Por Jon Fano Letxepan / Resumen Latinoamericano / 2 de abril de 2018 /, Viento Sur
Hemen dado zure familia osoa eta berarekin batera zure betiko kuadrilakoak eta jende pilo bat. Zure familia guztiari zuzentzen diogu gure sentimendurik maitatuena, bereziki azken urteotan zure ondoan egon direnei.
Saliste del caserío con apenas 18 años y te integraste en ETA para luchar por la liberación nacional y social de este pueblo, Euskal Herria.
Te llamábamos “Troglo” desde un principio, apodo cariñoso con el que te hemos conocido a lo largo de toda la vida. Venías de Galdames, de la Enkarterria profunda, a cuyos habitantes, por su carácter rural, les llamábamos también cariñosamente trogloditas. A ti te dejamos solo con Troglo por algunas trogladas que llevaste a cabo, en especial cuando estuviste exiliado en Paris.
Durante varios años, junto al resto de la cuadrilla, compartimos la clandestinidad y el exilio. Con la vuelta a la legalidad en el año 77, militamos juntos en LKI-LCR y lugo en Zutik! A finales de los 90 nuestro recorrido político se dividió un poquito: yo retorné a la izquierda abertzale y tu te mantuviste de un modo autónomo junto a otros compañeros y compañeras procedentes de LKI y del mundo progresista cristiano, impulsando siempre diversas iniciativas sociales y políticas a favor de nuestro país.
A ti hay que reconocerte el gran trabajo que realizaste en el impulso de una Iniciativa Legislativa Popular en el año 1997 a favor de la reducción de la jornada de trabajo en el sector público a las 356 horas y por un salario social digno y de calidad. Esa iniciativa abrió las puertas a que en el año 2000 el gobierno de Gasteiz asumiera la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que hoy conocemos. Que si bien no ha logrado sacar de la miseria a decenas de miles de personas, sí al menos ha logrado atenuar la miseria extrema que padecen más de 100 000 personas de la Comunidad Autónoma Vasca.
En los últimos años, a pesar de tu enfermedad has seguido jo ta ke, animando nuevas iniciativas a través de la Fundación Hitz&Hitz, iniciativas en algunos casos en colaboración con la izquierda abertzale.
Siempre fuiste muy radical en tus iniciativas, procurando animar las mismas ante problemas sociales y políticos bloqueados. A veces eras un poco exagerado y terco. Pero siempre aprendimos algo de tus argumentos y en no pocas ocasiones tuvimos que reconocer el acierto de tus propuestas.
En los dos últimos años, con tu enfermedad ya avanzada, todos los domingos a la tarde quedábamos a tomar un café o chocolate con churros. Algunas veces nos acompañaba Oskar. Siempre me preguntabas por mi hijo, preso en Algeciras, y arreglábamos medio mundo. El otro medio lo dejábamos para el domingo siguiente y así sucesivamente. Pero siempre con la ilusión de avanzar hacia una Euskal Herria más justa y libre y un mundo libre de opresión y explotación.
Te voy a echar de menos, te vamos a echar de menos. Baina gurekin izango zara beti. Aurrera Troglo!