Resumen Latinoamericano / 27 de marzo de 2018 / Sputnik
RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — El autobús en el que viajaban los
periodistas que acompañan la caravana del expresidente brasileño Luiz
Inácio Lula da Silva (2003-2011) por el sureño estado de Paraná fue
baleado el martes 27, aunque no hubo heridos, según relato del senador
Lindbergh Farias.
“Uno de los autobuses de la caravana Lula por el Sur acaba de ser
alcanzado por un tiro en el camino entre Quedas do Iguaçu y Laranjeiras
do Sul, en Paraná; nadie resultó herido”, escribió el senador del
Partido de los Trabajadores (PT) en su cuenta de Twitter.
Lula confirmó también la denuncia de disparos en un acto público en la Universidad Frontera Sur de Laranjeiras do Sul.
“Nuestra caravana está siendo perseguida por grupos fascistas; ya lanzaron huevos, piedras y hoy hasta dieron un tiro en un autobús”, dijo el exmandatario.
Al finalizar el viaje Lula lamentó los continuos episodios de violencia que sufrió en las últimas etapas de su gira, con bloqueos de carreteras, lanzamiento de huevos y objetos pesados e incluso agresiones físicas a simpatizantes del PT.
El expresidente comparó la situación con el “surgimiento del nazismo” y pidió que quien quiera derrotar al PT se presente a las elecciones y no use vías violentas.
“Si creen que haciendo esto, nos van a asustar, están equivocados; nos van a motivar, no podemos permitir que después del nazismo esos grupos fascistas puedan hacer lo que quieran”, añadió.
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, definió como “muy graves” los recientes acontecimientos y advirtió sobre lo que pueda pasar este miércoles en la sureña ciudad de Curitiba, la capital del estado de Paraná, donde finaliza la caravana.
“No sé lo que va a pasar, ¿será una batalla campal? ¿Seremos atacados? ¿Habrá un tiroteo?”, se preguntó Hoffmann, y pidió a las autoridades que actúen reforzando la seguridad.
“No esperen a tener un cadáver para conocer la gravedad de las cosas que están pasando”, advirtió.
La tensión puede crecer especialmente en Curitiba, donde se centralizan las investigaciones de la Operación Lava Jato y a la que Lula acudió a testificar poco antes de ser condenado por delitos de corrupción por el juez Sérgio Moro.
La expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016) también denunció el lunes los ataques que está sufriendo la caravana de Lula por parte de “milicianos” y grupos de extrema derecha y alertó de lo que pueda pasar en la próxima campaña electoral.
La exmandataria dijo a un grupo de periodistas extranjeros que podría haber un “baño de violencia” contra la izquierda si persiste el clima de crispación y de odio al PT.
Ese clima, en su opinión, está instigado por el sistema judicial que persigue a Lula y por los grandes medios de comunicación brasileños, que quieren evitar que vuelva al poder.
Lula es el precandidato del PT para las elecciones de octubre y el favorito en todas las encuestas, a pesar de que podría marchar a la cárcel en las próximas semanas.
Lula confirmó también la denuncia de disparos en un acto público en la Universidad Frontera Sur de Laranjeiras do Sul.
“Nuestra caravana está siendo perseguida por grupos fascistas; ya lanzaron huevos, piedras y hoy hasta dieron un tiro en un autobús”, dijo el exmandatario.
Al finalizar el viaje Lula lamentó los continuos episodios de violencia que sufrió en las últimas etapas de su gira, con bloqueos de carreteras, lanzamiento de huevos y objetos pesados e incluso agresiones físicas a simpatizantes del PT.
El expresidente comparó la situación con el “surgimiento del nazismo” y pidió que quien quiera derrotar al PT se presente a las elecciones y no use vías violentas.
“Si creen que haciendo esto, nos van a asustar, están equivocados; nos van a motivar, no podemos permitir que después del nazismo esos grupos fascistas puedan hacer lo que quieran”, añadió.
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, definió como “muy graves” los recientes acontecimientos y advirtió sobre lo que pueda pasar este miércoles en la sureña ciudad de Curitiba, la capital del estado de Paraná, donde finaliza la caravana.
“No sé lo que va a pasar, ¿será una batalla campal? ¿Seremos atacados? ¿Habrá un tiroteo?”, se preguntó Hoffmann, y pidió a las autoridades que actúen reforzando la seguridad.
“No esperen a tener un cadáver para conocer la gravedad de las cosas que están pasando”, advirtió.
La tensión puede crecer especialmente en Curitiba, donde se centralizan las investigaciones de la Operación Lava Jato y a la que Lula acudió a testificar poco antes de ser condenado por delitos de corrupción por el juez Sérgio Moro.
La expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016) también denunció el lunes los ataques que está sufriendo la caravana de Lula por parte de “milicianos” y grupos de extrema derecha y alertó de lo que pueda pasar en la próxima campaña electoral.
La exmandataria dijo a un grupo de periodistas extranjeros que podría haber un “baño de violencia” contra la izquierda si persiste el clima de crispación y de odio al PT.
Ese clima, en su opinión, está instigado por el sistema judicial que persigue a Lula y por los grandes medios de comunicación brasileños, que quieren evitar que vuelva al poder.
Lula es el precandidato del PT para las elecciones de octubre y el favorito en todas las encuestas, a pesar de que podría marchar a la cárcel en las próximas semanas.
