España no es un país, es un parque temático de la corrupción. No hacemos otra cosa que comparar fetideces
Esto no es un país, es una fosa séptica.
Estamos atascados en medio de la cloaca pestilente de la corrupción y no hay forma de hacer nada
ni de hablar de nada ni de pensar en nada con este olor nauseabundo que
nos paraliza y que se ha metido en el cerebro nacional como una
obsesión. La corrupción es el tema central en el
debate preelectoral de Galicia, en el Parlamento con la comparecencia de
De Guindos sobre Soria, en la vida judicial con el pacto de
Jaume Matas con el fiscal, en la retirada de la
demanda de Bárcenas, en la apertura de causa penal en el
Supremo contra Rita Barberá. La corrupción es el argumento de todo.
España no es un país, es un parque temático de la corrupción. No
hacemos otra cosa que comparar fetideces, analizar la composición de las
basuras o el color y las formas de las heces.
Salir de esta cloaca es una prioridad nacional. Antes de cualquier pacto, es preciso que el PP haga un gesto desatascador, fuerte como la sosa cáustica, que nos permita respirar porque esto ya no hay quien lo aguante.