
En
Arabia Saudí, las autoridades arrestaron a decenas de prominentes
funcionarios durante el fin de semana; entre ellos, diez príncipes,
cuatro ministros y decenas de exministros, en una gran reorganización
por parte del rey Salman destinada a consolidar el poder para su hijo,
el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Entre los detenidos estaba el
príncipe Alwaleed bin Talal, una de las personas más ricas del mundo con
un patrimonio neto estimado de al menos 17.000 millones de dólares.
Talal tiene inversiones en muchas empresas estadounidenses conocidas,
como Apple, Twitter, Citigroup y el imperio mediático de Rupert Murdoch,
Newscorp. Por otra parte, un alto príncipe saudí falleció el domingo al
estrellarse su helicóptero cerca de la frontera con Yemen, lo que
generó especulaciones acerca de que podría haber sido asesinado. Los
arrestos, por cargos no especificados de “corrupción”, se produjeron
unas horas después de que el príncipe heredero nombrara un nuevo comité
anticorrupción con amplios poderes para detener y arrestar a cualquier
acusado, así como registrar sus hogares y confiscar sus bienes. Los
arrestos se produjeron al tiempo que la Casa Blanca anunció que el
presidente Donald Trump había llamado al rey Salman para agradecerle por
las compras de armamento estadounidense, valuadas en miles de millones
de dólares, y alabar lo que calificó de “impulso de modernización” del
reino. La Casa Blanca no ha emitido comentarios sobre los arrestos. El
yerno y asesor principal del presidente Trump, Jared Kushner, estuvo en
Arabia Saudí la semana pasada.