Resumen Latinoamericano / 28 de diciembre de 2017 / El Libertador
Según el director de Casa Alianza
Honduras, Guadalupe Ruelas (foto en texto), el gobierno ya inició un
plan de “Cacería Sistemática”, puesto que más allá de una simple
represión con gases lacrimógenos se está dando persecución a personas
identificables en las protestas “Antifraude”, en ese sentido se tiende a
criminalizar o dar muerte a miembros de la oposición.
Ruelas asegura que cuando un
gobierno actúa de esa forma, es porque sabe que está asentado en la
ilegalidad, por lo que su único camino para “gobernar” es el uso de la
fuerza. Eso ha dejado ya 36 muertos en Honduras desde el 26 de noviembre
por el golpe que ha dado el Tribunal Electoral.
Tegucigalpa. El director
de Casa Alianza Honduras, Guadalupe Ruelas, ha considerado que lo que
están viviendo los hondureños en protestas es una “cacería sistemática”,
puesto que ya se están presentando indicios de persecución a varios
miembros “identificables” en las movilizaciones.
Para el caso, ha trascendido el rápido
actuar de la Fiscalía y miembros de la Policía, para capturar a varios
manifestantes que en indignación por la muerte de tres menores de edad a
causa del gas lacrimógeno han quemado postas policiales y despojado de
indumentarias a varios efectivos.
Por ejemplo, ayer la Policía capturó a
siete individuos señalados por incendiar la posta policial del sector de
Alubarén, Francisco Morazán. Fueron detenidos: Celso Reyes, Dilmes
García, Domingo Reyes, Robel Reyes, Gabildo Castillo, José Núñez y
Santos Ortiz.
Además en San Pedro Sula se detuvo a 11
personas a quienes se les señala por “torturar” a efectivos de la
policía y participar en saqueos en la “capital industrial”. Pese a que
según los organismos de justicia del país, las personas han incurrido en
el delito aprovechando las manifestaciones, los mismos simpatizantes de
la Alianza de Oposición han hecho la labor que los uniformados no
hacen.
Durante el despliegue de saqueos antes de
navidad, fueron los manifestantes los que controlaron la situación e
incluso recuperaron algunos artículos de valor. Posteriormente sus
líderes políticos condenaron que era una estrategia para ensuciar la
lucha legal en contra del fraude electoral.
Esa defensa democrática, hasta la fecha ha
causado que 36 personas perdieran la vida, aunque ya hay asesinos
“desconocidos” en una práctica reconocible en los “escuadrones de la
muerte”. La mayoría de las víctimas perecieron a manos de las balas del
Ejército hondureño durante las manifestaciones. Tampoco los castrenses
han cumplido su deber constitucional de proteger la alternabilidad en el
poder. Han optado por cuidar el patrimonio de Hernández.
Lo que se siente en el país es persecución.
Por ejemplo, el Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en
Honduras (Cofadeh), ha denunciado la persecución contra el militante y
dirigente de la juventud del Partido Libertad y Refundación (Libre),
Eduardo Urbina (foto), acusado de incendiar un camión militar el pasado
15 de diciembre; no obstante, la organización informó que el joven salió
del país el 10 de diciembre.
Con base a eso, la población se ha
preguntado ¿por qué las fuerzas de seguridad del Estado actúan tan
rápido contra protestantes y no contra corruptos, personas que apoyan la
ilegal reelección y contra quienes avalaron el fraude electoral
cometiendo serios delitos en contra de la dignidad democrática?
Ruelas asegura que el trabajo de la
policía, que está encaminándose en procesos selectivos, responde a
hechos e interpretaciones, es decir, que es una interpretación que se
proteja a la ciudadanía, pero los hechos hablan por sí mismos. “Vemos
que las fuerzas de seguridad del Estado están para proteger a los
poderosos en contra de los ciudadanos, por eso no es extraño que esta
coyuntura de fuerzas policías, militares y la burocracia estatal, tome
represalias contra toda persona que sientan que su opinión no ha sido
respetada”.
Asimismo, añade que cuando una persona
irrespetada se indigna y reclama, esta se convierte en enemigo de los
que quieren mantener el estatus quo, y, por eso, se actúa con el
propósito de sofocar cualquier diferencia y signo de pensar, “para que
eso no se contagie y para generar temor en la población”.
A criterio del activista social, las
fuerzas de seguridad “están reprimiendo hoy por lo que sucedió ayer,
pero, están reprimiendo más que todo por lo que pueda pasar mañana”.
Refiere que Honduras es un Estado que vive bajo el entendido del
asentamiento en la ilegalidad, “es un gobierno que no está asentado en
la legitimidad, y como no está asentado en la legalidad, debe asentarse
en la represión, ponerse a la fuerza”.
Por eso, Ruelas ratifica que lo que sucede
ya es “una cacería sistemática, es decir no es un tema de salir y tirar
una bomba lacrimógena, esto ya es a sangre fría, esto ya es sistemático,
ya responde a tareas, tácticas y estrategias de aterrorizar y coartar
cualquier posibilidad de rebeldía y rebelión”.
Lamenta que aunque está resultando doloroso
para las familias de indignados, asegura que cuando un gobierno empieza
a actuar de esa manera, es porque “no tiene la razón y sabe que no
tiene la razón por eso se posiciona de manera descarada”.