Puerto Rico podría perder el 8% de su población infantil, lo que equivale a unos 55,770 niños, según proyecciones del Instituto del Desarrollo de la Juventud.
Además, el aumento en la inseguridad económica familiar puede abonar a la pobreza infantil en la isla, escenario que las proyecciones anticipan que subirá la miseria en la niñez de 56% hasta un 71% o 100,000 menores que enfrentarían condiciones de vida bajo el nivel federal de pobreza.
Este es el cuadro, que, según un análisis del Instituto, le espera a la niñez puertorriqueña debido a la devastación que dejó el huracán María y a las nuevas condiciones del país: mayores dificultades económicas, mayor emigración y un aumento en las condiciones de salud mental entre esta población tan vulnerable.
Se trata del estudio “El Impacto del huracán María en la niñez de Puerto Rico”, un análisis de la situación del país que contiene, además, recomendaciones y que acaba de divulgar esta organización sin fines de lucro que aboga por políticas públicas a favor del desarrollo de la niñez y juventud en la isla.
“La realidad es que hay mucha pobreza en Puerto Rico y se va a poner bien grave, sobre todo para los niños”, dijo Amanda Rivera Flores, directora del Instituto.
Basado en estudios previos sobre el impacto de otros desastres naturales, además de datos censales, el informe del Instituto, que está disponible en su página juventudpr.org, anticipa que la situación de pobreza en la niñez podría tener un efecto negativo en el desarrollo económico del país.
Rivera Flores, quien dirige el Instituto desde febrero de este año, resaltó que, antes del paso del huracán María, ya el panorama de la niñez en la isla era precario, con más del 50% de los niños en condiciones paupérrimas.
El Instituto identifica a los municipios del sureste y la región central montañosa como los más afectados, puesto que, además de que absorbieron el impacto más fuerte del huracán, ya padecían de condiciones de extrema pobreza y familias con padres desempleados o fuera del campo laboral.
“El impacto en la salud mental es bien fuerte en los niños, ya sea por pérdidas en sus viviendas, por la incertidumbre que esto les provoca, además de estrés post traumático”, dijo Rivera Flores.
La migración que ya se sentía incluso desde antes del huracán María, especialmente en personas entre los 18 años y los 40 y tantos, afecta adversamente la economía del país, con una fuerza laboral cada vez menor y una población más envejecida, revela el informe.
Entre las recomendaciones contenidas en el informe, se encuentra invertir en proyectos que mejoren la seguridad económica de familias con niños, así como en servicios de salud mental y apoyos para los jóvenes y extender el Crédito Contributivo por Dependientes Menores a familias con menos de tres hijos.
También, en sus recomendaciones, que el Instituto dirige al sector filantrópico, el gobierno local y federal y a la Junta de Supervisión Fiscal, se incluye crear un Fondo de Desarrollo Laboral para la Reconstrucción, restituir y optimizar el Crédito por Trabajo, asignar trabajadores sociales y psicólogos a cada escuela y crear un grupo de trabajo para atender la crisis de migración de familias con niños.
“Las oportunidades de empleo subsidiado y talleres de recapacitación son algunas de las recomendaciones, tomando en cuenta (los esfuerzos de) la reconstrucción de Puerto Rico, lo que ayudaría tanto a la seguridad de empleo como a la seguridad económica”, dijo Caridad Arroyo, líder de estadísticas del Instituto.
Tanto Arroyo como Rivera Flores coincidieron, además, que los efectos que trajo el huracán María han provocado que temas como la vulnerabilidad de la niñez hayan salido a relucir y captado la atención a nivel internacional.
“Es ver cómo usarlo como una oportunidad” para mejorar sus condiciones, dijo Rivera Flores.
(Con información de El Nuevo Día)
*Fuente: Cubadebate