15 agosto 2016 - La solicitud de asilo en EEUU por parte de los
venezolanos como mecanismo para lograr vivir legalmente en ese país,
basando su historia en la misma política de descrédito que ese país ha
emprendido contra Venezuela, parece estar cambiado con el aumento del
número de personas que se aprovechaban de ese juego de doble interés.
De acuerdo con un reportaje del diario El Nuevo Herald, de marcada tendencia derechista, pero pro inmigración en tanto su público es latino, ya van 22 venezolanos presos en cárceles de La Florida tras intentar ingresar al país por el aeropuerto de Miami.
En la nota titulada "De la violencia en Caracas a pesadilla en el Aeropuerto de Miami" los venezolanos relatan cómo en la terminal aérea son tratados como delincuentes.
"Todos dijeron haber sido engañados y maltratados por los funcionarios de aduanas y de inmigración del Aeropuerto. La gran mayoría de ellos no sabía que estaban siendo enviados a una cárcel, sintieron gran alarma cuando los esposaron para ser trasladados como delincuentes a Pompano Beach, y luego lloraron cuando llegaron a BTC [Broward Transitional Center] y vieron los uniformes naranja que debían ponerse", relata el diario.
Algunos de los entrevistados cuentan que sí pidieron asilo, pero otros fueron engañados por la policía para que manifestaran pedirlo aprovechándose, entre otras cosas de la falta de dominio del inglés y de estar retenidos en un cuarto en el aeropuerto al que llaman "la nevera" y donde los hacen pasar horas incomunicados.
Quienes piden asilo en EEUU, legalmente no pueden hacerlo en un aeropuerto, lo cual es usado discrecionalmente por la policía.
La aceptación de solicitud de asilo da inicio a un proceso, un juicio donde el solicitante debe demostrar las circunstancias que relata vinculadas a su persona y su país. Si finalmente es negado, lo cual puede durar dos años, debe salir del país y no volver en varios años.
Muchos venezolanos que se han ido a Florida inventan ser perseguidos políticos a sabiendas de que el Gobierno de EEUU alienta una matriz negativa sobre Venezuela, al punto de haber ha decretado que el país es una "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos".
Es el caso de uno de los presos en la cárcel Broward Transitional Center, Alejandro Martínez. Según su relato fue víctima de robo e intento de homicidio por una banda de delincuencia organizada a la que él y el diario llaman "banda paramilitar chavista (Colectivo)", calificativos necesarios para asociar su caso de una manera forzada a la política y beneficiarse de ello.
Ahora Martínez lleva meses en el Broward Transitional Center, un centro de detención de inmigración ubicado en Pompano Beach, vestido de naranja, según relata el diario de Miami, cuyo reportaje íntegro, colmado de una matriz negativa sobre Venezuela puede leerse en http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article95390147.html.
ENGAÑADO POR LA POLICÍA Y A LA CÁRCEL
Otro caso es el del empresario Pedro O, cuenta víctima de un secuestro hace tres años y que decidió viaja a EEUU. Así lo expone El Nuevo Herald:
"Con esa experiencia, Pedro respondió que sí cuando el funcionario de inmigración le preguntó que si sentía miedo en Venezuela. ‘Yo sí tengo miedo, porque en cualquier momento me matan allá, o me secuestran a un hijo y me piden dinero, le digo’".
"En ese momento, el empresario ya estaba conversando con el funcionario de la segunda entrevista del aeropuerto, luego de que el funcionario de la primera taquilla le dijera que pensaba que Pedro venía a trabajar ilegalmente en el país".
"Los funcionarios, que previamente le habían dicho que iba a deportarlo, tomaron nota de la respuesta y de inmediato le dicen que ya "entró en otro proceso" y le dieron a firmar unos papeles que no llegó a entender qué eran.
"No sabía de ninguna consecuencia ni de los trámites", dijo. Esa noche la pasó en la nevera. "Casi no dormí. A las 11 de la mañana del día siguiente me sacaron esposado y me llevaron a BTC".
Ahora los familiariares y amigos buscan la manera de ayudar a estos venezolanos víctimas de la represión contra la inmigración en Estados Unidos.
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De turista a la cárcel y luego deportado
Entre los casos relatados por el diario El Nuevo Herald destaca el de David F., quien solo iba a EEUU de turista pero fue víctima de las trampas de la policía en el aeropuerto con la ya famosa pregunta de que si tiene miedo de vivir en Venezuela, lo que lo llevó directamente a la cárcel.
Esta es la triste historia:
Su problema comenzó al enfrentar al funcionario en la primera taquilla, cuando éste le preguntaba cuánto tiempo se pretendía quedar y respondió que el tiempo que ellos quisieran.
Algo en esa respuesta no le gustó y me pasaron a la segunda entrevista.
‘La visa me permitía estar seis meses y había puesto un pasaje para regresar en cuatro meses y unas semanas, puesto que iba con intenciones de pedir asilo’.
Pero David lo que estaba pensado era informarse sobre cómo se hacía eso en Estados Unidos y repartir su currículo a diferentes compañías para tratar de ver si alguna de ellas mostraba interés en contratarlo.
Pensaba regresar a Venezuela para luego iniciar legalmente su proceso de inmigración, pero no le creyeron. Tras solicitarle que les facilitaran su teléfono, encontraron un mensaje de WhatsApp de una amiga radicada en Estados Unidos, donde ella mostraba confianza en que él, un técnico eléctrico especializado en transmisión de energía, encontraría fácil empleo en Estados Unidos.
Parecía que David sería deportado a Venezuela bajo la sospecha de que pretendía trabajar ilegalmente en Estados Unidos hasta que el funcionario le hizo la pregunta del miedo.
Al igual que los otros, fue trasladado al siguiente día esposado a BTC. Se sintió muy alarmado cuando vio que el centro de detención se trataba de una cárcel de baja seguridad y que lo obligaban a utilizar un uniforme de prisionero.
Pero recordaba que en el Aeropuerto le habían dicho que solo estaría allí algunos días, y que después lo dejarían salir para tramitar el asilo político.
Entró en cuenta de la realidad pocas horas después, cuando se encontró con el grupo de venezolanos que se encontraba allí.
‘Hermano, me dijeron que en cinco días ya podía salir, y ellos se echan a reír porque allí había varios que llevaban ya algunos meses’, contó.
David fue eventualmente deportado a Caracas pese a haber solicitado el asilo. Su caso fue negado luego que el oficial de inmigración que lo entrevistó en BTC se rehusara a aprobar el estatus de "miedo creíble", debido principalmente a problemas de traducción, y al hecho de que él trabajaba para una empresa estatal".
De acuerdo con un reportaje del diario El Nuevo Herald, de marcada tendencia derechista, pero pro inmigración en tanto su público es latino, ya van 22 venezolanos presos en cárceles de La Florida tras intentar ingresar al país por el aeropuerto de Miami.
En la nota titulada "De la violencia en Caracas a pesadilla en el Aeropuerto de Miami" los venezolanos relatan cómo en la terminal aérea son tratados como delincuentes.
"Todos dijeron haber sido engañados y maltratados por los funcionarios de aduanas y de inmigración del Aeropuerto. La gran mayoría de ellos no sabía que estaban siendo enviados a una cárcel, sintieron gran alarma cuando los esposaron para ser trasladados como delincuentes a Pompano Beach, y luego lloraron cuando llegaron a BTC [Broward Transitional Center] y vieron los uniformes naranja que debían ponerse", relata el diario.
Algunos de los entrevistados cuentan que sí pidieron asilo, pero otros fueron engañados por la policía para que manifestaran pedirlo aprovechándose, entre otras cosas de la falta de dominio del inglés y de estar retenidos en un cuarto en el aeropuerto al que llaman "la nevera" y donde los hacen pasar horas incomunicados.
Quienes piden asilo en EEUU, legalmente no pueden hacerlo en un aeropuerto, lo cual es usado discrecionalmente por la policía.
La aceptación de solicitud de asilo da inicio a un proceso, un juicio donde el solicitante debe demostrar las circunstancias que relata vinculadas a su persona y su país. Si finalmente es negado, lo cual puede durar dos años, debe salir del país y no volver en varios años.
Muchos venezolanos que se han ido a Florida inventan ser perseguidos políticos a sabiendas de que el Gobierno de EEUU alienta una matriz negativa sobre Venezuela, al punto de haber ha decretado que el país es una "amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos".
Es el caso de uno de los presos en la cárcel Broward Transitional Center, Alejandro Martínez. Según su relato fue víctima de robo e intento de homicidio por una banda de delincuencia organizada a la que él y el diario llaman "banda paramilitar chavista (Colectivo)", calificativos necesarios para asociar su caso de una manera forzada a la política y beneficiarse de ello.
Ahora Martínez lleva meses en el Broward Transitional Center, un centro de detención de inmigración ubicado en Pompano Beach, vestido de naranja, según relata el diario de Miami, cuyo reportaje íntegro, colmado de una matriz negativa sobre Venezuela puede leerse en http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article95390147.html.
ENGAÑADO POR LA POLICÍA Y A LA CÁRCEL
Otro caso es el del empresario Pedro O, cuenta víctima de un secuestro hace tres años y que decidió viaja a EEUU. Así lo expone El Nuevo Herald:
"Con esa experiencia, Pedro respondió que sí cuando el funcionario de inmigración le preguntó que si sentía miedo en Venezuela. ‘Yo sí tengo miedo, porque en cualquier momento me matan allá, o me secuestran a un hijo y me piden dinero, le digo’".
"En ese momento, el empresario ya estaba conversando con el funcionario de la segunda entrevista del aeropuerto, luego de que el funcionario de la primera taquilla le dijera que pensaba que Pedro venía a trabajar ilegalmente en el país".
"Los funcionarios, que previamente le habían dicho que iba a deportarlo, tomaron nota de la respuesta y de inmediato le dicen que ya "entró en otro proceso" y le dieron a firmar unos papeles que no llegó a entender qué eran.
"No sabía de ninguna consecuencia ni de los trámites", dijo. Esa noche la pasó en la nevera. "Casi no dormí. A las 11 de la mañana del día siguiente me sacaron esposado y me llevaron a BTC".
Ahora los familiariares y amigos buscan la manera de ayudar a estos venezolanos víctimas de la represión contra la inmigración en Estados Unidos.
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De turista a la cárcel y luego deportado
Entre los casos relatados por el diario El Nuevo Herald destaca el de David F., quien solo iba a EEUU de turista pero fue víctima de las trampas de la policía en el aeropuerto con la ya famosa pregunta de que si tiene miedo de vivir en Venezuela, lo que lo llevó directamente a la cárcel.
Esta es la triste historia:
Su problema comenzó al enfrentar al funcionario en la primera taquilla, cuando éste le preguntaba cuánto tiempo se pretendía quedar y respondió que el tiempo que ellos quisieran.
Algo en esa respuesta no le gustó y me pasaron a la segunda entrevista.
‘La visa me permitía estar seis meses y había puesto un pasaje para regresar en cuatro meses y unas semanas, puesto que iba con intenciones de pedir asilo’.
Pero David lo que estaba pensado era informarse sobre cómo se hacía eso en Estados Unidos y repartir su currículo a diferentes compañías para tratar de ver si alguna de ellas mostraba interés en contratarlo.
Pensaba regresar a Venezuela para luego iniciar legalmente su proceso de inmigración, pero no le creyeron. Tras solicitarle que les facilitaran su teléfono, encontraron un mensaje de WhatsApp de una amiga radicada en Estados Unidos, donde ella mostraba confianza en que él, un técnico eléctrico especializado en transmisión de energía, encontraría fácil empleo en Estados Unidos.
Parecía que David sería deportado a Venezuela bajo la sospecha de que pretendía trabajar ilegalmente en Estados Unidos hasta que el funcionario le hizo la pregunta del miedo.
Al igual que los otros, fue trasladado al siguiente día esposado a BTC. Se sintió muy alarmado cuando vio que el centro de detención se trataba de una cárcel de baja seguridad y que lo obligaban a utilizar un uniforme de prisionero.
Pero recordaba que en el Aeropuerto le habían dicho que solo estaría allí algunos días, y que después lo dejarían salir para tramitar el asilo político.
Entró en cuenta de la realidad pocas horas después, cuando se encontró con el grupo de venezolanos que se encontraba allí.
‘Hermano, me dijeron que en cinco días ya podía salir, y ellos se echan a reír porque allí había varios que llevaban ya algunos meses’, contó.
David fue eventualmente deportado a Caracas pese a haber solicitado el asilo. Su caso fue negado luego que el oficial de inmigración que lo entrevistó en BTC se rehusara a aprobar el estatus de "miedo creíble", debido principalmente a problemas de traducción, y al hecho de que él trabajaba para una empresa estatal".