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Desde hace algunas semanas, un nuevo blog que se dice "cubanito y con buena onda" hace reír y pensar, La bicicleta, escrito por Miguel Cruz Suárez.
Aquí les va una de sus historias y espero que como me ha sucedido a mi
se queden entre los lectores asiduos de lo que casi diariamente publica La bicicleta.
Aquel
mensaje tan ocurrente me acompaña y a veces me viene a la mente cuando
alguien, aturdido por los placeres del consumo, se niega a reconocer que
la otra cara de la moneda esconde muchos más gritos que el refrán de la
abuela. El hijo de Rafael un viejo amigo de mi infancia viene a veces
de visita, alquila un auto y deja una estela de latas de cerveza vacías
tiradas en la calle del barrio, ostenta cuatro cadenas doradas que
apenas le permiten mantener la cabeza erguida, provoca la muerte de
algunos cerditos inocentes sacrificados en su fiesta de bienvenida y al
más puro estilo de los conquistadores españoles, carga con un alijo de
bisuterías diversas (que hacen función de espejitos y otros cacharros
que eran trocados por el oro aborigen), apostando por obtener a cambio
favores y servicios de mucho valor que acá siguen siendo gratuitos para
todos.
Siempre
asegura que es casi un empresario, que el dinero no es problema, que ya
es de “clase media y hasta de clase y media” ; pero dice mi mamá, a
base de un refrán de arraigo popular, que: La Lista no le cuadra con el
billete, porque Rafelito alias El Ladrillo, sigue teniendo las mismas
manos callosas de cuando levantaba muros por la vecindad e incluso ahora
un poquito más, dice mi vieja que lo que más le mortifica es que le ha
preguntado por otros que también se marcharon y según cuenta el de las
cadenas (que después supimos que eran alquiladas para el viaje), pues
también Arsenito el guagüero ahora es gerente, Paula la que vendía
caramelos de pasta dental, es dueña de una tienda de modas y Manolo el
que no trabajaba en nada, es Director de una Agencia nada menos que de
empleos, dice Mima que ella no aguantó más y con educación le tuvo que
decir: CONTRA RAFELITO PERO EN ESE PAÍS ¿NADIE ES OBRERO?