Luis Semprún Jurado
“Los psicópatas integrados te culparán a ti de su mal comportamiento”
ANONIMO
“¿Ustedes
se han puesto a pensar sobre el fondo real, de alguna de las causas que
originan y dinamizan la guerra económica, a las que nos tienen
sometidos?”, decía el camarada Anacleto, en una parte de su intervención, ante el numeroso auditorio al que se dirigía esta vez. “Tenemos
que estar claros que existe un ‘pacto criminal entre dos imperios’ que
buscan el avance de su emporio económico a expensas de las miserias de
los pueblos, en especial de los pueblos que trabajan en su desarrollo y
liberación económica, pueblos soberanos que se oponen al chantaje y
dominación, pueblos dignos que valoran su independencia y soberanía.
¿Cuáles son los países que mas se han acercado obedientemente a los
designios del gobierno imperial? Tenemos a Colombia, en primer lugar,
que a cedido parte de su soberanía para albergar siete bases militares
norteamericanas en su suelo y que además han firmado un acuerdo de
‘inmunidad’ para sus empleados y soldados, que les permite hacer y
deshacer lo que les venga en gana, sin poder ser juzgados por las
autoridades colombianas. Luego se debe mencionar a Méjico, al que Trump
amenazó con el oprobioso muro separatista, que además piensa hacérselo
pagar a los mejicanos, seguido por Perú, gobernado por un hombre de
doble nacionalidad: estadounidense y peruana, que habla de sumisión al
amo al que hay que moverle la colita como ‘cachorritos en una
alfombra’.” Hizo una pequeña pausa en su emotivo hablar, miró tranquilamente a su auditorio y continuó: “¿Tienen
ustedes idea de que estoy hablando? ¿Saben a que imperios me refiero?
¿Conocen el pacto criminal entre esos imperios? Despierten, abran sus
ojos, estudien a fondo la situación y se darán cuenta de que esos
imperios son: 1. El imperio productor de drogas y 2. El imperio
consumidor de drogas. ¡Dos gigantes en producir miseria y dólares!; dos
imperios protegidos por quienes dicen combatirlos; dos imperios que
lavan sus activos impunemente; dos imperios que mantienen a sus pueblos
aletargados para que no reaccionen ante la opresión y el ‘infortunio’;
imperios que han decidido no permitir que los pueblos soberanos levanten
cabeza. ¡Y tienen la cachaza de señalarnos como narcoestado!”
Con
la Asamblea Nacional Constituyente y los próximos comicios de
gobernadores en octubre, ocupando los pensamientos del venezolano de a
pié, es de buen entendedor el que sea poco común entrar en el tipo de
análisis de mi amigo Anacleto y por lo tanto poder tener una visión más
clara sobre la visita del vicepresidente de USA, Pence, a algunos países
latinoamericanos. Entendemos que uno de sus objetivos es confirmar
alianzas para seguir presionando al gobierno de Venezuela, con el fin se
lograr sacar al huésped de Miraflores, cada día más incómodo, lo más
rápido posible, cosa que la oposición venezolana ha prometido pero no ha
logrado.
Siempre nos han vendido la
idea de lo rápida y confiable que es la justicia yanqui, al mismo tiempo
que se elogian sus facultades investigativas y procedimentales. Pero…
¿está la justicia norteña a la orden del ciudadano común para proteger
su vida, bienes y servicios, como nos quieren hacer creer? O ¿se han
creado fuerzas élites especiales para proteger los intereses de los amos
del mundo? ¿Y cual es su mayor interés? Los reales y más nada, porque
el gobierno norteamericano no tiene reservas de oro como para responder
por la gran cantidad de papel moneda circulante y por la gran deuda
externa que tienen. Por ello no pueden repatriar las grandes cantidades
de oro que la República Federal de Alemania le está exigiendo.
Su
poder se basa en la protección a los países productores y exportadores
de droga con el pretexto de estar combatiendo su producción, cuando en
realidad son sus bancos los que impunemente lavan el dinero obtenido con
esa miserable actividad y sus arcas están repletas de los dividendos
que logran. Y es que en EEUU gobierna el “imperio consumidor de drogas”,
como manera de mantener a un pueblo alienado para que no tenga la
fuerza necesaria para pelear por sus derechos básicos y fundamentales,
existentes en su vieja constitución. De ahí que sea la nación con mayor
índice de consumo de estupefacientes. ¿Si sus autoridades son tan
eficientes, por qué no han acabado con esa degradante práctica? ¡O sea!
Por
otro lado está el “imperio productor”, protegido y financiado por la
más rancia y sucia oligarquía de las “colonias” gringas, que allí tienen
la raíz de la mayoría de sus fortunas. Por ejemplo: La producción de
cocaína en Colombia aumento en un 200%, sólo entre el 2013 y el 2016, lo
que la colocó en el primer lugar como productor, de esa droga, en el
mundo, como lo indica el informe antidrogas del Departamento de Estado
de Estados Unidos: se dio “el incremento más grande jamás registrado”.
Pero… ¿una de las razones para el convenio de instalación de las siete
bases militares norteamericanas en Colombia, no era la lucha contra la
producción y tráfico de drogas? ¿O sería para garantizar y proteger el
suministro expedito hacia el norte?
¿Cuál
fueron las verdaderas causas de la visita de Pence a Colombia y Perú?
Sin descartar la continuidad del plan de preparar el terreno para una
invasión a Venezuela debemos decir: garantizar la seguridad de los
envíos de coca. Cada vez que nuestro país realiza una operación
antidroga y logra la incautación de toneladas de ésta, está afectando la
economía de ambos “imperios”. No es por “la falta de democracia” en el
país, sino además la gran cantidad de recursos naturales que poseemos.
Desde que la DEA fue sacada de Venezuela, las incautaciones han ido
creciendo y esto si que es un problema para ellos. La expresión del
Presidente colombiano Juan Santos, “Lloramos por ti, Venezuela” no se
refiere a democracia ni derechos humanos, porque bastantes pruebas hay
de que aquí están garantizados; es por las incautaciones.
Para
qué hablar de Méjico, un estado gobernado por ambos imperios, un
narcoestado, un estado que se deja humillar por un país ladrón que
además le robó gran parte de su territorio, que llama a sus emigrantes
“mojados” y que se da el tupé de amenazarlos con construir un muro que
impida su paso hacia el norte. La suerte de ciudadanos y periodistas que
osan acercarse a ese mundo está signada con la muerte, sólo tiene que
ojear las estadísticas. ¡Y tienen la sirvergüenzura de criticarnos! Y ni
hablar de Perú, que hasta el 2016, tenía 29mil hectáreas para la
siembra, producción y tráfico de coca. Bueno, allá tienen al cachorro
domesticado mayor.
Como vemos, quizá
sea la mayor causa de los ataques combinados a nuestra patria y sus
iniciativas revolucionarias, que han esparcido la “droga” de una
constituyente para darle el poder al soberano. Un pueblo con poder es
temible y eso es lo que combaten. No tratamos de ocultar los graves
problemas por los que atravesamos y a los que sin descanso se le buscan
soluciones, pero son innegables las facilidades que, “imperios” como
estos, han dado a los apátridas por acabar con nuestro país. ¿De qué
viven Maicao y Cúcuta si no es de lo que se llevan de Venezuela y que
pendejos criollos van a comprar y que para “poder comer”? Aquí cabe
decir: “Por ustedes lloramos, Méjico, Colombia y Perú”.