Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez
Decidido a imponer una agenda retrógada y de total desmantelamiento
de los derechos sociales y laborales, el gobierno de Michel Temer, a
través del Ministerio de Trabajo, da un paso más en contra de la clase
trabajadora al publicar el decreto que dificulta la caracterización del
trabajo esclavo en Brasil.
Estamos presenciando una ofensiva sin límites
contra nuestro pueblo. En este sentido, estamos ante una decisión que no
sólo atiende a los intereses de quiénes explotan de forma inhumana a la
clase trabajadora, si no que además hace más difícil el control de
quienes aún hoy son condenados a condiciones de total precarización.
Una medida como esta, asociada a la externalización
y a la reforma laboral, constituyen el escenario ideal para un mundo de
trabajo precarizado y con altos índices de mortalidad, ya que para ser
considerado “trabajo esclavo” la nueva norma exige la existencia de
falta de libertad. Y además, exige la demostración de que no hubo
consentimiento del trabajador.
Lo que presenciamos no se trata únicamente de la disolución de las
normas que equilibran la relación capital-trabajo, va más allá, estamos
presenciando la degradación del trabajo a niveles ya superados, estamos
ante el sometimiento del trabajador y de la trabajadora a condiciones de
violencia y embrutecimiento.
Ese decreto contradice todas las normas internacionales y el artículo 149 del Código Penal, que establece que es un crimen reducir a alguien a una condición análoga a la del esclavo, ya sea sometiéndolo a trabajos forzados o a una jornada extenuante.
Provista de una modernidad retórica, la gestión de Temer está enterrando el futuro de muchas generaciones. Esta medida no busca, de ninguna manera, reducir el trabajo esclavo o cualquier tipo de precarización, todo lo contrario, hace más difícil el trabajo de las instituciones que combaten ese tipo de modalidad laboral y que luchan por el avance del trabajo digno, bien valorado y la generación de empleo.
Adilson Araújo es presidente de la Central dos Traballadores e das Trabalhadoras do Brasil (CTB)
Fuente: http://www.vermelho.org.br/coluna.php?id_coluna_texto=8703&id_coluna=131
Ese decreto contradice todas las normas internacionales y el artículo 149 del Código Penal, que establece que es un crimen reducir a alguien a una condición análoga a la del esclavo, ya sea sometiéndolo a trabajos forzados o a una jornada extenuante.
Provista de una modernidad retórica, la gestión de Temer está enterrando el futuro de muchas generaciones. Esta medida no busca, de ninguna manera, reducir el trabajo esclavo o cualquier tipo de precarización, todo lo contrario, hace más difícil el trabajo de las instituciones que combaten ese tipo de modalidad laboral y que luchan por el avance del trabajo digno, bien valorado y la generación de empleo.
Adilson Araújo es presidente de la Central dos Traballadores e das Trabalhadoras do Brasil (CTB)
Fuente: http://www.vermelho.org.br/coluna.php?id_coluna_texto=8703&id_coluna=131