Posted: 14 Feb 2017 09:38 AM PST
Estas
últimas décadas han sido testigos de un rápido crecimiento de la
población mundial. Esto se ha resuelto en que se ponga especial hincapié
sobre la seguridad alimentaria mundial, exigiendo una atención especial
de todos, desde las naciones líderes a algunos de los estados más
pobres de la Tierra. Bajo la influencia del cambio climático, también ha ido en aumento la hambruna masiva.
En
el período de 1960 a 2000 el número de personas en el planeta se ha
duplicado, lo que llevó al desarrollo de numerosos programas
secretos/discretos destinados a la disminución artificial de la
natalidad, patrocinados por grandes empresas internacionales. Además, la
necesidad de aumentar el rendimiento de los cultivos agrícolas junto
con su resistencia a diferentes bacterias patógenas y a los insectos,
se ha convertido en la base para el desarrollo de productos modificados
genéticamente.
Como
se informó en una publicación reciente de la revista The Age, un
microbiólogo australiano y ganador del premio Nobel Sir Frank Macfarlane
Burnet instaron al gobierno australiano para que desarrollara armas
biológicas contra los "superpoblados países del sudeste asiático" en
1947. Durante una reunión secreta en 1947 se llegó a la conclusion de
"formar un grupo de investigación encargado de crear armas biológicas
que podrían ser utilizadas a través de lacontaminación de los suministros de alimentos con el fin de controlar la población de Indonesia y otros países asiáticos”.
Un programa secreto bajo el nombre en clave ProyectoCosta
fue establecido en 1984 en Sudáfrica por los servicios de inteligencia
de Estados Unidos para perseguir más o menos los mismos objetivos. Bajo
este programa los virus conocidos como Marburg y Ebola fueron probados en la población negra de Sudáfrica bajo la directa supervisión del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) .
Hasta hace poco, los productos agrícolas han permitido
responder a la creciente demanda de alimentos en el mundo desarrollado,
mientras que numerosos experimentos basados en ingeniería genética,
crearon nuevos fertilizantes y pesticidas antes de 1960
que permitieron a las grandes empresas mejorar ligeramente los
rendimientos de arroz, trigo, maíz - que se consumen con mayor
frecuencia en todo el mundo-. Por otra parte, las empresas se las
arreglaron para lograr una caída del 40% en los precios de estos
cultivos. Además de los logros antes mencionados, también permitió que
aumentara la ingesta diaria promedio de calorías en los países
desarrollados al nivel de casi dos mil calorías por día durante las
últimas tres décadas.
Sin
embargo, el crecimiento del consumo no constituye un cambio positivo
cualitativo en la obtención de todos los elementos necesarios para una
nutrición saludable. Por desgracia, debemos reconocer que los diversos
programas secretos/discretos destinados a la reducción de la población
mundial impulsados por una serie de países desarrollados se realizan
orientados a modificar los productos de una manera que un cuerpo humano
podrá recibir hasta diez veces menos nutrientes y vitaminas que si se
consumieran productos de origen animal y vegetal “originales”, sin
modificación alguna.
Decenas
de estudios de investigación independientes que se han llevado a cabo
en los Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá muestran una dramática
caída en las cualidades nutritivas de los productos que estamos
acostumbrados a consumir. En particular, de acuerdo con un estudio
realizado por el Instituto Worldwatch la concentración de vitamina C y beta-caroteno, junto con con calcio,
hierro, fósforo y otros elementos que son imprescindibles para mantener
la vida saludable de un ser humano ha ido disminuyendo en los últimos
años. Para obtener el equivalente nutricional de las dietas en la década
de 1950 en vitaminas y minerals, a día de hoy, una persona tiene que
comer diez veces más frutas y verduras que se solía tomar hace seis
décadas.
Según estudios canadienses que
fueron publicados por CTV News, la caída en la cantidad de vitaminas
que estamos recibiendo ha sido tan dramática que tenemos que comer unas
100 manzanas más que las que se comían en 1960, con las naranjas, hoy la
proporción es de 20 a 1.
De acuerdo con expertos franceses , como resultado de la agresiva mejora vegetal que ha sido utilizada por algunos países desarrollados, terminamos comiendo frutas y verduras
que conservan su atractivo visual pero a la vez proporcionan poco o
ningún beneficio para nuestra salud. Por ejemplo, un solo gramo de
brócoli, un vegetal que se ha consumido tradicionalmente en varios
países de Europa durante largo tiempo, proporcionaría a un cuerpo humano
con 12,9 miligramos de calcio en 1950, y el calcio juega un papel
importante en la formación de los huesos y los procesos de coagulación
de la sangre. Sin embargo, según el Departamento de Agricultura de
EE.UU. (USDA), el contenido de calcio del brócoli había disminuido a sólo 4,4 mg / g en peso en 2003.
La
difusión de los hechos antes mencionados, puede dañar seriamente los
ingresos financieros de los principales productores de alimentos (sobre
todo, en los EE.UU.), ya que invierten recursos considerables para
anunciar productos de dudosa calidad en
los mercados, ya que un "ciudadano medio" no puede permitirse comprar
alimentos saludables ambientalmente saludables, y ahora menos, debido al
rápido deterioro de la situación financiera en el mundo. En cambio, la
población continúa consumiendo alimentos peligrosos, lo que conduce a la
amplia propagación de la obesidad, diversas enfermedades, lo que puede
causar que la mitad de todos los niños se conviertan en autistas en
2025. Este es el resultado directo de las prácticas peligrosas que se
habían aplicado por algunas empresas estadounidenses, en particular, Monsanto . Por lo tanto, incluso un refresco normal puede ser extremadamente peligroso para la salud humana.
En
estas circunstancias, garantizar la seguridad alimentaria y el
establecimiento del control de los alimentos disponibles es
imprescindible para salvar a la humanidad de la inminente escasez de
alimentos y ser capaz de mantener una población sana en el planeta
Tierra.
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