Esta mañana el Govern de la Generalitat catalana ha fijado la convocatoria electoral para el 1 de octubre, con la pregunta “¿Desea que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”.
Ya hay fecha y pregunta para el referéndum sobre la independencia de Cataluña. Esta mañana el Govern ha fijado la convocatoria electoral para el 1 de octubre, con la pregunta “¿Desea que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”. Este acto supone un paso más en la vía unilateral hacia la independencia de Cataluña. Por su parte, el gobierno español continúa inmóvil en el mismo guión que lleva usando los últimos meses: “Para el gobierno no ha cambiado nada, la posición sigue siendo la misma, el referéndum no se celebrará”, han dicho desde la Moncloa.
En los próximos meses la tensión irá en aumento y habrá que ver cómo garantizará el govern que los catalanes puedan expresarse en las urnas el próximo 1 de octubre, así cómo hasta dónde estará dispuesto a llegar el gobierno español para impedirlo.
En cualquier caso, un importante paso para el pueblo catalán, y un pulso que va a ir subiendo de tono según se acerque la fecha.
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“¿Desea que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”, La pregunta del referéndum del 1 de octubre
Puigdemont anuncia la fecha y la pregunta en un acto solemne en el
que se critica con dureza la falta de respuesta del Estado a las
demandas de Cataluña
“¿Desea que Cataluña sea un estado independiente en forma
de república?”. Esta es la pregunta -en catalán, castellano y aranés-
que los catalanes deberán responder el 1 de octubre en el referéndum
sobre la independencia. Así lo ha anunció hoy el presidente de la
Generalitat, Carles Puigdemont , junto al vicepresidente, Oriol Junqueras ,
el resto de los consejeros y los diputados de Juntos por Sí y la CUP.
Comienza, pues, la cuenta atrás para culminar los preparativos de una
consulta que tiene, de entrada, la oposición beligerante del Estado, a
quien Puigdemont y Junqueras han reprochado este viernes con dureza su
falta de respuesta a las demandas de Cataluña durante los últimos años.
En otra foto multitudinaria en el Patio de los Naranjos
-similar a la del 21 de abril, cuando el Gobierno en pleno renovó su
compromiso con el referéndum-, el ejecutivo y los diputados
independentistas han certificado así otro paso adelante del Proceso ,
que encara su recta definitiva con, desde hoy, una fecha marcada en rojo
en el calendario. “Toca a los catalanes decidir su futuro .
Es en sus manos y en las de todos nosotros hacerlo posible”, afirmó
Puigdemont, que ha hecho un llamamiento a “a asumir colectivamente con
la máxima dignidad y exigencia del ejercicio de un derecho inalienable
sobre el que descansa el edificio de la democracia “.
El anuncio de la fecha y la pregunta -que no ha ido
acompañado de la firma de ningún documento o acuerdo- supone, además,
otro paso en la vía unilateral. Aunque el Gobierno mantiene abierta la
puerta -con escepticismo- que el Estado pueda cambiar de opinión y se
siente a negociar el referéndum, el acto de este viernes ha certificado
el fin de la vía pactada. Tanto Puigdemont como Junqueras han cargado
con dureza contra la falta de respuesta por parte del Estado.
Por ello, frente a aquellos que le reclaman que lleve el
referéndum en el Congreso, Puigdemont ha subrayado que todas las
propuestas que ha presentado Cataluña al Gobierno o a las Cortes “han
sido rechazadas o seriamente recortes” . “Venimos
pues de una larga y decepcionante colección de ‘no’ por parte del
gobierno español y las Cortes a todas las propuestas para resolver de
manera pacta y dialogada el conflicto”, lamentó el presidente, que ha
criticado la falta de respuesta por parte del Estado en los últimos 40
años, desde la llegada del ex Tarradellas.
Puigdemont todavía ha ido más allá y ha apuntado que “lo
único que no ha sido votado ha sido la propuesta del gobierno español
para Cataluña”. “Quizás es que no hay ni se espera”, opinó; subrayó que
no se trata de una cuestión de marcos legales sino de voluntad, y ha
recordado que el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy ,
admitió recientemente desde Sitges que no autorizará un referéndum
porque ni quiere, ni puede. Ante este escenario, y recordando su
compromiso adquirido durante la cuestión de confianza de septiembre,
Puigdemont ha procedido a anunciar la fecha y la pregunta para
“ratificar conjuntamente el ejercicio del legítimo derecho a la
autodeterminación que tiene una nación milenaria”.
114 días intensos
Antes, también el vicepresidente Junqueras había cargado
contra un “Estado que ejerce antidemocráticamente sus funciones”. Él ha
sido el encargado de abrir el acto de este viernes en el Patio de los
Naranjos y remarcó el “mandato democrático” que los ciudadanos dieron al
Gobierno en las elecciones del 27 de septiembre de 2015 y como el
gobierno español ha hecho lo imposible para impedir que la ciudadanía de
Cataluña decida su futuro en las urnas. Junqueras ha denunciado que el
Ejecutivo estatal ejerza el poder “de manera antidemocrática” y contra
los intereses de los catalanes, no sólo en cuanto al referéndum, “que la
ha rechazado hasta 18 veces” en los últimos años.
“El gobierno español violenta los derechos democráticos
fundamentales, tiene ministros que conspiran directamente contra el
sistema sanitario catalán y encargan la creación de pruebas falsas
contra representantes políticos electos de este país”, ha señalado. El
déficit de la seguridad social, “que las agencias sitúan en 15.000
millones de euros anuales” no garantiza, según Junqueras, las pensiones
ni los catalanes ni del resto de ciudadanos del Estado. Además,
“continúa protegiendo los intereses de unos pocos en contra de las
necesidades de una inmensa mayoría, como con el proyecto Castor” y no
“margina” las inversiones en el corredor mediterráneo.
Junqueras también ha recordado los recursos al Tribunal
Constitucional contra leyes como la de la igualdad efectiva entre
hombres y mujeres y la que pretendía proteger los derechos de los
ciudadanos en pobreza energética y habitacional. Todo ello, una serie de
agravios que “perjudican la justicia social y los intereses económicos
del país”.
Delante quedan, pues, 114 días intensos en
los que el Gobierno deberá sortear todas las trabas que seguro le
pondrá el gobierno español -que ha convertido el Tribunal Constitucional
(TC) y la fiscalía en los principales arietes contra el proceso- y
poner manos a la obra en aspectos tales como la logística -urnes,
locales, censo- y amparo legal, la aprobación en el Parlamento de la ley
de transitoriedad jurídica.
Una negociación apacible
La inclusión o no del concepto ‘república’ ha sido uno de
los pocos aspectos que han generado debate en el marco de una
negociación que ha sido, en general, apacible. La presión de la CUP ha
ido más enfocada a precipitar el anuncio de la fecha y la pregunta por
“aportar elementos de credibilidad” al Procés una vez aprobados los
presupuestos que al contenido del mismo anuncio. En el fondo, resumen
fuentes de los diferentes partidos soberanistas, nadie habría dejado de
apoyar el referéndum en función de la fecha o la pregunta; esto ha dado
cierto margen de maniobra a Puigdemont, que, a pesar de escuchar a
todos, ha conducido principalmente en privado todo este debate.
Sin embargo, durante estos meses sí se ha hablado sobre
la conveniencia o no de incluir a la pregunta el concepto
‘república’. Esta opción era bien vista por ERC y la CUP -que veían una
vía para atraer la participación de los votantes de los comuns-, pero
generaba ciertos anticuerpos en algunos sectores del PDECat, recelosos
de las connotaciones históricas (el recuerdo de la Guerra Civil) que ,
entienden, tiene. A pesar de todo, sin embargo, nadie ha querido
convertir este aspecto en un debate determinante.