Por Dick & Miriam Emanuelsson / Resumen Latinoamericano
[Video] Así fue la esterilización forzada bajo el Fujimorismo
Entre 1995-2001 fueron
esterilizadas forzosamente 346.219 mujeres y 24.535 varones, según un
informe realizado por una comisión parlamentaria independiente, el año
2002. El mismo congreso nacional del Perú investigó los casos de
anticoncepción quirúrgica y concluyó que 314.605 mujeres fueron
esterilizadas en el marco del Programa Nacional de Planificación
Familiar del gobierno de Alberto Fujimori. El Comité Latinoamericano y
del Caribe de los Derechos de la Mujer (Cladem) concluyó que sólo el
10 % de las mujeres que fueron esterilizadas en aquel periodo dieron su
“consentimiento genuino”.
Las organizaciones
feministas aplaudieron al principio el programa de planificación. USAID y
la UE financiaron con millones de dólares, lo que al final resultaba
ser un programa de horror para los afectados.
A principios de 2016
comenzó a funcionar el Registro de Victimas de Esterilizaciones Forzadas
(Reviesfo). El motivo era registrar y documentar los casos de todas las
víctimas de las esterilizaciones forzadas en el Perú, una decisión
tomada por el saliente gobierno del presidente Ollanta Humala.
Abajo presentamos
testimonios, resultado de la gira en el mes de marzo (2016) en el
departamento de Cusco, de tres víctimas que sufrieron y siguen sufriendo
las consecuencias de las esterilizaciones forzadas del segundo periodo
del ex presidente Alberto Fujimori. O como resume Demetria Molina Huilca: “Lamentablemente este desgraciado chino nos ha hecho este daño”.
El derecho de una familia, cuestionado por Fujimori a los pobres en el Perú 1995-2001.
Reportaje sobre la esterilización forzada de los 370 000 peruanos en el Perú 1995-2001
1. La esterilización de Fujimori en el Perú: Teodora fue amarrada en la cama y esterilizada
2. La Esterilización forzada en el Perú a los hombres
3. Perú: Como las Esterilizaciones forzadas destruyeron los matrimonios
4. La Asociación que organiza y respalda a las Mujeres Afectadas de las Esterilizaciones Forzadas, AMAEF
5. El abogado que dirige el registro de las víctimas de la esterilización Fujimorista en Cusco
https://youtu.be/tljwcLTsUtw“Me amarraron los pies y el cuerpo”
CUSCO / PERÚ / Las tres víctimas tienen en
común la mirada de tristeza en el fondo de sus ojos. Sus testimonios
también tienen un hilo común; fueron esterilizados brutalmente entre
1995-2000 por orden del gobierno de Alberto Fujimori.
Teodora Guzmán Velázquez, de
47 años, viene del distrito Mollipata, en los Andes. Su pueblo está
ubicado aproximadamente a tres horas en bus desde la ciudad de Cusco, el
antiguo centro del Imperio Incaico. Cuando comenzamos a entrevistarla
nos responde en su idioma quechua, imposible de entender.
Y eso es lo otro en común
con casi todas las víctimas; no hablan castellano. En esta parte del
Perú (Cusco) hablan solo quechua. En otras provincias del país hablan
otro idioma natal, pero no español.
No entendieron cuando los
médicos o las enfermeras llegaron a sus casas en la sierra para decirles
que serían objetos de la esterilización. Ante la eventualidad de tomar
una decisión tan drástica, ¿cómo era posible ejecutarla si ni siquiera
comprendían el idioma en que les estaban hablando?
Si además sabemos que las
víctimas venían de condiciones de extrema pobreza mientras los médicos,
por otro lado, generalmente vienen de una clase social muy diferente,
pues entendemos que eran dos mundos opuestos que se enfrentaron estos
seis años cuando fueron esterilizados más de 370.000 peruanos.
PEDIMOS a Demetria Molina Huilca ayudarnos con la traducción. Ella ha luchado desde el 2001 para exigir justicia a través del trabajo organizado en la Asociación de las Mujeres Afectadas por la Esterilización Forzada, AMAEF. Y Teodora comienza su relato:
– La ambulancia me trajo
desde Mollipata el 20 de abril de 1999 y llegamos a la posta de salud.
Cuando llegamos me amarraron en los pies. Y luego me han amarrado con el
hilo. Quería escapar pero llegaron con candado.
¿Por qué la llevaron a la posta de salud?
– Me obligaron con fuerza.
Era la política del presidente Fujimori. Me inyectaron y me he
adormecido. Cuando desperté estaba en la casa de mi hermana y comencé a
caminar de vuelta a mi casa.
Teodora tenía solo tres
niños que no es mucho en las sierras del país andino. Ahí es muy común y
además importante tener bastantes niños para las familias en el campo
porque trabajan cuidando a los animales.
¿La esterilización tuvo algunas consecuencias físicas, psícicas o en la relación a tu marido?
– Mi esposo había ido a
trabajar a la chacra en la mañana cuando la ambulancia vendría a
recogerme. Mi marido no firmó nada porque no sabía nada de lo que iba a
pasar. Ahora dice mi esposo que “yo no quiero saber nada, tú has dicho
esas cosas, tú sabrás como vivir”, dice mi marido que ahora quiere
divorciarse. Todo se cambió a raíz de la esterilización que me hicieron,
dice con los ojos llenos de lágrimas. Dice que ando buscando a otros
hombres.
A los hombres también:
¡”Te esterilizamos o no te damos la Partida de Nacimiento de tu hijo”!
El campesino Álvaro Mario Champin.
El Programa Nacional de
Planificación Familiar del gobierno de Alberto Fujimori no solo golpeaba
a las mujeres pobres, como en ninguna otra parte del continente
americano. Casi 25.000 hombres fueron víctimas del “Cuchillo Japonés” de
Fujimori. En Cusco, este año, nueve hombres se han registrado como
víctimas y el campesino Álvaro Mario Champin, de 49 años, es uno de
ellos. Para los varones la carga es quizás más grande justamente por ser
hombres en un país machista.
Champin viene del distrito Huancarani situado a 4.000 metros sobre el nivel del mar.
– Comenzaron a citarme y
exigirme desde 1995. Ahí solo tenía 28 años. El 1997, cuando fui a la
posta de salud para registrar mi quinto niño, me dieron el ultimátum;
esterilizarme o no me darían el Certificado de Nacimiento de mi hijo. Me
vi obligado de acceder por mi hijo. Fue un chantaje.
¿Qué consecuencia ha tenido tras la esterilización?
– Ya no vivo desde el 2001
con mi esposa. Mi esposa quería tener dos hijos más y por eso me
abandonó. Tuve una nueva relación pero ella también me abandonó por no
poder darle los niños que quería.
Cuando entrevistamos al
campesino Álvaro Mario Champin nos relata que va a entrar a registrarse
en la oficina como víctima de la política de planificación familiar del
régimen de Alberto Fujimori.
– Exijo justicia y que la
verdad detrás de este crimen no quedará impune, inclusivamente para
nosotros varones. Porque si no fuera por “El Chino” Fujimori, todavía
había vivido con mi primera mujer.
La pobreza extrema y dos arrobas de maíz
Demetria Molina Huilca ha luchado 20 años para que se haga justicia.
Demetria Molina Huilca es
tesorera en AMAEF. Es originaria del distrito de Huraro en el
departamento de Cusco. Es un clásico caso como las autoridades
presionaron al esposo para que éste les diera un poder para esterilizar a
su mujer. “La Zanahoria” llamaba al dinero y entre las poblaciones de
extrema pobreza, en las regiones andinas, podía ser equivalente a dos
arrobas de maíz que eran entregadas a las familias abandonadas por el
estado peruano.
Este es el caso de Demetria:
– Varias veces aparecieron
dos enfermeras en mi casa, tanto en la mañana, medio día como en la
noche, diciendo que teníamos que esterilizarnos pero mi esposo no ha
querido. “Yo tengo que trabajar en la chacra para mis hijos”, decía.
Intentaron a convencer a mi esposo, diciendo que Fujimori daba 1000
soles (en actualidad U$ 285), como una arroba de maíz. “Dile gracias al presidente Fujimori! ¡Aprovéchense!”, decían. Y nos han convencido.
DEMETRIA FUE TRASLADADA EN AMBULANCIA a
la posta de salud, en Anta, a unos 30 minutos de la ciudad de Cusco.
Fue el 22 de septiembre de 1997 cuando entró Demetria a la posta y le
dio un shock:
– Yo vi la fila de las
mujeres cambiadas (de ropa), amarradas de pie y manos en las camillas o
en el suelo. Quería salir pero me ordenaban: “¡Cámbiate, Cámbiate, ya te
va a tocar tu turno”! me han dicho.
– Pero ¿qué cosa me van a
hacer? “Las señoras están muertas”, pensaba yo, viéndolas acostadas,
¿“así me van a hacer a mí también, matarme? Prefiero yo irme, sino me
voy a escapar”, decía yo pero no me han dejado ir.
Al contrario a la regla, o
por falta de conocimiento, Demetria había desayunado en la mañana por lo
cual la anestesia no había tenido un efecto suficientemente rápido. El
médico le decía que contara hasta 20 y ahí se durmió. Cuando despertaba
le dolía terriblemente. “¿Qué cosa me han hecho?”, pensó.
– La ambulancia me dejó
donde la carretera termina, a media hora de a pie desde mi casa. De ahí
caminé, recién operada, hasta llegar a mi casa.
IGUAL COMO CASI TODAS LAS VÍCTIMAS,
mujeres como hombres, la pareja desconfía de su compañero/a de vida.
Demetria nos cuenta que las peleas con su esposo han sido constantes
desde el 1997.
– Como no tengo más hijos menores dice que estoy parando con otros hombres, me dice ahora.
– Y yo le discuto: ¿Quién
tiene la culpa? Analízate bien. Tú me has autorizado (a la
esterilización). Si me hubieran matado, bueno, pero ahora piensa eso (la
infidelidad). ¿Cómo vivir así? Casi nos hemos separado, dice con los
ojos llenos de lágrimas, contando que tuvo en total cuatro hijos.
Cuando entrevistamos a
Demetria solo faltaba un mes para las elecciones en el Perú. Todas las
encuestadoras dan como favorita a la hija de Fujimori. Ella ha sostenido
que su padre era inocente y que en el caso de violaciones de derechos
humanos a las 370.000 víctimas, pues serían los médicos los responsables
como autores.
– Ojala que no llegue al
poder. Si llega al poder, ¿Qué va a pasar con nosotras? Si su padre es
que nos ha hecho esto. Si va a llegar su hija, no va a reconocer las
miles de víctimas que somos.
– No hay nadie que nos
apoya. Tres veces nos han archivado nuestro caso en Lima. Pero no nos
rendimos, seguimos con la misma fuerza.
Antes trabajaron junto con
el marido en el campo, en la chacra, cuidando los animales, sacando la
cosecha. Pero a raíz de las esterilizaciones, las mujeres quedaron en la
casa, generalmente, cuenta Demetria. Y el marido reacciona:
– “¿Para qué pides plata, para que cosa pides plata? ¡¡¡Muérete”!!! dicen
varios maridos a sus esposas, me cuentan las compañeras. Mucha pena nos
da, “el Chino” Fujimori. Ese desgraciado nos ha hecho este daño. Estamos sufriendo.
La Asociación de las Víctimas
Durante casi 20 años ha
funcionado la Asociación AMAEF. Livia Pinares es la coordinadora y nos
encontramos una mañana en la oficina de REVIESFO, en Cusco. Es de
profesión enfermera y cuenta como la anterior secretaria general de la
Federación Campesina del departamento de Cusco, Hilaria Supa, la llamó
una mañana para contarle que doce mujeres la habían visitado para
decirle que habían sido esterilizadas en forma forzada. Desde ese día
Livia es inseparable con AMAEF.
Ella ayudó a las mujeres,
tomando contacto en Lima con organizaciones feministas para crear una
mayor atención sobre el caso de miles y miles de víctimas peruanos. Así
comenzó el trabajo organizado que hoy sacude nuevamente a la opinión
pública en el Perú.
Livia Pinares, AMAEF.
Al día siguiente de la
entrevista en Cusco, llegó la candidata Keiko Fujimori. Fue recibida por
una gran parte de la población que gritaba;¡“Somos las hijas de campesinas que no lograste esterilizar”! Con ese acto comenzó una cadena de eventos y protestas, no importa donde ha aparecido la hija de Fujimori.
Cuenta Livia Pinares que
durante los 20 años de actividades, AMAEF ha visitado ciudades, pueblos y
regiones y se ha confirmado la inmensa cantidad de víctimas que sembró
el programa de planificación familiar 1995-2000.
El Autogolpe de Fujimori
Cuando el programa de
planificación familiar se inició en 1995, Fujimori había sido reelegido
por su segundo periodo. Pero en mayo de 1992, Fujimori ejecutó el
“Autogolpe Palacial”. Disolvió el Congreso, la Corte Suprema de Justicia
y la mayor parte del Poder Judicial. Gobernó con decretos
presidenciales, basándose en las FF.AA, la Policía, los organismos de
seguridad (Dircote-SIN) y de la inteligencia militar. Con la asistencia
del ex capitán del Ejército Vladimiro Montesinos, utilizó el grupo
paramilitar, La Colina, para la guerra sucia. Este grupo asesinó al
presidente de la mayor central obrera, la CGTP, el comunista y líder
minero Pedro Huilca y ejecutó otras dos masacres, por las cuales
Fujimori fue detenido y sentenciado a 25 años de cárcel.
Familiares de
las víctimas de la desapareción y masacre de la Cantuta el 18 de julio
de 1992, solo dos meses después el “Autogolpe de Fujimori” en donde
fueron asesinados diez universitarios (un profesor) por el grupo
paramilitar La Colina.
El principal motivo para
cometer el autogolpe fue “la lucha contra el terrorismo”, es decir los
movimientos guerrilleros Sendero Luminoso y el MRTA. Pero todas las
protestas sociales fueron salvajemente reprimidas.
Justamente las regiones
andinas fueron catalogadas como “centro de apología al terrorismo” por
el régimen ilegal de Fujimori. La población civil temía el decreto
presidencial que daba 20 años de cárcel a quien fuera acusado de hacer
“apología del terrorismo”. Fue en ese ambiente hostil para las
comunidades que las autoridades fujimoristas iniciaron El Programa de
Planificación Familiar.
Dice Livia Pinares que
ninguno de los presidentes de turno ha querido tomar el tema en serio y
haber formulado una verdadera solución al problema. Las víctimas exigen
justicia, dice, sobre todo por su estado de salud muchas mujeres están
postradas a la cama y ahora son recriminadas nuevamente.
Embarazada y esterilizada
La coordinadora cuenta la historia de Esperanza Huayama, una mujer que estaba embarazada en el tercer mes, en 1996, cuando la querían esterilizar.
– Ella decían a los
médicos; “No me hagan la ligadura, rogaba. Estoy embarazada de tres
meses”. Se le hicieron los análisis de orina y decía; “No, no estas
embarazada”. Al final hicieron la esterilizaron. Al cuarto mes iba
creciendo el útero y ya la herida se reventaba. Va al centro de salud
para decirles: “¡Ven, que estoy embarazada y ustedes me han hecho
extraer al feto”! Y todavía le han hecho a pagar a ella, lo cual no es
justo.
– Actualmente ha tenido tan
mala suerte, la señora, que su hijita que ha tenido la atropelló un
carro. Ahora no tiene hijos, se separó de su esposo, porque le dice; “Yo para que quiero una pareja enferma, para que yo toda la vida gaste dinero solamente en ti”. La abandonó y ahora ella vive vendiendo algunas cositas. Es una triste realidad, concluye Livia Pinares.
– Son tantas cosas que han
pasado y pese a esas pruebas contundentes que se tiene, el Estado
Peruano no quiere reconocer el error que ha tenido. Las señoras que más
han sido afectadas son la quechua-hablante. Porque si les da una
información en español, no la entienden. “A mí me han dicho que me van a
curar”, creían y fueron esterilizadas.
Dick & Miriam Emanuelsson
Robert Chávez Hurtado, el abogado que dirige el registro de las víctimas de la esterilización forzada en Cusco
Por Dick & Miriam Emanuelsson
CUSCO / 2016-03-09 /
Entrevista con Robert Chavez Hurtado, abogado y Director Distrital en
Cusco por el Registro de Victimas de Esterilizaciones Forzadas,
REVIESFO.
Los métodos usados por el Ministerio de Salud
Investigaciones y
testimonios recogidos por organizaciones como Amnistía Internacional y
Cladem, por el Congreso peruano y medios de comunicación, enumeran losmétodos de hostigamiento, amenaza o chantaje empleados por personal de salud de aquel entonces para practicar ligaduras en mujeres peruanas.
Algunos de ellos fueron:
- Chantaje a madres que recién dieran a luz con no inscribir a sus hijos en registro civil.
- Amenazas con realizar abortos a las mujeres embarazadas que no acepten ser esterilizadas.
- Presión psicológica con argumentos sobre la irresponsabilidad o inestabilidad económica de los maridos, para que las mujeres opten por la anticoncepción quirúrgica.
- Visitas casa por casa de enfermeras que amenazaban con volver “con la Policía” si las mujeres no aceptaban acudir al centro de salud.
- Festivales y campañas destinadas a convencer a las mujeres de que el mejor método de anticoncepción es la ligadura de trompas en lugar de otras formas de planificación familiar no definitivas.
- Recorridos de ambulancias casa por casa para recoger a mujeres.
- Pago de “incentivos” económicos a los maridos para que firmen una autorización para que la mujer sea sometida a una esterilización “voluntaria”.
- Ofrecimiento de alimentos y medicinas como mecanismo de captación de mujeres de escasos recursos o con necesidades urgentes.
- Uso de la fuerza física para llevar a las mujeres a los centros de salud.
Reportes periodísticos de
la época y el informe congresal de 2002 concluyó que en ese periodo se
establecieron “metas numéricas” e incentivos para la práctica de
esterilizaciones desde altos niveles del Estado peruano.
(Tomado de BBC-Mundo, Boris Miranda el 9 noviembre 2015).