Resumen Latinoamericano / Aram Aharonian, SurySur.net / 9 de mayo de 2017
El presidente venezolano Nicolás Maduro sorprendió al mundo al
anunciar el primero de mayo que convocará a una Asamblea Nacional
Constituyente “originaria” para refundar las estructuras del Estado, tal
como está previsto en el artículo 347 de la actual Carta Magna. Con
esta decisión pareciera que se baja el telón a la infructuosa búsqueda
de acuerdos de convivencia con la derecha.
Fueron 12 días para recordar: una masiva movilización el 16 de abril,
día de la independencia; la salida de la Organización de Estados
Americanos (OEA) el 26 y el anuncio “madrugador” de un llamado a la
Asamblea Constituyente, el Día de los Trabajadores, dejando descolocados
a chavistas y opositores (nacionales y sus mandantes foráneos), entre
quienes interpretan la medida –totalmente ajustada a derecho- como una
fuga hacia adelante o la radicalización del proceso. Lo cual, en
definitiva, obliga a barajar de nuevo.
La convocatoria apeló al origen del proceso que tuvo la Asamblea
Nacional Constituyente de 1999 como un elemento fundante. “Defenderse
con una respuesta democrática y participativa, con una línea para todo
el chavismo que deberá agruparse en torno al objetivo común, y sobre
todo convocar a la mayoría de la sociedad para construirlo. El proceso,
subrayó Maduro, será de ciudadanos y ciudadanas, no de partidos
políticos”, recuerda Marco Teruggi en Question.
La propuesta ya fue encaminada al Consejo Nacional Electoral (CNE),
que deberá resolver algunos problemas, como es el de la formación del
electorado sectorial. Por ejemplo, señala el director del diario Últimas
Noticias Eleazar Díaz Rangel, esa Constituyente debe tener entre 200 y
250 diputados electos por sus respectivos sectores, así, los diputados
trabajadores deben ser escogidos en votación por un electorado
específico, de trabajadores.
“No existe ese listado en ninguna parte. Son millones de trabajadores
(obreros y empleados) tanto del sector público como del privado, y
todos ellos deben tener derecho al voto. Ese listado no puede ser
reemplazado por los sindicalizados, pues estos no pasan de 13% del
mercado laboral”, insiste el veterano periodista y docente. En menos
escala, esta situación se traslada a los sectores campesino, comunas,
indígenas, discapacitados, pensionados.
Tanto la Comisión asesora como en el propio CNE, deberán manejar el
desarrollo del proceso con la mayor flexibilidad y amplitud posibles, a
fin de sumar, atraer, incorporar a quienes tengan dudas, a los
indecisos, y aún a opositores para que participen en la elección de los
diputados a la Constituyente, tarea que no parece para nada fácil en
momentos de crispación.
El llamado a una Constituyente no parece cerrar la crisis política
que la derecha ha encarrilado a la vía violenta y que hoy solicitan sea
resuelta con votos. Maduro señala que ha dado el giro en la dirección
electoral luego de agotar todas las vías para una solución dialogada con
una oposición que no se muestra interesada en el tema, sino en la vía
violenta, en el caos, en la desestabilización, en la búsqueda de una
intervención extranjera.
La oposición ha insistido en la realización de elecciones generales o
adelanto de elecciones, mecanismos imposibles de aplicar si se respeta
la Constitución. Y cabe recordar que el intento de convocatoria a un
referendo revocatorio del mandato presidencial, fue abandonado en el
camino por la propia oposición.
La decisión de Maduro tomó de sorpresa al Vaticano así como los
países de la región dispuestos a buscar una solución negociada fuera de
la esfera de influencia de la OEA . Y también a las autoridades
estadounidenses, , mientras las de otros países -como México. Brasil,
Colombia- no perdieron la oportunidad para inmiscuirse en los asuntos
internos venezolanos.
Sería previsible que las fisuras internas dentro del oficialismo
comiencen a hacerse cada día más evidentes. Hay quienes hablan del
efecto búmeran, haciendo al gobierno más impopular ya que una
Constituyente no resuelve los problemas de abastecimiento e inflación
por los que protestan los sectores populares.
En el frente interno, y tras semanas y semanas de violencia
callejera, la situación no evolucionó como lo tenían previsto los
dirigentes opositores, ya que las barriadas de las grandes ciudades (en
especial Caracas) no se sumaron al llamado a derrocar a Maduro y las
Fuerzas Armadas se han mantenido junto al gobierno, pese a los
desesperados llamados del presidente de la Asamblea Nacional, Julio
Borges. Las encuestas (para quienes crean en ellas) señalan que el 57%
de los opositores están en desacuerdo con la violencia, cifra que sube
al 83% de los independientes.
“Cuando el discurso político legitima el terrorismo, se desbordan las
compuertas y se consagra la cultura de la violencia. Cuando “todo
vale”, comienza a transitarse la senda de la destrucción y la muerte,
negación de las condiciones simbólicas y materiales que permitirían
alcanzar a una solución no violenta de las diferencias y construir una
sólida cultura de paz”, señala la socióloga Maryclén Stelling.
Alertas desde la oposición
Pese
a que la convocatoria a una Constituyente era su reclamo en 2014, la
oposición llamó a rebelarse contra el anuncio de Maduro y advirtió que
reafirma un “golpe de Estado” para evadir elecciones. “Buscan con la
Constitución destruir la propia Constitución, la democracia y el voto”,
denunció Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, de mayoría
opositora. “Llamamos a rebelarse al pueblo y no aceptar este golpe. Lo
que está proponiendo Maduro en su desesperación es que Venezuela más
nunca logre votar en unas elecciones directas, libres y democráticas”,
agregó, desencajado.
Freddy Guevara, dirigente de Voluntad Popular, decía en un mensaje
(tuit) de 2014 que la “Constitución nos muestra el camino para lograr la
reconstrucción del país y la reconciliación nacional: artículo 348, La
Constituyente”. María Corina Machado, por su parte, señalaba en otro
tuit que “La Constituyente es la vía para que el pueblo logre el cambio
de régimen, nuevas instituciones y la reconcilización del país. Y
Leopoldo López, hoy preso, decía el 22 de noviemnbre de 2014 que “La
Constituyente nos permite elegir nueva CNE, fiscal, contralor, defensor
del pueblo, Asamblea Nacional y Presidente de la República”.
En el último año, al menos dos grupos opositores -Vente Venezuela y
Voluntad Popular- propusieron la convocatoria a una Constituyente para
la reforma de la Constitución y reducir el mandato presidencial y
efectuar una “caída y mesa limpia” en los poderes públicos.
Ahora, el opositor gobernador del estado Lara, Henri Falcón, aseguró
que un proceso Constituyente “podría someternos a un estado de
descontrol” y no resolverá los problemas del país. A su juicio, más bien
los podría agudizar. Agregó que las pretensiones del Ejecutivo en
convocar una constituyente es para “seguir postergando las elecciones”.
El analista opositor Michael Penfold destaca en el portal Da Vinci el
carácter corporativista e incluso de representación indirecta que
asoman las bases comiciales de la convocatoria de Maduro, la que luce
–dice- como un acto desesperado, y señala que el Gobierno huye hacia
adelante con la convocatoria sin consulta previa a través de un
referendo para validar sus bases comiciales, y en medio de una crisis de
gobernabilidad que se agrava permanentemente.
“La idea de que el carácter corporativista de la constituyente
–misiones, obreros, sectores productivos, comunas, etc.– va a dinamizar
esa conexión, me parece que es un acto de fe más que un cálculo político
realista. Tratar de ejercer el control político a través de este
mecanismo es una propuesta no solo temeraria sino tremendamente
irresponsable”, indica.
Para Penfold, Maduro, antes las presiones externas e internas por
llegar a un proceso electoral, prefirió hacer una apuesta aún más
incierta, políticamente muy riesgosa, que continuar profundizando el
conflicto de desgaste que mantiene con la oposición, sobre todo en medio
de un colapso económico y con unas protestas sociales y políticas como
las que se presentan en la actualidad. “Venezuela, por decir lo menos,
es oficialmente un berenjenal”, concluye.
El abogado opositor Juan Manuel Raffali recordó que a Chávez, con
todo el poder en las manos, le tomó casi diez meses consumar este
proceso. Una Constituyente “que pudiera estar integrada por 500
constituyentistas, sería un elefante blanco que fácilmente podría
demorar un par de años en concluir su misión”, indicó.
Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis y
guionista de la oposición, señaló que es obvio que el gobierno no podría
ganar una elección de este tipo y entonces hace una convocatoria tipo
Frankenstein en la que se elegirá un número descomunal de 500
representantes, una parte en elecciones convencionales y otra
seleccionada por los sectores que el chavismo decida (trabajadores,
mujeres, indígenas, etc). Un proceso que, por supuesto, estará sesgado y
tutelado, garantizando que el gobierno pueda obtener la mayoría que
necesita para controlar a la Asamblea”.
Henry Ramos Allup, líder de Acción Democrática y expresidente de la
Asamblea Nacional, aseguró que la nueva Constituyente que quiere
convocar el presidente de la República “es un saqueo a la democracia”.
Dijo que no es legal ni constitucional que el CNE apruebe la propuesta y
que lo que tiene que hacer el órgano electoral es convocar al pueblo a
una consulta de las bases comiciales.
EEUU desconcertado
El subsecretario adjunto estadounidense para el Hemisferio
Occidental, Michael Fitzpatrick, señalo que “este proceso no se perfila
como un esfuerzo genuino de reconciliación nacional, que es lo que
realmente Venezuela necesita”, tras recordar que Venezuela debería
realizar elecciones regionales y municipales, y señaló que “claramente”
la intención del gobierno con su llamado a una Constituyente es seguir
eludiendo ese compromiso.
“Claramente han decidido cambiar las reglas con el partido ya por la
mitad. Las cosas no están funcionando para ellos de forma que van a
tratar con otra cosa”, opinó Fitzpatrick.
¿Descolocar al adversario?
Todo
parece indicar que se tratará de una reforma del texto vigente,
aprobado en 1999. La convocatoria a la Constituyente no necesita
referendo consultivo para su aprobación. Maduro indicó que activará una
“Constituyente ciudadana, no de partidos políticos”, por lo que la misma
sería “electa con el voto directo del pueblo para elegir unos 500
constituyentes, aproximadamente”, al tiempo que “unos 200” serían
elegidos directamente por los movimientos sociales como los sindicatos,
el “poder popular”, los indígenas, grupos de la “sexodiversidad” o las
mujeres organizadas.
El gobernante no aclaró si la Constituyente se encargaría de redactar
una nueva Constitución o se limitaría a reformar la actual Carta Magna,
aprobada por referéndum en diciembre de 1999 tras un proceso convocado
por el presidente Hugo Chávez. Maduro sostuvo que la Constituyente
tendría como objetivo “reformar el Estado, sobre todo esa Asamblea
Nacional podrida que está allí”. El general en jefe Vladimir Padrino
López, ministro de Defensa, expresó su apoyo a la decisión y señaló que
que “no puede haber algo más democrático” que la convocatoria
constituyente.
Los puntos que según Maduro abordaría la nueva Constituyente son
ganar la paz y garantizar los valores de la justicia; ampliar y
perfeccionar el sistema económico venezolano, para dejar instalado un
sistema postpetrolero, constitucionalizar las misiones y grandes
misiones creadas por el expresidente Hugo Chávez, nuevas formas de la
democracia directa y participativa, funcionamiento del Sistema de
Seguridad, Justicia y Sistema Judicial; Defensa de la Soberanía
Nacional, Identidad cultural, la nueva venezolanidad y lo que llamó la
garantía del futuro: un capítulo de derechos sociales y deberes de la
juventud.
Elías Jaua, nombrado como encargado de la comisión presidencial pro
Constituyente, afirmó que “No hay condiciones de normalidad para ir a
unas elecciones regionales y presidenciales con normalidad (…) Queremos
ir a elecciones, pero queremos garantías que la oposición respetará los
resultados como hemos hecho nosotros (…) Es claro que en el 2018 tienen
que haber elecciones presidenciales (…) Del lado de la contrarrevolución
lo que hay es la intención de derrocar por la vía violenta”, añadió.
Jaua señaló que la Asamblea Nacional Constituyente podría sustituir a
los poderes o coexistir con ellos, pero que en todo caso, esto sería
decisión de los propios constituyentes.
“Cuando
poder popular significa, en el lenguaje de la cúpula, órganos
administrativos locales de control clientelar social y político y
distribución de la miseria por medio de los CLAPs, cuando sólo se
realizan elecciones en los espacios, cada vez más reducidos, donde el
(oficilialista) PSUV se asegura el triunfo, los nombres y los contenidos
de las cosas que señalan han perdido toda correspondencia”, señala
Carlos Carcione, dirigente de Marea Socialista, escindida del partido
oficial.
El gobierno de Maduro busca solamente subsistencia, no
profundización de la revolución, ni resistencia, señaló el sindicalista
Marcos Cortés.
Reinaldo Quijada, exdirigente de la chavista Clase Media en Positivo,
habla de “la irresponsable y demagógica decisión del presidente Maduro”
“y un grupo de personas para mantenerse en el poder y seguir
usufructuando de él”. Señala que esta Constituyente no es “originaria”
(cuando la convoca el pueblo) sino “derivada”, porque es el Ejecutivo
quien lo hace sin consultar al “soberano”, tal como lo hizo Chávez el 25
de abril de 1999.
¿No es buena la Constitución de 1999 y por eso se debe cambiar? No se
trata de eso, sino que es ésta la que prevé una herramienta que es
interesante en esta coyuntura. Según la Carta de 1999, una Asamblea
Nacional Constituyente tiene otros atributos adicionales, como ser
expresión del poder depositario absoluto que reside en el pueblo y
transformar el Estado. Se interpreta que a la Constituyente deben
someterse todos los poderes públicos, y desde allí el gobierno intenta
dinamizar la transformación del Estado y superar los escollos
institucionales. Se trata de una reforma del actual texto.
No cabe duda que hay sectores abiertamente adversos a esta –o
cualquier otra- convocatoria, que los colocó en la encrucijada de acudir
o no. Seguramente unos se sumarán mientras otros se abstienen. Ya la
oposición se abstuvo de concurrir a las elecciones parlamentarias de
2005.
El gobierno está asumiendo una alternativa política que busca,
asimismo, deslegitimar la postura del adversario de cara al mundo, donde
se ha posicionado la existencia de Venezuela como un “Estado forajido”.
Desde el gobierno se considera que retirarse de la OEA y convocar a un
proceso electoral apunta a quebrar matrices y posturas fuera de
fronteras, dejando en claro que la política venezolana no se tutela
desde afuera y las grandes definiciones pasan por la medición política
interna.
Mientras tanto, una oposición sin mayores argumentos sigue
manteniendo la violencia en la calle, en un cóctel explosivo de
impotencia, brotes de paramilitarismo y bandas armadas.
Y 30 muertos.
“La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura”. Lin Yutang
Cervantes
Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.
MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.