Existen filtraciones y datos duros que
evidencian el papel del Departamento de Estado de los Estados Unidos
como uno de los principales financistas de la oposición venezolana, a
través de sus fachadas para el "desarrollo de la democracia": la NED y
la Usaid, principalmente.
Y así como quien pone la plata impone el
ritmo de la fiesta, todas las acciones políticas de la MUD responden
directamente al aterrizaje de los objetivos estratégicos -en Venezuela-
de Estados Unidos y del complejo militar-industrial-financiero que lo
sostiene como actor de amplia hegemonía global.
Esto no es decir cualquier cosa:
defienden a capa y espada los intereses de un poder extranjero. Lo de
"democracia" y "pueblo" en su vocabulario son simples recursos
demagógicos para seguir pegando con saliva una máscara que se le cayó
hace años. Todos estos recursos tienen un objetivo claro: garantizar la
logística para desarrollar acciones violentas de calle y el despliegue
político e internacional de actores de la oposición venezolana.
Vayamos a los datos duros que evidencian esta realidad:
Documentos filtrados por Wikileaks
pusieron sobre el tapete cómo la Usaid entregó entre 2004 y 2006 15
millones de dólares a más de 300 organizaciones no gubernamentales
conectadas y dependientes de la partidocracia opositora. El ex
funcionario de La Embajada para aquel entonces, Robert Downes, fue el
coordinador político de dicha entrega.
Ese mismo año, el ex encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Caracas, John Caulfield, había exigido a Washington 3 millones de dólares adicionales para apoyar las gestiones locales de los pocos alcaldes y gobernadores recién estrenados de la oposición.
Más de 100 millones de dólares ha devengado el Departamento de Estado para apoyar logísticamente actividades de calle y manifestaciones de la oposición venezolana, entre los años 2002 y 2011.
Según documentos de financiamiento de la NED filtrados durante el programa Con el Mazo Dando el pasado mes de abril, la NED se bajó de la mula con 459 mil 563 dólares para cubrir los costos de la campaña electoral del 6D. Otros 474 mil dólares le cayeron a los actores políticos de la MUD, a través de la triangulación realizada por ONGs como Provea, Cedice y Foro Penal, entre otras.
Pero la embajada no sólo actúa como un centralizador y proveedor de recursos financieros para la oposición venezolana. Es también un centro de coordinación política, de gestión de necesidades específicas de la oposición y de ejecución de agresiones no convencionales contra el país. Y existe un dato estridente que así lo certifica:
Un cable filtrado por The Intercept,
reseñado por Misión Verdad, refleja cómo el grupo F6 estuvo a cargo de
las actividades de espionaje contra Pdvsa para buscar aplicar el formato
Petrobras bajo el cual lograron destituir a Dilma Rousseff por la vía
de la propaganda anticorrupción como estrategia de intervención. El
grupo F6, según la filtración, opera directamente en la embajada de
Estados Unidos en Caracas.
Más allá de la gravedad que significa que un gobierno extranjero espíe a la principal industria del país para buscar debilitarla internacionalmente, funcionarios de La Embajada están permanentemente activos en foros, "actividades académicas" y reuniones políticas con la oposición venezolana para coordinar estrategias y endosarles las líneas operativas que deben cumplir. Un trabajo de investigación realizado por esta tribuna el año pasado detalla cada una de estas actividades. La MUD responde a La Embajada y a sus dólares. La mediocridad necesita ser tutelada.
La fachada de La Embajada: Obama firma los cheques
La Embajada cuenta con una decena de fachadas educativas, culturales y de desarrollo académico para justificar el ingreso y manejo de recursos financieros. La gran mayoría de estos "programas" se enfocan en seducir a jóvenes venezolanos con alta capacidad académica para que se inserten en universidades gringas y terminen trabajando a mediano plazo para importantes corporaciones tecnológicas, financieras y farmacéuticas.
Nada fuera de lo común, ya que este
mismo formato de infiltración de los intereses económicos
estadounidenses en el sector educativo nacional (vía programas de
intercambio académico y becas) y la extracción de profesionales se dan
en todas sus embajadas del mundo.
Pero hay una fachada que genera
sospecha, ya que fue lanzada por el mismo presidente Obama única y
exclusivamente para Latinoamérica y el Caribe, y contó con un
financiamiento inicial de 70 millones de dólares el pasado 26 de junio.
Hablamos del programa Young Leaders of the Americas Iniciative, diseñado
para crear una red de "jóvenes empresarios" con capacidades de expandir
y ejecutar las ideas del libre mercado en la región.
Salta a la vista que para formar 250
jóvenes durante tan sólo cuatro semanas con expertos de ONGs se
necesiten 70 millones de dólares.
La Embajada de Estados Unidos en Caracas
afirmó la recepción de buena parte de esos recursos lanzando la
convocatoria por su página web, la cual no está activada en la gran
mayoría de las embajadas gringas en la región.
Quien pone la plata decide qué música suena
Ha sido tan evidente el financiamiento a la oposición vía ONGs, que esta fachada exclusiva para la región es perfecta para que siga bajando el financiamiento, La Embajada ostente recursos líquidos para su despliegue político y para que la oposición siga recibiendo lo que por empleados le corresponde, sin menoscabo de seguir filtrando recursos por lo tradicional.
Según una nota publicada por el portal
Lechuguinos, la MUD está pagando 200 mil bolívares a transportistas para
que trasladen gente para la marcha planificada del 1 de septiembre. Ese
dinero no se está recolectando ni en verbenas, ni en actividades de
recolección, ni mucho menos debe salir de los sueldos de los diputados
de la MUD o de sus pichirres empresarios. La Embajada pone los cobres y
presiona para que la actividad se dirija hacia la línea dura de
desestabilización capitaneada por Voluntad Popular.
La Embajada no invierte de gratis. Nunca
lo ha hecho. Desde el año 2002 funciona como caja chica, la principal
fuente de financiamiento y el centro de coordinación política de la
oposición venezolana. Hoy menos que nunca cambiarán sus objetivos y
mucho menos lo que representan: un sofisticado mecanismo para la
intervención extranjera y la recolonización del país.
Quien pone la plata decide qué música
suena. Y es ahí donde la estrategia de márketing de la "crisis
humanitaria", la cólera de Almagro, la gira de la traición de Luis
Florido y su combo y el verbo insurreccional en torno al 1 de
septiembre, adquieren un sentido práctico y operativo: esos cobres
bajados por el Departamento de Estado y Barack Obama se pagan con
violencia callejera, desestabilización y difamación global en contra del
país.
Y la clave geopolítica de este plan
también se replicó en Rusia y en Ucrania se cristalizó: los
financiamiento del las fachadas del Departamento de Estado sirvieron
para armar revoluciones de color, supuestos movimiento no violentos e
insurecciones planificadas bajo la cobertura de la "sociedad civil". Es
ahí donde los planes políticos y operaciones de Estados Unidos no tienen
que ver con la localidad del conflicto, sino con grandes intereses
geopolíticos, donde Rusia y Venezuela se posicionan como un bloque
emergente de poder que desafía permanente a Washington.
Tanta ayuda a la oposición venezolana no escapa de esa desespero geopolítico.
Anteponen su deuda con poderes
extranjeros como algo prioritario y esencial; aquello de "acabar" con
las colas y recuperar económicamente el país están sólo en el plano de
la demagogia.
Tienen una factura pendiente con los
gobiernos e instituciones políticas y financieras en el extranjero. Y el
1 de septiembre tratarán de demostrarle a sus amos que ellos sí saben
administrar esos recursos y cumplir con lo encomendado. La MUD es
simplemente eso: un gestor local para grandes planes de intervención, el
peor es nada de los gringos al que hay que pagarles una manutención
para seguir sosteniendo la marca "oposición venezolana". Le ha salido
caro, y esa deuda tiene también altísimas tasas de interés que los pone
en una situación límite.
Es lo único que tienen: deudas con gobiernos y poderes hegemónicos extranjeros.
Pero Rondón no ha peleado todavía. Administren bien sus cobres que ya no vale pedir fiao.