Resumen Latinoamericano, 31 diciembre 2017
Querid@s compañer@s:
A
nadie, viva donde viva, se le escapa que este año que acaba ha sido
difícil de transitar. Hemos afrontado luchas de todo tipo, algunas de
ellas victoriosas. Como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, con su
pueblos bravos demostrando tener altura de miras al enfrentar a sus
enemigos de clase y vencer. O en nuestra querida Cuba, que se apresta a
entrar con paso firme en el año 59 de una Revolución que durante todos
estos años nos ha iluminado y dado fuerzas. O como en Siria, donde
pueblo, ejército y aliados internacionales lograron impedir que el
imperio y sus enjendros terroristas se hicieran con ese país. O la
potentísima demostración reivindicativa del pensamiento y la acción
contra el patriarcado logrado en Argentina con la consigna “Ni una
Menos” y extendida como reguero de pólvora por el mujerío de todo el
continente y el mundo.
Fueron
jornadas duras que demostraron que llegadas las circunstancias lo más
importante es tener claridad sobre lo que se está defendiendo. En ese
aspecto se hace necesario recordar que una vez más el heroico pueblo
palestino sigue en pie y aferrado a su tierra resistiendo el embate
brutal de la jauría sionista y solo con esa actitud (y poniendo el
cuerpo de sus mejores hombres y mujeres en una batalla desigual) ya está
venciendo.
Párrafo
aparte hay que dedicar a Colombia donde los anhelos de paz se
encuentran entre paréntesis debido al comportamiento artero del
establecimiento gubernamental ligado como siempre a la derecha uribista.
Ellos son los impulsores del paramilitarismo que sigue asesinando
líderes y lideresas así como también a desmovilizados de las FARC y
amenazan con destruir las mínimas concesiones del gobierno Santos.
Por
supuesto qué hay otras miles de peleas populares que debemos tomar como
ejemplo de que solo la lucha y nada más que la lucha se convierte en
ariete para futuras victorias. Van algunos pocos ejemplos entre miles:
la campaña concientizadora de Marichuy, la vocera del mundo indígena y
del zapatismo caminando con paso firme por el México bronco. La
resistencia legendaria del pueblo mapuche frente a los nuevos
conquistadores de ambos lados de la Cordillera de Los Andes (Honor y
gloria a Rafael Nahuel y al internacionalista anarquista Santiago
Maldonado). La lucha del campesinado brasileño enrolado en el MST o las
movilizaciones de los SinTecho, todos ellos y ellas junto a otros
cientos de miles coronando su deseo de “Fora Temer”. Las multitudinarias
manifestaciones del pueblo argentino contra la brutalidad capitalista
del gobierno gorila de Macri, donde la calle se convirtió en un mundo de
piedras para enfrentar, cual Intifada sureña a gendarmes, policías y
otros uniformados. La muestra de inimitable defensa de los derechos
humanos demostrada por las Abuelas de Plaza de Mayo que siguen
encontrando nietos y nietas, arrancándoselos a los genocidas. La fuerza
del campesinado paraguayo y sus organizaciones insurgentes enfrentando
al títere pro yanqui Horacío Cartes y al latifundismo. La rebelión del
pueblo peruano contra PPK y el fujimorismo. Todas ellas y muchas más
representan jornadas memorables de empoderamiento y recuperación de la
autoestima popular, pero marcan solo un paso en la lucha para alcanzar
la destrucción del capitalismo y alcanzar la meta del “buen vivir” en
una sociedad sin explotadores ni explotados.
Lo demás es conocido: políticas neoliberales sin límites, despidos, inflación, recortes o eliminación de libertades esenciales, censura y apagones informativos, persecución a los luchadores, destrucción medioambiental, racismo, xenofobia y en todos los casos altos niveles de represión con cárcel, torturas y asesinatos de los y las mejores hombres y mujeres de nuestros territorios, Esa y no otra sigue siendo la receta del capitalismo.
Lo demás es conocido: políticas neoliberales sin límites, despidos, inflación, recortes o eliminación de libertades esenciales, censura y apagones informativos, persecución a los luchadores, destrucción medioambiental, racismo, xenofobia y en todos los casos altos niveles de represión con cárcel, torturas y asesinatos de los y las mejores hombres y mujeres de nuestros territorios, Esa y no otra sigue siendo la receta del capitalismo.
Ha
sido duro este 2017 y anticipa algo similar para el 2018 pero a pesar
de los pesares estamos en pie, no nos han vencido, somos los y las de
siempre. Reivindicamos al Che, Fidel y Raúl, a Hugo Chávez y Manuel
Marulanda, a Camilo Torres y al Iman Jomeini, a Evo Morales y a Sandino,
a Rosa de Luxemburgo y a Juana Azurduy, a Evita Perón y Manuelita
Saenz, Pero también a Guacaipuro, a Túpac Amaru, Túpac Katari y
Bartolina Sisa. Somos los que en las calles cantamos a la memoria y
honramos a nuestros mártires pero sobre todo no olvidamos a todos
nuestros presos y presas, sean latinoamericanos, palestinos, vascos,
catalanes, kurdos o irlandeses, Para todos y todas ellas exigimos
libertad y amnistía. Por todos ellos y ellas levantaremos nuestra copas y
brindaremos por un año más de rebeldía frente a este sistema opresor.
Con la confianza de que VENCEREMOS.