Posted: 27 Apr 2018 12:12 PM PDT
El accidente aéreo
producido hace 17 meses en el departamento de Antioquia, al noroeste de
Colombia, donde murió gran parte del equipo brasileño de fútbol
Chapecoense —en total fueron 71 personas—, se debió a falta de combustible y "deficiencias organizacionales"
de la empresa boliviana LaMía, a cargo del avión estrellado, informa la
Unidad Administrativa Especial de la Aeronáutica Civil colombiana.
En un comunicado oficial, publicado este viernes 27 de abril, el organismo dependiente del Ministerio de Transporte local asegura que la tragedia ocurrida el 28 de noviembre del 2016 se corresponde a varias fallas graves: "La empresa planeó sin escalas este vuelo chárter (transporte no regular de pasajeros) entre Santa Cruz (Bolivia) y Rionegro (Colombia), no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva ni el combustible mínimo de aterrizaje", detalla el escrito.
De modo más específico, las autoridades aclaran que el avión "tenía un déficit de 2.303 kgs de combustible". Asimismo, el texto explica que "ni la empresa ni la tripulación, aunque eran conscientes de la escasa cantidad de gasolina para terminar el vuelo en Rionegro, tomaron la decisión de aterrizar en otro aeropuerto". En efecto, describe que los empleados de la aerolínea a cargo del viaje descartaron hacer una parada previa en Bogota u otras ciudades cercanas, pese al peligro.
El informe contó con la participación de Colombia, Bolivia, Brasil, Estados Unidos e Inglaterra. Su elaboración fue producida por el Grupo de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia.
Vale recordar que la delegación de Chapecoense, al momento del trágico suceso, se encontraba viajando para disputar la final de la Copa Sudamericana de fútbol contra el Atlético Medellín, en lo que había sido el mayor logro deportivo en toda su historia.
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En un comunicado oficial, publicado este viernes 27 de abril, el organismo dependiente del Ministerio de Transporte local asegura que la tragedia ocurrida el 28 de noviembre del 2016 se corresponde a varias fallas graves: "La empresa planeó sin escalas este vuelo chárter (transporte no regular de pasajeros) entre Santa Cruz (Bolivia) y Rionegro (Colombia), no cumplió con los requisitos de cantidad mínima de combustible exigidos en las normas internacionales, pues no tuvo en cuenta el combustible requerido para volar a un aeropuerto alterno, el de contingencia, el de reserva ni el combustible mínimo de aterrizaje", detalla el escrito.
De modo más específico, las autoridades aclaran que el avión "tenía un déficit de 2.303 kgs de combustible". Asimismo, el texto explica que "ni la empresa ni la tripulación, aunque eran conscientes de la escasa cantidad de gasolina para terminar el vuelo en Rionegro, tomaron la decisión de aterrizar en otro aeropuerto". En efecto, describe que los empleados de la aerolínea a cargo del viaje descartaron hacer una parada previa en Bogota u otras ciudades cercanas, pese al peligro.
Falta de supervisión
Por otro lado, el organismo resalta la "falta de supervisión y control operacional". En ese sentido, subraya la "ausencia de llamados oportunos (tardía declaratoria) de 'prioridad' y 'emergencia' por parte de la tripulación cuando era inminente".El informe contó con la participación de Colombia, Bolivia, Brasil, Estados Unidos e Inglaterra. Su elaboración fue producida por el Grupo de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia.
Vale recordar que la delegación de Chapecoense, al momento del trágico suceso, se encontraba viajando para disputar la final de la Copa Sudamericana de fútbol contra el Atlético Medellín, en lo que había sido el mayor logro deportivo en toda su historia.
