El ataque de
los cazas de las Fuerzas Aéreas de Rusia contra la base vinculada a la
Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. en Siria fue consecuencia de
una campaña para presionar a la Casa Blanca a aceptar coordinaciones más
estrechas sobre los movimientos en el cielo del país árabe, han
afirmado funcionarios militares y de inteligencia de EE.UU., citados el
jueves por el diario estadounidense The Wall Street Journal.
Por su parte, la cadena de información estadounidense Fox News estima
que varios integrantes del personal norteamericano podrían haber perdido
la vida como consecuencia del ataque ruso.
La semana pasada, pese a la oposición del Pentágono y la CIA, Washington
y Moscú alcanzaron un acuerdo para dirigir sus ataques aéreos contra el
Frente Al-Nusra, la rama local de Al-Qaeda en Siria. Rusia acordó
frenar sus bombardeos aéreos contra los llamados ‘rebeldes’, apoyados
por EE.UU., y restringir la campaña aérea antiterrorista de las fuerzas
sirias. Mientras tanto, los funcionarios del Pentágono y la CIA critican
a Washington por haber aceptado cumplir a rajatabla las demandas de
Moscú en dicho acuerdo pues creen que EE.UU. debe enfrentar a Rusia.
Casi un día antes del ataque (se produjo el pasado 16 de junio), 20 de
las 24 fuerzas especiales británicas se retiraron de la base después de
que interceptaran un caza ruso que volaba hacia la base. El avión de
combate dejó caer una bomba, han alegado los funcionarios
estadounidenses.
Después del primer ataque, el comando central de operaciones aéreas de
EE.UU. en Catar llamó al centro de la campaña aérea de Rusia en la
provincia de Latakia, oeste de Siria, para enfatizar que la base no
debía ser blanco de bombardeos. Las autoridades rusas explicaron que
Moscú creía que la base era una de las instalaciones del grupo
terrorista ISIS, de acuerdo con The Wall Street Journal.