciones como
Barómetro Internacional, CubainformaciónTV , la revista Lema, de
México, Rebelión y otros medios de carácter revolucionario.
Lippo, quien se define a sí mismo como
“marxista-leninista por formación y convicción”, fue dirigente
regional y nacional del extinto Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) entre 1975 y 1980. Afirma que está
“resteado con la Revolución Bolivariana desde 1996” y es adherente
del Partido Socialista Unido de Venezuela desde su fundación.
En la entrevista con La Iguana.TV, Lippo
muestra algunos de los resultados de sus investigaciones acerca de
Empresas Polar y expone sus opiniones sobre lo que debería hacer el
gobierno con ese conglomerado.
A continuación, la conversación que sostuvo con el periodista Clodovaldo Hernández:
-Recientemente, Empresas Polar anunció
que había logrado un crédito por 35 millones de dólares con un banco en
Antillas Neerlandesas, para producir cerveza. ¿Por qué no lo hizo antes?
¿Por qué no lo hace para otros rubros más importantes?
-A finales de abril, Polar inicia una
nueva campaña de presión al gobierno para obtener divisas preferenciales
por medio de la emisión de un comunicado oficial que fue ampliamente
difundido por los medios acostumbrados. Con dicho comunicado intentaban
chantajear al gobierno anunciando que en pocos días, al tener que cerrar
sus plantas cerveceras por falta de insumos importados, quedarían sin
trabajo unos diez mil empleados directos y más de trescientos mil
indirectos. Polar también planteaba en ese comunicado que se habían
dirigido al gobierno nacional para solicitar los dólares requeridos para
importar cebada malteada y lúpulo, a través del Sistema de Divisas
Complementarias (Dicom), pero como ellos tienen que saber que los
dólares tranzados en el Dicom son aportados por particulares y no por el
gobierno, resulta evidente que lo que estaba tratando de obtener con su
chantaje eran dólares protegidos, de los que están reservados para
rubros esenciales como alimentos y medicinas, a la tasa de 10 bolívares
por dólar. ¡Qué mantequilla! Como el gobierno no les acepta el chantaje
se ven obligados entonces a gestionar el famoso crédito de 35 millones
de dólares, pero para no perderlo todo, en las mismas declaraciones en
las que anuncia lo del crédito, el inefable Lorenzo Mendoza deja caer la
piedrita de que no podrá pagar ese crédito si el gobierno no le concede
los dólares necesarios a través del Dicom, como si los dólares
transados en este sistema fuesen aportados por el gobierno.
Afortunadamente lo real es que cuando le toque pagar el crédito,
Lorenzo tendrá que meterse las manos en los bolsillos, que bien repletos
de dólares los tiene, o acudir al Dicom, a través de la banca nacional,
y pagarlos a una tasa definida por el mercado y aprobada por el BCV,
que actualmente supera los 500 bolívares por dólar.
-¿Por qué no pidió ese crédito desde un principio?
-Lorenzo no pide el crédito antes porque
estaba presionando para que el gobierno nacional le otorgase los
dólares para elaborar la cerveza a la tasa protegida, como siempre había
sido. Al no ser complacido, pide el crédito, pero siguiendo en su
ataque al gobierno dice que no podrá pagarlo si el gobierno no le da los
dólares a través del Dicom, cuando él tiene que saber que son dólares
provenientes del sector privado los que se transan en este sistema
cambiario.
-¿Y por qué no pide crédito para harina u otros productos alimenticios, pero sí para cerveza?
Considero que no pide créditos para
elaborar otros productos más importantes que la cerveza porque ya los
tiene, suministrados por el gobierno a la tasa protegida, pero con la
obligación de emplearlos para procesar alimentos. En cualquier caso, no
debemos olvidar que el verdadero negocio de Polar, como el de todo el
empresariado parasitario y felón del país, no es producir, sino obtener
del gobierno dólares baratos para venderlos caros en el mercado ilegal y
que el monto solicitado en préstamo en esta oportunidad es
prácticamente insignificante si se le compara con los casi 6.000
millones de dólares que le ha otorgado el gobierno entre los años 2012 y
2015.
-Mendoza se apresuró a aclarar que usó
como garantías unas acciones que posee la corporación desde hace muchos
años en el exterior. ¿Cuál es la realidad de los haberes de Polar en el
exterior?
-En efecto, en las mismas declaraciones
en las que Lorenzo anunció lo del préstamo concedido por el Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria (BBVA) Internacional, dijo que lo había afianzado
con sus acciones en Banpro International Inc. N.V. Curacao. Si tomamos
en cuenta que Lorenzo Mendoza sigue siendo el mayor accionista nacional
del BBVA Provincial de Venezuela, cuya casa matriz es precisamente el
BBVA de España y que Banpro de Curazao es obviamente una empresa del
grupo Banco Provincial, podemos concluir que todo lo del dichoso crédito
ha quedado en familia, facilitando así todo tipo de maniobras y manejos
non santos. Ahora bien, si tomamos en consideración que la fortuna
personal de Lorenzo Mendoza fue evaluada por la revista Forbes a
comienzos de este año en 1,5 millardos de dólares, resulta más que
evidente que conocer la realidad de los haberes de Polar en el exterior
es algo que requiere de una amplia labor de investigación que yo todavía
no he completado. En un intento por establecer cuáles son esos haberes
como mínimo, podría decir que es público y notorio que Polar tiene desde
hace años una procesadora de alimentos en Colombia y que actualmente
está desarrollando otra y que la producción de estas plantas está
destinada básicamente a la exportación a países como Perú y Chile en los
que un kilo de harina de maíz precocida se vende hasta en 5 dólares,
pues el mercado interno colombiano lo satisfacen con producción
venezolana, por las vías que todos sabemos. También es público y notorio
que tienen una pequeña procesadora de harina de maíz en Texas y otra de
malta, en Florida, Estados Unidos. Como producto de un concienzudo
trabajo de investigación el equipo del blog La Tabla menciona además,
unas cinco empresas constituidas en Nueva Zelanda, bajo un marco legal
de dudosa transparencia, cuyos principales accionistas y gerentes son
parientes de Lorenzo Mendoza y/o altos ejecutivos de Polar, y estas
empresas a su vez, son accionistas de otras tres empresas constituidas
en España, donde operan en el ramo de alimentos. A estas empresas
teóricamente productivas yo personalmente añadiría dos muy poco
solventes empresas canadienses: Deutsche International Trustee Services
C.I., propietaria actual de la marca Maltín y Deutsche Tran Trustee Inc.
(DTTI), propietaria actual de la marca Pan, pues es más que utópico
pensar que Mendoza cedería sus marcas bandera a cualquier empresa que no
fuese de su propiedad o estuviese bajo su control.
-Si Empresas Polar fuese expropiada hoy, ¿podría el Estado administrar ese monstruo con eficiencia?
-Vamos por partes, lo que llamamos
coloquialmente “la Polar” es realmente un grupo conformado por ocho
empresas: Cervecería Polar C.A., Cervecería Polar Los Cortijos C.A.,
Alimentos Polar Comercial C.A., Alimentos Polar C.A., Pepsico Alimentos
S.C.A., Pepsi-Cola Panamericana S.R.L, Provencesa S.A. y Financorp Banco
de Inversiones S.A., empresa a la cual, aunque pueda parecer extraño,
Cervecería Polar C.A. llegó a ceder en una oportunidad los derechos
sobre todas sus marcas. El hecho de necesitar de al menos ocho empresas
diferentes para manejar de manera rentable sus tres áreas de negocios:
bebidas alcohólicas, alimentos y bebidas no alcohólicas, a pesar de que
detentan auténticos monopolios en todas ellas, sería una clara
demostración de que no son tan eficientes como lo pregona de manera
altisonante su accionista mayoritario, Lorenzo Mendoza Giménez. Sin
embargo, el haber diseñado este intrincado entramado de empresas obedece
realmente, a mi juicio, a la conveniencia de poder disponer de un medio
que les permita aumentar los precios de sus productos a su entera
voluntad, aumentando los costos de producción de manera fraudulenta.
Así, por ejemplo, tal como puede observarse en el empaque de la
margarina Mavesa, se trata de un producto elaborado y distribuido por
Alimentos Polar Comercial C.A., bajo licencia de Alimentos Polar C.A.,
lo mismo ocurre con la mayonesa Mavesa y en general con el resto de los
alimentos sobre los cuales la Corporación conserva aún los derechos de
elaboración. Pero también ocurre con la harina Pan en todas sus
presentaciones, a pesar de haberle cedido los derechos a la corporación
canadiense Deutsche Tran Trustee Inc. (DTTI).
-¿Y podría el Estado administrar ese entramado corporativo?
-En mi opinión y en el marco de la
situación actual el estado debería expropiar solamente las
instalaciones del área de negocios de procesamiento de alimentos y ello
después de tomar las previsiones necesarias para no tener que pagar unas
licencias de producción que obviamente fueron cedidas con propósitos
viles; en este orden de ideas considero que para manejar eficientemente
esa área, que no entraña mayor complejidad tecnológica, bastaría con una
sola empresa procesadora y unas muy adecuadas líneas de distribución.
Considero que las empresas de las otras dos áreas deben ser objeto de
algún tipo de intervención que les impidiese que continúen operando bajo
condiciones casi monopólicas, en detrimento de sus competidores y por
supuesto de sus clientes y que las obligue a cumplir plenamente al
ordenamiento legal vigente, coartando totalmente su capacidad de ser
operadores efectivos de la guerra económica.
-¿O sea, que en ese escenario hipotético, usted no se imagina al Estado socialista produciendo cerveza?
-Desde luego que no, no imagino al
nuestro, que lleva tiempo trabajando intensamente para constituirse como
estado socialista, teniendo entre sus prioridades la elaboración de
cervezas ni de ninguna otra especie alcohólica. En este sentido me
identifico totalmente con un planteamiento del comandante Chávez, hecho
creo que en año 2010 y en todo caso en una ocasión en que le fue
decomisada a la Polar una importante cantidad de alimentos en uno de
esos depósitos clandestinos que hoy sabemos que tienen regados por todo
el país. En esa oportunidad, el comandante dijo que el gobierno
revolucionario no necesita tener plantas cerveceras.
-Empresas Polar ha invertido mucho
dinero en su imagen y en la de Lorenzo Mendoza. Según algunas encuestas,
ambas son actualmente abiertamente positivas. Bajo esa premisa, ¿le
conviene al gobierno de Nicolás Maduro una acción drástica, como la
expropiación?
-Es cierto, Polar invierte ingentes
recursos financieros para promover su imagen y la de sus dueños, así
como las supuestas bondades de sus productos. Las pautas publicitarias
de Polar en medios escritos y electrónicos son tan jugosas que con ellas
se garantiza la publicación “gratuita” de sus terroríficos y periódicos
comunicados y la difusión como noticia de importancia de cuanta
babosada se le ocurre declarar a Lorenzo y a sus gerentes de primera
línea. Adicionalmente Polar convierte, con gran éxito por cierto, sus
donaciones puntuales a causas deportivas y de investigación tecnológica
en auténticas vallas publicitarias de larga permanencia en
instalaciones deportivas y educativas. Ahora bien, hay encuestadoras que
como Datanálisis me merecen muy poca confianza sobre el tema puesto que
ella suele actuar como la vanguardia de las campañas de ataque de
Lorenzo al gobierno nacional, como en el caso de aquello que llamaron el
“Plan Garra”, a mediados del año pasado, que fue por cierto un rotundo
fracaso y más recientemente, con motivo de la amenaza de cierre de las
plantas cerveceras. Decir, como ha dicho recientemente Luis Vicente
León, que “el 92% de los venezolanos evalúan positivamente la gestión de
empresas Polar por el bienestar del país”, es sencillamente
insostenible a la luz del hecho de que no hay chavista, por más blando
que pueda ser, que esté a favor de la Polar en esta coyuntura y que
también existe una cantidad no despreciable de opositores,
fundamentalmente en los medios empresariales, que no los apoyan a causa
de sus desleales y mafiosos manejos empresariales. En todo caso,
considero que no se trata de un tema de conveniencia, sino de
supervivencia, ya que como he planteado en la gran mayoría de mis
trabajos de denuncia, el peso de Polar en la guerra económica es de tal
magnitud, que son ellos o somos nosotros, no hay medias tintas, es una
auténtica guerra a muerte decretada por ellos.
-¿Cuál es la realidad de los
trabajadores de Polar, pues siempre aparecen grupos aliados del patrono,
alabando sus políticas laborales?
-Para comenzar es necesario decir que
Polar tiene muchísimos menos trabajadores que los que Mendoza dice
tener, ya que como cualquier empresa capitalista salvaje que se respete,
cuenta con una gran cantidad de trabajadores tercerizados, que laboran
en sus instalaciones y bajo las órdenes de sus supervisores, pero que
son pagados por otras empresas, por supuesto que en condiciones
inferiores a las de aquellos empleados reales de Polar que ejecutan las
mismas labores. También se da el caso de que la actividad de
distribución de los productos, que es quizás su mayor fortaleza, es una
actividad ejecutada por terceros (choferes y caleteros), excluidos de la
nómina de Polar, aunque vistan sus uniformes y porten sus
identificaciones. Puedo decirte con toda propiedad que entre los que
realmente son nómina de la empresa se distinguen fundamentalmente dos
grupos: los que están afiliados a sindicatos reconocidos por la empresa y
los que forman o intentan formar parte de sindicatos clasistas no
controlables por el patrono. Para los segundos, que van camino de ser la
mayoría, si es que ya no lo son, a juzgar por las declaraciones de los
dirigentes sindicales clasistas, hay: bajos salarios, deplorables
condiciones socio laborales, intentos de soborno, hostigamiento,
persecución, intimidación y hasta asesinatos por encargo, como lo puso
en evidencia el larguísimo conflicto con los trabajadores liderados por
Juan Rodríguez, que después de una huelga de más de 100 días fueron
reivindicados por un laudo arbitral que reconoció la procedencia de sus
reclamos aunque en principio no fue reconocido por la empresa. Para los
primeros, que según entiendo no disfrutan de salarios mucho mejores que
el del promedio de los trabajadores de las mismas zonas industriales,
hay algunos beneficios contractuales en especie y en dinero, no
reconocidos por la empresa como salario y un grado de “confianza” que
les da acceso a las plantas en circunstancias más o menos conflictivas.
Este es precisamente el grupo que movilizan, bajo el control del
personal de seguridad, cada vez que se trata de mostrar solidaridad con
el patrón. También acostumbran movilizarse en favor de Polar, los
choferes de los camiones, que realmente son pequeños empresarios con
activos materiales y trabajadores propios a su cargo, aunque disfrazados
de trabajadores de la empresa. En resumen, una triste realidad laboral,
radicalmente distinta de la publicitada por sus dueños y sus
apologistas tarifados.
(Clodovaldo Hernández)