POR GERALDINA COLOTTI; Resumen Latinoamericano, 4 enero 2018
En los grandes
medios italianos se ha reiniciado la campaña de ataque al socialismo
bolivariano. La tésis de fondo es siempre la misma: el socialismo ha
fallado en todas sus formas, la única receta es aquella del capitalismo.
Al máximo se puede discutir de la dosis, pero el “sistema” – ha
reafirmado el presidente del Consejo Paolo Gentiloni – va garantizado.
Mejor si para garantizarlo están representantes del llamado
centro-izquierda, que saben contener mejor la rabia de los oprimidos.
Por esto, de la realidad venezolana se deben describir (y ampliar) los
efectos, escondiendo las causas de los problemas y sobretodo los
responsables.
Cualquier cosa
haga, por los medios mainstream el chavismo se equivoca. Estamos ya en
campaña electoral, en el 2018 en Venezuela se darán las presidenciales. Y
también en Italia irán a las urnas el 4 de marzo. Pero si el gobierno
de Maduro continúa a destinar más del 70% de las entradas a los
proyectos sociales, por qué no debería hacerlo un país del “primer
mundo” como Italia? Porque la crisis deberían pagarla los ricos, y esto
haría tambalear “al sistema”. Y entonces, no se puede. Por lo tanto, se
deben destruír los ejemplos positivos, para llegar al punto de antes: la
receta para “restaurar” la economía debe ser aquella del capitalismo.
La crisis, que la paguen los sectores populares. Pero, como Venezuela
enseña, la historia reserva siempre sorpresas…
Desde la guerra
mediática y desde las estrategias para contrastarla, dentro y fuera de
Venezuela, hemos hablado con Alcides Martinez, miembro de la
Vicepresidencia de Agitación, Propaganda y Comunicación del PSUV y
portavoz del Consejo Nacional e Internacional de la Comunicación
popular. Lo hemos encontrado en Caracas, luego de las elecciones
comunales, que han entregado otra victoria al PSUV y a sus aliados.
Cuál ha sido su trayectoria política?
Desde jóven he militado en los movimientos sociales y culturales. También para mí, el hito se ha determinado con la rebeldía
cívico-militar del 4F y el “por ahora” del Comandante Hugo Chávez que
nos ha devuelto la esperanza. En ese entonces, el 80% del pueblo era
oprimido por los gobiernos de la IV República. No obstante las grandes
entradas petroleras y el alto nivel del Pil, había una pobreza
creciente. Aquella población vió en el Comandante la esperanza de
transformar la vida social y hemos comenzado a trabajar hacer concreto
aquel sueño. En el 98, Chavez ha conquistado la presidencia de la
República y hemos asumido el empeño para la liberación del pueblo en
esta lucha histórica que conecta el pasado al presente y muestra que los
libertadores han sido dos: Simón Bolívar que nos ha liberado del yugo
español, Chavez que nos ha liberado del yugo del imperio norteamericano.
En los países
europeos como Italia, que también han tenido una larga historia de lucha
de clases, gran parte de los jóvenes no conoce o rechaza la herencia
del siglo XX, el siglo de las revoluciones. Cómo ha logrado el PSUV a
hacer de la memoria histórica una nueva ventaja para la política y para
el futuro?
Ocultar la historia
de la lucha de clases y de las resistencias al colonialismo, robar la
memoria y la cultura a los pueblos de Latinoamérica, ha sido un modo
para dominarlos. Es más fácil dominar a los jóvenes con la ignorancia
que con la fuerza. Pero la historia no termina. Cuando Bolívar murió en
Santa Marta, traicionado y engañado, todo lo que había hecho por la
unión sudamericana parecía desaparecido: “He arado en el mar”, dijo, de
hecho, desesperado. Pero no podía imaginar que habría nacido Chavez a
llevar a cabo otro 50% de su obra en otras formas y en otros tiempos: la
UNASUR, el MERCOSUR, el Banco de Sur y tantas instituciones importantes
para la unidad latinoamericana y caribeña. Chavez ha ido más allá de
Bolívar porque hoy la Revolución es ya referencia mundial, ha
transmitido a los pueblos que hay de nuevo una esperanza, se puede
construír un mundo mejor y se puede renovar el socialismo,
convirtiéndolo en una nueva bandera para el futuro. Nuestra
independencia inicia con la Batalla de Carabobo y en pleno siglo XXI
Chavez la evoca durante la campaña electoral del 7 de Octubre del 2012,
la última victoria para él. Estaba ya sufriendo, sabía que iba al
encuentro con la muerte. Probablemente una ataque de los Estados Unidos.
Pero escogió de darse sin reservas a aquella “campaña admirable” para
llevar a Venezuela a la independencia definitiva. Desde Barinas, su
ciudad natal, hasta Caracas, fue un viaje de despedida. Se estaba
despidiendo de su pueblo. Todos teníamos ganas de llorar, pero sentíamos
su pasión. En ese entonces yo dirigía la propaganda del partido para el
Estado de Monagas, uno de los Estados en el que Chavez fue muy admirado
por la organización de la campaña. Para nosotros que habíamos conocido
la IV República, la Revolución ha sido una gran experiencia. Sabemos que
el capitalismo es el menos indicado para el pueblo, porque no le
interesa el ser humano, sino el capital, el negocio, la explotación.
Cuanto más el capital acumula riqueza tanto más hay pobreza. Cuanta más
ignorancia hay en el pueblo, tanto mejor es para los capitalistas que
pueden dividirse la torta con tranquilidad. Así ha ocurrido en América
Latina y en los países del sur dominados por el capitalismo salvaje. Por
esto continuamos con firmeza a defender la Revolución con el Presidente
Maduro, a defender los intereses del pueblo.
En el exterior,
la imágen que los medios dan del proceso bolivariano es totalmente
negativa. Cómo afrontar este problema y el tema de la comunicación
internacional?
Estamos viviendo
una de las peores guerras silenciosas, igual o superior a aquella de
Siria. Quieren tomar a nuestro pueblo por el hambre. El bloqueo
económico financiero internacional impide la llegada de medicinas y
alimentos. En Colombia, Santos ha bloqueado también algunas vacunas
contra la malaria, pero el Presidente Maduro sembra en el mismo terreno
de Chavez, la misma alianza con otros países del continente y con los
países del Sur. Nosotros sabemos que la guerra mediática contra
Venezuela se conduce desde afuera hacia el interior. El imperialismo USA
esta buscando el modo de intervenir militarmente en nuestro país. Las
grandes corporaciones mediáticas conocen bien su oficio, manipulando la
comunicación mundial. En cada país hay tres o cuatro familias que
controlan la información y saben como hacer caer los gobiernos. En el
2002, han sido los medios a engañar al pueblo para convencerlo de que
Chavez lo estaba asesinando. Como partido, estamos buscando una alianza
estratégica con los comunicadores internacionales: periodistas, hombres y
mujeres de cultura, intelectuales que nos ayuden a difundir en sus
países la verdad de Venezuela, porque es desde allí que nos están
atacando con fuerza construyendo mentiras como aquella que sirvió para
agredir a Irak con el falso pretexto de las armas de destrucción de
masa. El verdadero objetivo es el de apropiarse de nuestros recursos,
destruír nuestra cultura y nuestra indentidad. Diciendo que Jerusalem es
la capital de Israel, Trump trata de cancelar de la faz de la tierra
seis millones de años de historia y de memoria. Una estrategia no
casual, sabe que podría desencadenar una guerra santa y que esto iría en
ventaja de la industria de las armas y llevaría a un nuevo saqueo de
las riquezas de los pueblos árabes. Y no podemos permitirlo. Con
Venezuela no es tan fácil porque en el mundo tenemos aliados que conocen
la verdad, numerosos acompañantes internacionales lo han constatado
también en estas recientes elecciones constituyentes, regionales y
municipales. No tenemos necesidad de la “ayuda humanitaria” de los
Estados Unidos, sólo queremos que Trump y sus aliados retiren las
sanciones pedidas por la oposición venezolana.
En sus 10 años
de existencia, la “máquina” del PSUV ha demostrado saber trabajar bien,
no sólo en el plano de la agitación y la propaganda, sino también sobre
aquel de la organización. Sinembargo, a veces se tiene la impresión de
que la comunicación entre partido y movimientos, entre el PSUV y otras
fuerzas del Gran Polo Patriótico, no pase como debería. Así, en las
elecciones comunales ha habido en Caracas la candidatura de Eduardo
Saman, alternativa a aquella de Erika Farias. Y en Lara ha habido
también aquella del constituyente Angel Prado, miembro de la Comuna El
Maizal, que se ha presentado en el Municipio Simón Planas. Cómo te lo
explicas y cómo se pueden recuperar estas fricciones?.
En estas elecciones
municipales, no estaban en juego elementos específicos. Cualquiera
habría podido disentir del estilo del candidato del propio municipio,
pero a nivel de militancia consciente se sabe que no importa la persona,
sino el proyecto y la defensa del territorio cuando es evidente que si a
gobernar va la oposición, la semana siguiente sufrimos una intervención
armada. Más que nunca en un momento similar, era importante vencer la
mayoría de los municipios. Un resultado que ha sido reconocido hasta a
nivel internacional. Debemos blindar aquello que hemos conquistado con
Chavez, debemos proteger nuestra independencia. Estos compañeros han
visto las cosas desde un punto de vista particular, sin ver el conjunto
de la apuesta en el juego, y han decidido de no seguir las indicaciones
del partido. Nosotros les invitamos a discutir, porque se hay un
militante que se siente excluído o poco considerado, la única vía para
volver a comprenderse es poner al centro los principios del socialismo.
Los aliados juegan un papel fundamental en la conquista de un nuevo
espacio, sobretodo en este año en el que debemos prepararnos para las
elecciones presidenciales y los ataques del imperialismo se multiplican.
Debemos construír una sólida red de apoyo a nivel internacional. Nos
preocupa mucho que al exterior se cuenten sólo las cosas peores de
Venezuela y no las cosas positivas, que se haga silencio sobre lo que
ocurre en los países neoliberales de América Latina, como Colombia, Perú
o Argentina. En Argentina, la primera cosa que ha hecho Macri ha sido
silenciar Telesur, porque era la voz de los pueblos oprimidos. Quieren
quitar la voz a Venezuela para quitarle la voz a los pueblos oprimidos.
Traducción Gabriela Pereira