En diálogo con La W, Jesús Santrich, se defendió de las acusaciones de narcotráfico que pesan sobre él.
17 abril 2018Sobre su relación con Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez también capturado por presuntamente hacer parte de una red de narcotráfico, Santrich explicó que fue una relación de trabajo pues “él venía presentando unas ideas de proyectos productivos, específicamente sobre granjas econativas en las zonas donde se implementarían los acuerdos de reforma rural. Esto lo venía haciendo con algún funcionario del Ministerio del Posconflicto, incluso con el doctor Pardo”.
Agregó que no conoce a los otros dos capturados y que nunca se reunió o habló con ellos y que no puede decir que confíe en Marín porque “los montajes están a la vuelta de la esquina. Yo confiaba en sus proyectos agroproductivos, en sus granjas econativas, no puedo responder por sus actos”. Además, aclaró que Iván Márquez no lo recomendó pues “tiene la costumbre de no recomendar a nadie, ni de su familia ni de sus amistades”.
Santrich también se refirió a Rafael Caro Quintero, quien es señalado como un importante jefe del Cartel de Sinaloa y de quien no negó que se lo presentaron como una persona que quería invertir en proyectos productivos en Colombia.
Sin embargo, dijo que no tenía conocimiento de sus presuntas actividades con el narcotráfico. “Es muy difícil que yo tenga en mi mente quién puede ser narco o no. A mi casa llegó mucha gente con la idea de contribuir a impulsar el proceso de paz y toda la gente que llegó fue registrada por la Policía Nacional y la UNP. Mi casa siempre estuvo con las puertas abiertas para todo el que quisiera entrar a hablar del proceso, entonces no tengo un registro detallado de quién puede estar o no involucrado, eso le corresponde a las autoridades”.
Respecto al cuadro que le regaló, dijo que “cuadros he regalado por decenas y libros también, así que es posible que lo haya entregado a Rafael Caro, a quien repito no conozco directamente, sino la referencia de ser un inversor en proyectos. Es posible, como le regalé un cuadro al general Naranjo, al ministro Pardo, a mucha gente. En todo cuadro he suscrito la intención de que se aporte al proceso de paz en Colombia”.
Además, cuestionó que se afirme que él sabía que Caro Quintero era narcotraficante. “Si yo tengo conciencia de que estoy tratando con alguien con ese tipo de imputaciones ¿iba a ser algo público, tomar fotografías con alguien, hacer una reunión en un sitio resguardado por la Policía? Eso no tiene lógica“.
Negó tajantemente cualquier vínculo con el narcotráfico, al indicar que “de mi boca jamás escucharán la palabra cocaína, dinero de pagos, paquetes de 5 kilos o que yo haya escuchado eso en una conversación. Si eso está ahí que lo publiquen, aunque lo esencial es que eso se hiciera en un Estado donde se pudieran rebatir cosas porque los montajes tienen esa particularidad, es como una película de Indiana Jones y cada quien le va poniendo sus efectos especiales”.
El dirigente de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común criticó que no se tenga en cuenta su presunción de inocencia y reiteró que el caso se trata de un montaje en su contra orquestado por Estados Unidos.
“Estados Unidos tiene interés sobre nuestros recursos, sigue viéndonos como enemigos, no nos ha sacado de sus listas espurias. Estados Unidos no tiene dignidad ni moral para acusar a nadie. Esto debió llegar primero a Presidencia y después a la JEP”, explicó.
Añadió que desde hace un año había advertido que habría una persecución en su contra y contra los dirigentes del partido. “Aquí hay gente involucrada en la masacre del Aro, en Odebrecht, que ahora aparecen como los prohombres de la ética. Nosotros nos hemos sometido a la JEP, pero esos otros personajes no. Por eso estaba absolutamente preparado, por eso digo que yo no voy a rebatir patrañas judiciales, eso que lo hagan los abogados. Yo estoy en una acción política y con absoluta certeza no voy a dejarme extraditar, yo voy a dar mi última batalla aquí, en mi país”.
Advirtió que llevará su huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. “Ofrendo mi vida en esta huelga de hambre y esto va hasta las últimas consecuencias, que es la inanición. He prohibido cualquier tipo de intervención médica sobre mí y esa es la ofrenda que hago para que quede claro cuál es mi determinación de lucha y mi posición frente a estos acuerdos traicionados“, expresó.
Sobre la implementación de la paz, dijo que esto ya no depende de las Farc o del Gobierno, sino de los colombianos. “Que la gente asuma las banderas de La Habana y las haga cumplir. Las Farc han cumplido bajo el principio de buena fe, transitamos ya el pantano de la perfidia y nos asomamos a lo que puede ser en el caso de Farc un proyecto fallido. El proyecto de ley agraria que se ha presentado va en contravía, es una contrarreforma, una traición al campesinado, a las comunidades étnicas, al acuerdo de reforma agraria integral, han destrozado ese acuerdo”.
Por último, envió un mensaje a sus compañeros, “mi posición es seguir hasta el final en la lucha por su liberación, por la mía no porque creo que es una determinación más de orden político que veo irreversible. Mientras tenga fuerzas que sepan que con la frente en alto, con dignidad, en una acción claramente política de reivindicación me llaman a mantenerme firme hasta el final. Hay que comenzar a denunciar la traición a la reforma rural integral, a la sustitución con la política de erradicación, el hundimiento de la reforma política y que la gente exija el cumplimiento de lo que se pactó en La Habana”.