Carlos E. Lippo, Resumen Latinoamericano, 22 de abril 2018.
“La milicia estadounidense ha advertido consistentemente que Siria no es Libia”
Mark Mardell, corresponsal de la BBC en Washington.
Mark Mardell, corresponsal de la BBC en Washington.
El grotesco e inútil bombardeo ejecutado sobre Siria por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido durante la madrugada del pasado sábado 14 de abril, sin aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que a priori lo define como ilegal por violatorio de la carta fundacional de la organización, parece haber llenado de euforia a la contrarrevolución venezolana, especialmente a aquella que “lucha a brazo partido” desde la comodidad de un teclado, aquí o desde Estados Unidos España, Colombia o cualquier otro lugar del planeta, a la que se le hace agua la boca y se frota las manos pensando que algo similar pudiese ocurrir con Venezuela.
Sostenemos que el bombardeo ejecutado por la coalición de los tres miembros de la OTAN, que son a su vez miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, fue una acción grotesca, con base en los siguientes hechos:
Sostenemos que el bombardeo ejecutado por la coalición de los tres miembros de la OTAN, que son a su vez miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, fue una acción grotesca, con base en los siguientes hechos:
• Como si fuese una gran hazaña bélica, el bombardeo fue anunciado por la Casa Blanca, con bombos y platillos, días antes de ser ejecutado aunque como es su costumbre, posteriormente lo negaran; y es que el propio emperador Trump, convencido de la derrota que experimentaría en la VIII Cumbre de las Américas en el caso de solicitar el apoyo para una intervención militar en Venezuela, optó por no ir a tal evento alegando que tenía que quedarse en casa para “supervisar” los bombardeos (1).
• A menos de 24 horas de ejecutarlo, James “perro rabioso” Mattis, el propio jefe del Pentágono dijo ante el senado norteamericanos que ellos no tenían ningún indicio de que el supuesto ataque con armas químicas que se pretendía castigar, hubiese sido perpetrado por las fuerzas de Al Assad (2), mientras los reyezuelos de las otras dos potencias agresoras, Theresa May y Emmanuel Macron, que si decían tener pruebas, se desvivían por mostrarlas aunque nunca lo hicieron.
• La infame acción fue perpetrada mientras existían serias dudas expresadas por la cancillería rusa (3) de que el supuesto ataque químico de Duma hubiese sido perpetrado por las fuerzas de Al Assad o que simplemente éste hubiese ocurrido y no fuese un montaje como posteriormente se demostró que lo era, por medio de varios videos grabados por supuestas víctimas del hecho (4).
• El alevoso ataque fue perpetrado antes de que inspectores de la OPAQ (Organización para la prohibición de Armas Químicas) asignados por la ONU para investigar el caso comenzaran su trabajo (3); siendo oportuno señalar que después de efectuada la investigación no encontraron ninguna muestra que les indicara la presencia de las supuestas armas químicas, ni mucho menos las declaraciones de las supuestas víctimas, poniendo en evidencia a los mandatarios de EE.UU., Inglaterra y Francia como los auténticos canallas que son.
• El ominoso bombardeo que simplemente pasará a la historia como un “falso positivo” más, del mismo corte que la falsa denuncia de la presencia de armas de destrucción masiva en manos de Sadam Hussein, que sirviese de pretexto para destruir a Irak, sólo se salvó de ser rechazado en el Consejo de Seguridad de la ONU por proposición de Rusia, debido a la infausta presencia como miembros temporales de dos sumisos miembros de la OTAN (Polonia y Países Bajos) y uno que está pujando por serlo (Suecia) así como de dos de los países más cipayos del planeta (Perú y Kuwait), que sumados a los votos de los tres miembros permanentes involucrados, hicieron posible obtener la mínima votación requerida de ocho votos.
Nos atrevemos a decir que fue un bombardeo totalmente inútil desde el punto de vista de los objetivos que sus autores le asignaron, por las siguientes razones:
• Por haber sido exitosamente repelido por el heroico ejército sirio, que logró derribar 71 de los 103 misiles disparados por la alianza atlántica (3), y ello sin contar con sistemas de armas modernos como los S-300 de los que dispone nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), pues es ahora cuando Rusia ha hablado de la posibilidad de suministrárselos.
• Por no haber quebrantado en lo más más mínimo la férrea voluntad de resistir del heroico pueblo sirio, que cuando dejaron de caer los misiles salió jubiloso a las calles a testimoniar que seguía en pie de lucha, apoyando irrestrictamente al gobierno revolucionario.
• Porque en el mejor de los casos, con tanto riesgo como el que corrieron, de precipitar al mundo en una atroz y terminal conflagración mundial, sólo alcanzaron a darle un respiro momentáneo a sus mercenarios, que a no dudarse pronto habrán de ser desalojados totalmente del territorio sirio.
Decimos que la contrarrevolución está buscando acelerar una intervención militar “humanitaria” en nuestro país, similar a la de Siria, a causa del tratamiento absolutamente apologético que han dado a dicho bombardeo: www.venepress.com,w ww.prodavinci.com, www.runrún. es y www.panampost.com, que son sin duda alguna sus portales web más “exquisitos”.
Una constante que se observa en todos ellos es que han dejado de lado el asqueroso eufemismo según el cual la “intervención humanitaria” del imperio como la que ellos llevan años solicitando, habría de ser un generoso reparto de alimentos y medicinas, casi en medio de unos coloridos juegos florales, para pasar a justificarla como lo que realmente es: una intervención militar con todos los hierros.
Una constante que se observa en todos ellos es que han dejado de lado el asqueroso eufemismo según el cual la “intervención humanitaria” del imperio como la que ellos llevan años solicitando, habría de ser un generoso reparto de alimentos y medicinas, casi en medio de unos coloridos juegos florales, para pasar a justificarla como lo que realmente es: una intervención militar con todos los hierros.
Es así que el portal panampost.com publica una entrevista con el abogado internacionalista Mariano de Alba (5), quien como un novísimo descubridor del agua tibia dice que aunque dicho ataque no ha sido legal, ya que para serlo ha debido ser aprobado previamente por el Consejo de Seguridad o ser un caso de legítima defensa, según su criterio fue sin embargo una acción “moralmente correcta”. ¡Asombra verdaderamente, ver tanta “sapiencia jurídica” desbordada!
Finalmente, este “genio” de la juridicidad internacional remata diciendo que efectivamente una intervención humanitaria en Venezuela podría tratarse también de una acción “moralmente correcta”; para seguidamente lanzar esta perla: “Lo que por el momento priva a Estados Unidos, es un tema presupuestario y que no quiere enfrentarse con el resto de los gobiernos de la región, que no están de acuerdo con ninguna intervención en Venezuela”.
El portal venepress.com pretende llegar mucho más lejos y es uno de sus más conspicuos articulistas, quien de la mano de Michael Walzer, el filósofo y profesor de Harvard, reputado “justificador teórico” de las intervenciones militares gringas, inicia un artículo diciendo lo siguiente: “Una intervención humanitaria es una intervención militar que se justifica por sus propósitos o intenciones humanitarias. A diferencia de la ayudas humanitarias que son solicitadas por gobiernos que cooperan con todos los recursos disponibles para su distribución, las intervenciones son ejecutadas contra la voluntad de los gobiernos quienes usan todas las fuerzas a su alcance para impedirlas” (6). Para proseguir con un farragoso discurso que convenientemente deja de lado a Walzer cuando éste plantea cosas como que una intervención moralmente justificada requiere de “La ausencia de intereses personales por parte del Estado que va a encabezar la intervención, así como de cualquier otro que pretenda unirse y participar en ella”; así como que “El objetivo de una injerencia no es, por tanto, apoyar las aspiraciones de una comunidad que pretende emanciparse, ni contrarrestar una intervención previa dentro de un conflicto, sino detener un comportamiento que conmueve la conciencia de la humanidad: fundamentalmente supuestos de masacre o esclavitud” (7). Requisitos ambos que jamás podrían ser cumplidos por una intervención gringa en Venezuela cuyo evidente propósito sería apoderarse de nuestros hidrocarburos y demás recursos minerales de carácter estratégico, así como llevar al poder a los nacionales vendepatria capaces de garantizarles semejante despojo.
Finalmente, este “genio” de la juridicidad internacional remata diciendo que efectivamente una intervención humanitaria en Venezuela podría tratarse también de una acción “moralmente correcta”; para seguidamente lanzar esta perla: “Lo que por el momento priva a Estados Unidos, es un tema presupuestario y que no quiere enfrentarse con el resto de los gobiernos de la región, que no están de acuerdo con ninguna intervención en Venezuela”.
El portal venepress.com pretende llegar mucho más lejos y es uno de sus más conspicuos articulistas, quien de la mano de Michael Walzer, el filósofo y profesor de Harvard, reputado “justificador teórico” de las intervenciones militares gringas, inicia un artículo diciendo lo siguiente: “Una intervención humanitaria es una intervención militar que se justifica por sus propósitos o intenciones humanitarias. A diferencia de la ayudas humanitarias que son solicitadas por gobiernos que cooperan con todos los recursos disponibles para su distribución, las intervenciones son ejecutadas contra la voluntad de los gobiernos quienes usan todas las fuerzas a su alcance para impedirlas” (6). Para proseguir con un farragoso discurso que convenientemente deja de lado a Walzer cuando éste plantea cosas como que una intervención moralmente justificada requiere de “La ausencia de intereses personales por parte del Estado que va a encabezar la intervención, así como de cualquier otro que pretenda unirse y participar en ella”; así como que “El objetivo de una injerencia no es, por tanto, apoyar las aspiraciones de una comunidad que pretende emanciparse, ni contrarrestar una intervención previa dentro de un conflicto, sino detener un comportamiento que conmueve la conciencia de la humanidad: fundamentalmente supuestos de masacre o esclavitud” (7). Requisitos ambos que jamás podrían ser cumplidos por una intervención gringa en Venezuela cuyo evidente propósito sería apoderarse de nuestros hidrocarburos y demás recursos minerales de carácter estratégico, así como llevar al poder a los nacionales vendepatria capaces de garantizarles semejante despojo.
Coincidiendo con estos representantes de la contrarrevolución, que ahora escriben liberados de todo tapujo, debo reiterar que los gringos no nos han invadido todavía porque no teniendo el valor necesario para hacerlo solos, no han conseguido apoyo ni siquiera entre los gobiernos más incondicionales del tristemente célebre “Grupo de Lima” y que la invasión habrá de tomar la forma de una “intervención humanitaria”.
El primero de los supuestos ha recibido una nueva y siempre útil comprobación en lo confiado por Evo Morales a Walter Martínez en una vibrante entrevista para el programa “Dossier” (8) del pasado 17 de abril, en relación a que en la reciente Cumbre de las Américas se le acercó un presidente latinoamericano, acompañado de otro, para decirle que Trump había solicitado a cuatro presidentes latinoamericanos que intervinieran militarmente en Venezuela, en septiembre pasado, días después de que en agosto nos amenazase con una intervención militar. El segundo de los supuestos deriva de que sería ésta la única forma de intentar cualquier tipo de justificaciones ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin entrar a analizar el hecho de que la negativa de los gobiernos latinoamericanos compelidos a acompañar a los gringos en esta aventura pueda ser un hecho inmutable en el tiempo, debo decir que existe un gobierno que aparte de quejarse lastimeramente como es su costumbre cuando es pillado en falta, no está en posición de negarle absolutamente nada a los gringos, cual es el gobierno burgués colombiano. Por ello es que debo reiterar por enésima vez que la intervención militar del imperio habrá de iniciarse por la frontera colombiana.
El hecho de que Colombia deba ir a elecciones en el próximo mes de mayo, que a juicio nuestro lamentablemente habrán de decidirse a favor de la ultraderecha en una primera vuelta, nos otorga una especie de moratoria de la invasión hasta que el nuevo gobierno se instale.
El hecho de que Colombia deba ir a elecciones en el próximo mes de mayo, que a juicio nuestro lamentablemente habrán de decidirse a favor de la ultraderecha en una primera vuelta, nos otorga una especie de moratoria de la invasión hasta que el nuevo gobierno se instale.
Sin embargo, responsablemente considero necesario alertar sobre las posibles implicaciones de la participación de la fuerza aérea colombiana conjuntamente con la estadounidense, entre el 13 de julio y el 03 de agosto, en el ejercicio aéreo “Red Flag” 2018 (Bandera Roja), que es un ejercicio avanzado de entrenamiento de combate aéreo que se lleva a cabo en la Base Aérea de Nellis (Nevada) y en la Base de Eielson (Alaska), que a decir de la página militar colombianahttp://www. webinfomil.com, este año contempla una simulación de combate global contra las fuerzas de una gran potencia (Rusia, China o Irán), en un hipotético teatro de operaciones en el cual no esté disponible la señal de GPS (9). Porque es que la guerra avisada también mata soldados.