La orden ejecutiva por el Presidente Donald Trump, por encima de sus consecuencias negativas, nos permitiría avanzar a una etapa de nuestra historia nacional libre de la hegemonía imperial gringa.
A partir de 1908, los Estados Unidos consolidó y expandió su hegemonía sobre Venezuela, usando la mano criminal de su nuevo cancerbero Juan Vicente Gómez, expresada en un modelo económico mono exportador, importador y socialmente excluyente, en una doctrina militar que tiene como enemigo al pueblo, en un sistema político representativo de las élites, por la vía de facto o por elecciones, en una política internacional basada en la subordinación a la geopolítica imperial y en la inoculación de un modo de ser, culturalmente hablando, pitiyanqui y endoracista.
Generación tras generación hubo resistencia a esa hegemonía, hasta que en diciembre de 1998, Chávez inició un camino de desmontaje de ese modelo hegemónico promoviendo el uso del ingreso nacional petrolero para el desarrollo endógeno, la diversificación de nuestra economía y la construcción de una sociedad igualitaria.
También, inicio el rescate de la doctrina militar Bolivariana un ejército para favorecer al pueblo, no para obligarlo a no revelarse contra esa hegemonía.
La respuesta del Imperio y de sus lacayos ya la conocemos, la hemos sufrido, 18 años de desestabilización y agresiones a nuestra Patria.
La actual ofensiva del gobierno de Trump, plantea al Presidente Maduro y lo compartimos, nos puede permitir acelerar esa desconstrucción de la hegemonía imperial iniciada por nuestro Comandante Chávez y restituir para siempre nuestra plena Independencia Nacional.
En tal sentido me permito delinear las bases de esa independencia:
1. Promover la producción nacional y la innovación científica tecnológica.
2. Diversificar nuestro mercado petrolero y sus derivados. Nunca más, dependientes de un solo comprador.
3. Consolidar una nueva arquitectura financiera y de un esquema de comercio internacional pluripolar y con distintas rutas y mecanismos de acción.
4. Constitucionalizar la distribución igualitaria del ingreso nacional, que permita erradicar la pobreza.
5. Reafirmar y fortalecer nuestra identidad nacional.
Hoy tenemos la soberanía política, una base industrial y tecnológica emergente, la capacidad profesional, relaciones internacionales pluripolares, organización política y social, y sobre todo la conciencia Patria que Chávez hizo germinar en la mayoría de nosotros.
Vamos Compatriotas, dejemos atrás la cadenas que aún nos atan a la cultura de la desnacionalización, la división, la traición.
Ha llegado la hora de la segunda Independencia, que la ganaremos con astucia y valentía; el Imperialismo no podrá invadirnos militarmente. Esa será nuestra victoria.
El objetivo de esta nueva batalla después de 200 años, es la Independencia Nacional.
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