Guajirita Soy |
Posted: 29 Sep 2017 06:55 AM PDT
Debido
a la temporada de huracanes, los países caribeños están hundidos en una
enorme crisis humanitaria y, en paralelo, atraviesan por tremendas
dificultades económicas. En un primer momento, fueron golpeados por el
huracán Irma y, para colmo de males, poco tiempo después por el huracán
María. Cientos de familias lo han perdido prácticamente todo. La mayoría
de las islas del Caribe se encuentra sumergida en la desolación.
La
crisis que padecen las Antillas terminó provocando que el Gobierno
estadounidense de Donald Trump hiciera acto de presencia en una región
de gran relevancia geopolítica en América Latina: la Agencia de EE.UU.
para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés)
ofrece ‘ayuda humanitaria’ para atender las necesidades de la población
afectada por los desastres naturales y, de paso, el Comando Sur (U.S.
Southern Command) despliega a sus efectivos para realizar ‘labores de
rescate’, siempre en coordinación con el Departamento de Estado.
En
un primer momento, la USAID activó su estrategia tradicional de ‘ayuda
humanitaria’. Ya en un segundo momento, una vez que se había puesto de
manifiesto que el personal enviado resultaba insuficiente, la USAID
solicitó la presencia de las Fuerzas Armadas estadounidenses: 300
marines apostados en Honduras fueron puestos ‘a disposición’ para
movilizarse y brindar apoyo en la región del mar Caribe.
Es
así como a lo largo del presente mes de septiembre decenas de militares
estadounidenses han desembarcado en Puerto Rico, las Islas Vírgenes,
San Martín y Dominica para “socorrer” a las autoridades de los Gobiernos
locales con la entrega de víveres, la limpieza de escombros y la
evacuación de personas, según consta en varios comunicados de prensa
publicados en la página web del Comando Sur.
Los
resultados alcanzados hasta ahora por la Fuerza de Tarea Conjunta-Islas
de Sotavento (JTF-LI) son: la purificación de más de 80.000 litros de
agua para el consumo humano y la distribución de 25.000 galones; la
entrega de nueve sistemas de purificación, montacargas de gran capacidad
y vehículos para auxiliar a los Gobiernos locales a descargar y
distribuir ayuda entre los damnificados. Adicionalmente, el Comando Sur
ordenó el envío de un buque de asalto anfibio (LHD-1) para “apoyar” en
la repartición de suministros de socorro y transporte de personal
encargado de brindar asistencia.
La
solidaridad internacional es urgente en momentos de crisis. Las islas
caribeñas son lugares donde la economía depende sobre todo del turismo
y, en menor medida, de actividades primarias como la pesca. Los
huracanes Irma y María pulverizaron la infraestructura de casas, hoteles
y restaurantes, situación que terminó cancelando la fuente de ingresos
de muchas personas. Por esta razón, salir adelante de la crisis
económica y humanitaria es una misión prácticamente imposible si no se
recibe apoyo externo.
En
una rueda de prensa, el almirante y comandante en jefe del Comando Sur,
Kurt W. Tidd, refirió el pasado 21 de septiembre que por su magnitud y
fuerza los huracanes produjeron daños materiales históricos en la
región, motivo por el cual la “colaboración” de Washington resultaba un
asunto de primera necesidad. “Estamos orgullosos de (…) ayudar a las
naciones a salvar vidas, mitigar el sufrimiento y transitar lo más
pronto posible, de la respuesta a la recuperación”, sentenció.
El
buque de asalto anfibio Wasp (LHD-1, izq.) y otros buques de la Marina
de EE.UU. maniobran en el mar Caribe antes de acudir a la “ayuda” de las
Islas Vírgenes.
Además
de la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el crimen
organizado, la asistencia a países afectados por desastres naturales es
una de las tareas principales del Comando Sur. Aparentemente, no habría
ninguna razón para negarse a recibir apoyo. Sin embargo, es llamativo
que entre la opinión pública persista la idea de que la ‘ayuda
humanitaria’ que EE.UU. presta a otros países no es sino uno de sus
tantos pretextos para consolidar su posicionamiento militar en zonas
geográficas de suma importancia estratégica.
Algunas
ocasiones, las Fuerzas Armadas estadounidenses actúan por un tiempo
breve en los países azotados por los desastres naturales para luego
marcharse. Sin embargo, otras veces los altos mandos del Pentágono se
aventuran a ofrecer su ‘apoyo permanente’. De esta forma, a través de la
instalación de Centros de Operaciones de Emergencia Regional (COER), el
Gobierno de EE.UU. ha conseguido disfrazar el establecimiento de bases
militares en muchos países del Continente.
Posicionamiento militar en el mar Caribe, ¿antesala de una gran ofensiva contra Venezuela?
La
‘ayuda humanitaria’ ofrecida por el Comando Sur a las Antillas con
motivo de la temporada de huracanes es vista con mucho recelo entre los
países latinoamericanos que se resisten a someterse a los lineamientos
de la política exterior de la Casa Blanca. En la República Bolivariana
de Venezuela, especialmente, se rumorea que una presencia mayor de las
Fuerzas Armadas norteamericanas en las islas es la antesala de una gran
ofensiva para forzar la salida del presidente constitucional, Nicolás
Maduro del Palacio de Miraflores.
Estragos del huracán María en la isla de Santo Tomás
Recordemos
que, desde hace buen tiempo, EE.UU. ha venido impulsando la firma de
acuerdos de cooperación militar con varios países localizados a pocos
kilómetros de territorio venezolano. Por ejemplo, en junio de este año
se llevó a cabo el ejercicio militar Tradewinds 2017 con la
participación de las Fuerzas Armadas de 18 países, justo frente a las
costas de Venezuela. Lanzada la convocatoria por el Comando Sur,
Tradewinds fue presentado como “una maniobra multinacional de seguridad
marítima y respuesta a desastres” en el Caribe.
El
ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, escribió
el 26 de septiembre en su cuenta de Twitter que el presidente Trump se
olvidó por completo de las necesidades del pueblo puertorriqueño para
dedicarse a lanzar ataques contra Venezuela. En suma, la escalada de
tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas genera suspicacias
entre los integrantes del Gobierno venezolano sobre si EE.UU.,
efectivamente, está proporcionando apoyo a los países caribeños de
manera desinteresada o si, por el contrario, no es sino otra excusa para
continuar ganando posicionamiento militar. (Pensando Américas-La Radio
del Sur)
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Posted: 29 Sep 2017 06:38 AM PDT
Como se conoce, entre el 7 y el 10 de septiembre, el país fue impactado por el huracán de gran intensidad Irma, el cual provocó severas inundaciones costeras, fuertes vientos e intensas lluvias, principalmente en la porción norte desde Camagüey hasta Artemisa. Las provincias más afectadas fueron Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Villa Clara. Otros territorios como Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Cienfuegos, Matanzas, Mayabeque y La Habana también sufrieron daños. Aún se encuentran activados los consejos de defensa provinciales de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas y Holguín; así como 57 consejos de defensa municipales de estos territorios, con el propósito de llevar adelante las acciones de recuperación. A partir de los datos preliminares ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), y los partes que a diario rinden los tres jefes de las Regiones Estratégicas al presidente del Consejo de Defensa Nacional, podemos informar lo siguiente: De un millón 863 mil 589 personas que fueron protegidas ante el paso del huracán Irma, 11 mil 689 continúan recibiendo apoyo estatal con alimentos y otros recursos de primera necesidad, en Ciego de Ávila, Camagüey, Villa Clara, Holguín, Sancti Spíritus, La Habana, Las Tunas, Matanzas y Guantánamo. Se reportan 158 mil 554 viviendas afectadas: 14 mil 657 son derrumbes totales y 16 mil 646 parciales; además 23 mil 560 sufrieron pérdidas totales del techo y 103 mil 691 presentan daños parciales en la cubierta. Para dar respuesta a esta situación, el Gobierno decidió que el Presupuesto del Estado financie el 50 % del precio de los materiales de la construcción que se comercializan a las personas damnificadas con la destrucción total o parcial de sus viviendas. De igual forma, se ha bonificado el 50% del precio actual de venta minorista de bienes de consumo de primera necesidad para la población afectada, entre los cuales figuran colchones, productos de aseo e higiene, equipos de cocción y ajuares de casa. En los casos de mayor necesidad se ha bonificado el 100 % del valor de algunos surtidos. Además, se inmovilizaron los inventarios de estos recursos y de materiales de la construcción en la red del comercio y se han puesto a disposición de los consejos de defensa provinciales para la atención priorizada a los damnificados. Tras el azote del huracán Irma, se habilitaron alrededor de 900 puntos de ventas de comida elaborada, con precios módicos, en las zonas más abatidas. Del mismo modo, fueron reubicadas bodegas y otras unidades minoristas, en aras de mantener la venta de la canasta familiar normada, así como otros productos liberados. Inmediatamente después del paso de este evento meteorológico, se comenzaron a recibir diversas donaciones, provenientes de gobiernos, asociaciones de amistad, empresas, organizaciones no gubernamentales, universidades, instituciones religiosas, entre otras entidades. Estas muestras de solidaridad, que agradecemos en nombre del pueblo y gobierno cubanos, complementan los esfuerzos de nuestro país para resarcir los daños y a través de los sistemas de distribución establecidos se entregan, como es lógico de forma gratuita, a los damnificados. También se potencia la comercialización de materiales de la construcción con el empleo de recursos disponibles en el país y el aporte de las industrias locales. Las medidas organizativas implementadas incluyen la ampliación de la red de venta para acercarla a los damnificados, unido a la selección y capacitación del personal. El Sistema Eléctrico Nacional está prácticamente restituido y el 99,9% de los consumidores ya reciben este servicio, a pesar de que el impacto abarcó a casi todo el país y se dañaron totalmente dos torres de alta tensión, 3 mil 616 postes, 2 mil 176 kilómetros de líneas, mil 379 transformadores, mil 300 kilómetros de acometidas y diez subestaciones. Las provincias que aún permanecen con afectaciones son Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey, que se encuentran a más del 98% de restablecimiento. Para hoy 29 de septiembre se espera concluir, en lo fundamental, el restablecimiento de los circuitos secundarios y primarios del país. En el proceso de restablecimiento del sistema eléctrico del país es necesario destacar el trabajo de las brigadas mixtas de apoyo que se crearon en los territorios afectados para las labores de limpieza, poda, apertura de huecos y acarreo de postes. En el sector de las comunicaciones, los principales perjuicios se produjeron en el sistema telefónico, con la interrupción de 246 mil 707 servicios de telefonía fija y mil 471 de datos. Además se dañaron 312 radiobases de la telefonía móvil, 27 torres y 4 mil 764 postes. Hasta el momento se ha restablecido el 95.3 de los servicios de telefonía y datos, y de radio y televisión. Con relación a los viales, resultaron dañados unos 537 kilómetros. El mayor impacto se produjo en los pedraplenes de los polos turísticos de los cayos Santa María y Coco, en los que ya fue restituido el tránsito y se continúa trabajando para lograr su recuperación total. Las inundaciones costeras afectaron un tramo de la Vía Blanca, en Mayabeque, así como los túneles de la Bahía de La Habana, Quinta Avenida y Línea, en la capital, que conllevaron a un trabajo ininterrumpido para extraer grandes volúmenes de agua. El restablecimiento de los sistemas técnicos de estas importantes vías de comunicación habaneras se logró en solo 13 días y para el próximo fin de semana ya se podrá transitar nuevamente por la avenida del Malecón, que también resultó seriamente dañada. Pese a las afectaciones en el sector educacional, el curso lectivo recomenzó en todo el país gracias a la recuperación de un número importante de escuelas y a la implementación de otras alternativas en los territorios más azotados. De las 980 instituciones de salud dañadas, han sido reparadas 289, lo que no ha impedido conservar la vitalidad del sistema y seguir brindando todos los servicios a la población. Además, se ha logrado mantener una situación epidemiológica estable, cuya atención deberá continuar de manera priorizada. En la agricultura, las principales afectaciones se concentraron en el área avícola, con 466 granjas dañadas; de ellas, 348 ya han quedado listas. Asimismo, unas 95 mil hectáreas de cultivos varios recibieron el azote del huracán Irma, de las cuales se han recuperado más de 35 mil, entre las que se destacan 20 mil hectáreas de plátano. También se desarrollan siembras emergentes de hortalizas y cultivos varios de ciclo corto, con el propósito de garantizar el suministro de estos productos a la población. El sector azucarero reportó alrededor de 338 mil hectáreas de caña afectadas, sobre todo en Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara y Matanzas. No obstante, ya se han recuperado 180 mil y se labora en las restantes, en las cuales se calculan daños entre el 3 y el 20 %. Se trabaja con intensidad, igualmente, en el restableci-miento de los 20 centrales azucareros ubicados en el norte de Camagüey, Ciego de Ávila y Villa Clara, — que constituyen el 40% del total del país—, cuyas afectaciones se concentran en los techos. En el Turismo, a pesar de las afectaciones, se ha trabajado intensamente, lo que ha permitido que todos los polos turísticos del país estén prestando servicios, excepto los Cayos del norte de Villa Clara y Ciego de Ávila, los cuales comenzarán sus operaciones con el inicio de la temporada alta y contarán con todas sus instalaciones listas para el 15 de noviembre. Las lluvias que acompañaron al huracán Irma favorecieron la situación hidrológica de la isla, impactada por una intensa y prolongada sequía de más de tres años. El acumulado de precipitaciones en septiembre alcanza 256.4 milímetros, que representa el 137 % de la media histórica para este mes. Las provincias donde más ha llovido son Sancti Spíritus, Camagüey, Ciego de Ávila y Villa Clara, en tanto las menos favorecidas son Artemisa y La Habana, así como el Municipio Especial de la Isla de la Juventud. Los embalses, por su parte, acumulan 6 mil 302 millones de metros cúbicos, equivalentes al 68.4 % de la capacidad total de llenado. En cuanto a la red hidráulica, el 99 % de los acueductos han sido recuperados. Quedan interrumpidos cuatro sistemas: tres en Camagüey y uno en Villa Clara, lo cual afecta a 6 mil 961 personas, a quienes se les asegura el suministro con carros cisternas. Se continúa trabajando en el proceso de elaboración de los informes de valoración de daños, bajo la dirección de la ONEI. Además se desarrollan evaluaciones de impacto ambiental posterior al desastre, rectoradas por la Agencia de Medio Ambiente. El Consejo de Defensa Nacional reconoce la destacada labor de las Regiones Estratégicas y los consejos de defensa provinciales, municipales y de zonas. Igualmente resalta el apoyo y disciplina de la población que, de conjunto con las organizaciones de masas y otros organismos, ha trabajado arduamente en el saneamiento e higienización, acciones en las que también ha resultado significativa la participación de los ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior. Para que el país logre resarcir en el menor tiempo posible todos los daños causados por el huracán, se hace imprescindible mantener el quehacer mancomunado y el espíritu de lucha que ha distinguido siempre a nuestro combativo pueblo.
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