La
población estudiantil de la otrora gloriosa Universidad Central de
Venezuela (UCV), pasa las de caín en materia alimenticia. La crisis que
le afecta, es copia fiel y exacta de la que vive el país, consecuencia
-en ambos casos- del nada oculto propósito plan de la derecha golpista
que siembra molestias para generar actitudes orientadas a la
desestabilización.
En el caso de
las y los ucevistas, tienen tiempo sin ver a Linda en el comedor. Cuando
no es una cosa es la otra. Todo, ante la inacción -condenable, desde
todo punto de vista- de la rectora Cecilia García.
El estudiantado denuncia operación saboteo del rectorado. El
comedor estuvo cerrado durante largos y penosos meses, hasta abril de
este año cuando recibió más de seis mil kilogramos de carne enviada por
el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia
y Tecnología.
La alegría de las y los usuarios, duró poco.
A las dos semanas se haber reiniciado actividades, fue nuevamente
cerrado. Presuntos daños en un compresor de los congeladores, fueron
alegados como causa del nuevo bajón de la santamaría.
De buenas a
primeras, el aparato fue retirado. Nadie supo quién procedió. Nadie
ofreció explicación alguna. Nadie fue informado. Nadie dijo dónde está la carne. Brilla por su ausencia, la información oficial. La rectora García, bien gracias. Claro, ella no come allí.
Para quienes sí
necesitan de las instalaciones en buen estado es aterrador el silencio,
que en torno al asunto, mantiene la Federación de Centros
Universitarios. Es tildada de cómplice y apéndice de la jefa. Afirman
que cuando sus miembros abren la boca, es para hacer politiquería y el
papel de títeres.
La otrora gloriosa que vence las sombras, es víctima del saboteo de sus propias autoridades.