Resumen Latinoamericano / 8 de mayo de 2018 / CI
Colombia se encuentra asistiendo a un espectáculo aterrador: el asesinato sistemático de líderes sociales y campesinos, que constituye un genocidio. Tan solo en lo que va corrido del año han sido asesinados más de 50 líderes sociales, defensores de Derechos Humanos y reclamantes de tierras. A esta cifra se suma el asesinato el 3 de mayo de Hugo Albeiro George, líder del movimiento por el medio ambiente Ríos Vivos, en Antioquia.
Esta violencia cobró en 2017 más de 100 vidas, un 32.5% más que en 2016. Los defensores y defensoras de Derechos Humanos son en la actualidad “una piedra en el zapato” de la política de paz del gobierno colombiano, según el informe anual elaborado por el Programa No Gubernamental de Protección a Defensores de Derechos Humanos -Pngpddh.
Hugo Albeiro George era de la zona rural del municipio de Puerto Valdivia, Antioquia. Allí Ríos Vivos, organización a la que pertenecía, reclama justicia y transparencia frente al proyecto hidroeléctrico HidroItuango. Este megaproyecto extractivista desplazó a las familias que habitaban las riberas del Cauca, pues pretende inundar zonas donde se hallan fosas comunes fruto de la presencia paramilitar en la región.
Este líder y defensor de Derechos Humanos fue asesinado con impactos de arma de fuego, en un ataque donde también murió su sobrino de 23 años, quien se desempeñaba como mototaxista. Tanto la organización como la comunidad han rechazado enfáticamente esta cadena de asesinatos. El gobierno poco o nada hace por proteger a las comunidades de la avanzada paramilitar.
Es necesario tener en cuenta que desde hace más de un mes la comunidad se encontraba denunciando (a partir de una serie de movilizaciones que fueron reprimidas por el Escuadrón Móvil Antidisturbios) las afectaciones causadas por el proyecto así como los incumplimientos por parte de la gobernación y de Empresas Públicas de Medellín -EPM.
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