Resumen Latinoamericano/ 7 de febrero 2018 .-
COMUNICADO PÚBLICO – FAMILIA PICHILEF
Texto distribuido por el gobierno de Río Negro
El día 31 de Enero las paredes del cajero automático de Maquinchao
aparecieron pintadas con consignas mapuche y consignas exigiendo
justicia por los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. En
las pintadas se acusa al Estado y a las fuerzas de seguridad de
“asesinos”. Además, podían leerse mensajes en mapudungun, idioma de
nuestro pueblo mapuche. También se registraron acciones similares en n
cajero de El Bolsón. Sin embargo, estos hechos fueron realizados de
manera anónima, ya que ninguna organización o individux firmó
adjudicándose dicha acción. Tampoco se difundieron comunicados en las
redes sociales ni medios alternativos en las que algún grupo en
particular proclame la autoría sobre esto hechos. Sin embargo, el
Gobierno de la Provincia de Río Negro en su página oficial de Facebook
publicó imágenes de los cajeros y adjudicó los daños a la RAM. El día 1
de Febrero la policía de Maquinchao se acercó a la casa de mi abuela
Telesfora Pichilef, para indagarla sobre las pinturas, preguntándole si
conocía al posible autor de las mismas y preguntándole si ella sabía
hablar mapuche. Le mostraron fotos en las que ella no identificó los
mensajes que decían, ni los que estaban en español ni en mapudungun.
Tampoco reconoció los rostros de Rafael y Santiago. La policía se retiro
sin haber conseguido el nombre de un posible sospechoso, pero sí lograron interrogarla sin ninguna orden judicial, procedimiento
que hubiera correspondido. Se dirigieron a ella por ser una referente
local del pueblo mapuche. Mi abuela no sabe hablar mapudungun. Su madre
no le enseñó para evitar las persecuciones, racias policiales, la
discriminación y la burla. Mi abuela es jubilada del área de Salud
Pública. Trabajó 30 años en el Hospital de Maquinchao como agente
sanitario, recorriendo campos y parajes de la Meseta, soportando las
inclemencias del clima, siempre desde una perspectiva comunitaria y de
amplitud de derechos, tarea que le valió el reconocimiento del
Ministerio de Salud de la Nación en el año 2006. Además, formo parte de
organizaciones sociales de DD.HH y de organizaciones mapuche, así como
ha sido un pilar, junto a otrxs pu lamngien de la Comunidad Mapuche de
Maquinchao. Es escritora y poeta, con dos libros publicados, uno de
ellos declarado de interés cultural por la Legislatura de la provincia.
Si bien ella, y toda nuestra familia, siempre han militado la causa de
nuestro pueblo mapuche, siempre lo hemos hecho de manera pacífica, a
pesar de conocer bien el despojó, la pobreza, la persecución y la
discriminación a la que nos
sometió el Estado. Siempre hemos participado de espacios de
militancia plurales, apuntando al consenso y al reconocimiento de
nuestros derechos. Nuestra familia siempre ha trabajado en pos de
revitalizar nuestra cultura, de que se conozca nuestra verdadera
historia, nuestras raíces y nuestro kimün. Nuestra lucha no es una lucha
terrorista, como pretende hacer ver el gobierno de la provincia al
adjudicarle las pintadas mencionadas a la RAM, acto seguido del cual las
fuerzas policiales se dirigieron a indagar a mi abuela en un proceso
irregular como presunta sospechosa, por el sólo hecho de ser mapuche.
Lamentamos mucho este retroceso ya que pareciera que cualquier persona
que se identifique mapuche, que hable nuestro idioma o porte nuestros
distintivos, es un potencial “terrorista”. Es por eso que alertamos al
pueblo Mapuche y a la sociedad en general y a todxs los pobladores de
nuestra Línea Sur, ya que el procedimiento de la policía no ha sido el
adecuado. Nos preocupa el devenir de esta situación. Nuestro pueblo
siempre ha tenido una gran capacidad de diálogo y hoy en día estamos
recuperando todavía nuestras costumbres, nuestro idioma y muestra
espiritualidad. Personas mayores como mi abuela que se auto perciben
mapuche tienen derecho a ejercer su religión, hablar su lengua sin ser
potenciales sospechosos ni víctimas de montajes. Exigimos el
esclarecimiento de estos hechos. No olvidamos, y exigimos justicia por
nuestros lamngien Rafael Nahuel em y por nuestro wenuy Santiago
Maldonado em. ¡Mariciwev!