Resumen Latinoamericano / 21 de marzo de 2018 / Izquierda Diario
El presidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski renunció este miércoles tras divulgarse unos videos en los que su gobierno intentaba comprar votos para evitar su destitución parlamentaria.
Antes de que el Congreso pudiera terminar de votar el pedido de vacancia (destitución) del presidente, presentado por la oposición parlamentaria, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) renunció a la presidencia tras la divulgación de unos videos en los que se intentaba comprar los votos de diputados.
PPK renunció este miércoles mediante un comunicado al país, rodeado de sus ministros, y tras la difusión masiva de los videos filtrados por el partido Fuerza Popular, conocidos como #KenjiVideos, en los que se ve a miembros del gobierno, junto al legislador Kenji Fujimori intentando comprar los votos de algunos diputados a cambio de la ejecución de obras en sus regiones.
Kuczynski renunció tras un año y 7 meses en el cargo,y luego de haber sorteado ya un pedido de destitución en el parlamento en diciembre del año pasado, por los casos de corrupción que se le atribuyen sobre su relación con la constructora brasileña Odebrecht, que sobornó a varios gobiernos y candidatos de la región. Fue justamente la bancada de Kenji Fujimori la que en diciembre pasado votó a favor de Kuczynski, y tan solo unos días después todos los peruanos vieron como su presidente le “devolvía el favor” indultando a su padre, el genocida expresidente Alberto Fujimori.
El gobierno de Kuczynski, exbanquero de Wall Street, no solo estuvo signado por una crítica situación económica, sino que al carecer de mayoría propia en el congreso tuvo que negociar permanentemente con la principal fuerza opositora liderada por Keiko Fujimori, otra de las hijas de Alberto Fujimori y excandidata a la presidencia.
El escándalo de los sobornos de la constructora brasileña terminó de dinamitar el poco margen de maniobra que le quedaba, quedando en manos del congreso y de los pedidos de vacancia. Aún así Kuczynski pudo jugar una última carta en diciembre pasado al dividir a uno de los bloques de la oposición, que estaba en manos de los hermanos Fujimori, comprando la voluntad de Kenji a cambio del indulto a su padre. Esa jugada solo le sirvió para estirar la agonía tras meses mas, ya que Keiko Fujimori, ya separada políticamente de su hermano, buscó los caminos para volver a forzar una destitución parlamentaria. Esa es la sesión que debía tener lugar este jueves y que ante la aparición de los videos incriminatorios, que no pocos le atribuyen a Keiko, se adelantó como pedido de renuncia.
Revés para la política injerencista de EEUU y espejo para la derecha regional
La renuncia de Kuczynski también tiene implicancias para la política de Estados Unidos hacia la región y en particular para su política injerencista sobre Venezuela. En la reciente visita del ahora exsecretario de Estado Rex Tillerson, que también estuvo con Macri y Santos, la escala peruana tenía la importancia de cerrar filas con el llamado “grupo Lima” para evitar que Venezuela participe de la próxima Cumbre de las Américas con el objetivo de aislar al gobierno de Maduro. El grupo Lima, compuesto por una docena de países latinoamericanos alineados con Estados Unidos en su política hacia Venezuela, ya venían haciendo lobby para evitar la presencia de Maduro en la Cumbre que se va a realizar en la capital peruana el 13 y 14 de abril. Sin embargo ahora con la caída de Kuczynski quedan más debilitados para imponer algún tipo de restricción a alguno de los países de la región, como es el caso de Venezuela.
En el tablero regional, la caída de PPK es expresión de una derecha regional no asentada, que da múltiples muestras de debilidad tanto en el terreno económico, como parlamentario (muchos obligados a negociar y sin mayoría propia) y también entre sus ambiciones y la relación de fuerzas existente entre las clases sociales, heredadas del período previo y que no pueden desconocer.
Una nueva presidencia débil
La presidencia quedará ahora en manos de Martín Vizcarra, el vicepresidente que estaba en una suerte de exilio como embajador de Canadá. Vizcarra, que no tiene partido ni bancada propia en el parlamento, había llegado a la vicepresidencia de la mano de Kuczynski pero tuvo que ser enviado como embajador a Canadá a pocos meses de haber asumido tras hacerse público que había ofrecido dinero del Estado a una empresa constructora que tenía a su cargo las obras del aeropuerto de Cuzco. La oposición, que fue la que estuvo a la cabeza de pedir el desplazamiento de Vizcarra en ese momento, es la que aceptaría ahora que se haga cargo de la presidencia.
Si PPK tuvo una presidencia turbulenta, puede esperarse que el de Vizcarra sea un mandato sin ningún tipo de autoridad y totalmente dependiente de la oposición parlamentaria. Keiko Fujimori es quién aparece hoy como la figura política más fortalecida con la caída de Kuczynski. Sin embargo Keiko también está involucrada en los escándalos del Odebrecht y las delaciones del lava jato provenientes de Brasil. Se pueden esperar unos meses cruzados por la ingobernabilidad, las maniobras judiciales y los realineamientos políticos pensando en la todavía futura y lejana carrera presidencial.