Posted: 01 May 2018 10:10 AM PDT
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Autor: Álvaro Cepeda Neri *
I. Tras el grito de alarma ultraderechista de Mario Vargas Llosa y Enrique Krauze, los intelectuales de aquí, encabezados por Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda, se han lanzado contra López Obrador, repartiéndose en apoyar a Anaya o a “Mid”. Así que algunos empresarios organizaron en el Club de Industriales la conferencia “Escenarios Políticos”, para platicar sobre la elección presidencial que preocupa a gran parte de la elite del priismoempanizado. Invitaron, entre otros, a Luis de la Calle, a Leonardo Curzio y a Juan Ramón de la Fuente, quien navegando con insignia de independiente fue un duro crítico de la situación actual (sin decirlo: peñista), calificando a “la clase política de corrupta e inepta y que el gobierno en turno tiene los mayores niveles históricos de desaprobación y por eso el malestar ciudadano que impera en el país… yo a veces digo: ojalá y ya terminen, porque hemos oído una cantidad de cosas vacías, acusaciones con o sin fundamento, pero aún no empieza la campaña”. (El Universal, 16 de marzo de 2018).
II. Los participantes en esas pláticas se fueron por el mismo tenor. Leonardo Curzio cuestionó que López Obrador esté “sobreestimado” como puntero en las encuestas. Luis de la Calle mencionó que “lo mejor para el país es que hubiera una copiosa elección, porque serán los jóvenes y los indecisos, quienes definirán al próximo presidente”. Pero los Vargas Llosa, como Castañeda (subido a la nave de Anaya) y Aguilar (no estuvo Krauze), andan muy apurados para ver si paran al tabasqueño, porque aseguran que su populismo es dañino, sobre todo económicamente ya que ellos están a favor del neoliberalismo económico, con su liberalismo derechista político. No tardan en contratar a Vargas Llosa para que nos recete una “conferencia magistral” contra López Obrador. Los empresarios financiarían a quien cuando fue candidato presidencial y aseguró la generosidad ilimitada de la derecha peruana “la forma en que se gastó el dinero confirmó las peores acusaciones de sus oponentes” (Laurence Whitehead, Democratización, FCE).
III. A estos lisonjeros se suma el desafiante locutor de Radio Centro Jesús Martín Mendoza, quien no deja de mantener su enfurecida campaña de odio hacia López Obrador. Mientras se deshace en fastidiosos elogios, primero al PRI-Mid; luego, lambiscón con la esposa de Calderón. Y, finalmente, le echa porras al panista Anaya. Pero venga o no al caso, vomita en el micrófono su histeria-neurosis para atacar al candidato presidencial de centro-izquierda, mezclando sus opiniones al recitar noticias, creyendo que está autorizado a descalificar al representante de la oposición. Se le llena la boca para ensalzar al priísta, pues debe ser su preferido para votarlo, aunque más encajaría su modo de ser con Anaya. Siempre embravecido. Los Aguirre deben tenerle afecto para mantenerlo diciendo incoherencias y adjetivos altisonantes; y cuando algún radioescucha lo critica, se le va encima a mordidas, negando el derecho de réplica. Así que dándose ínfulas de “periodista”, ensaya para su aparición en televisión y, como siempre, dispuesto a elogiar funcionarios y, sobre todo, del peñismo.
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II. Los participantes en esas pláticas se fueron por el mismo tenor. Leonardo Curzio cuestionó que López Obrador esté “sobreestimado” como puntero en las encuestas. Luis de la Calle mencionó que “lo mejor para el país es que hubiera una copiosa elección, porque serán los jóvenes y los indecisos, quienes definirán al próximo presidente”. Pero los Vargas Llosa, como Castañeda (subido a la nave de Anaya) y Aguilar (no estuvo Krauze), andan muy apurados para ver si paran al tabasqueño, porque aseguran que su populismo es dañino, sobre todo económicamente ya que ellos están a favor del neoliberalismo económico, con su liberalismo derechista político. No tardan en contratar a Vargas Llosa para que nos recete una “conferencia magistral” contra López Obrador. Los empresarios financiarían a quien cuando fue candidato presidencial y aseguró la generosidad ilimitada de la derecha peruana “la forma en que se gastó el dinero confirmó las peores acusaciones de sus oponentes” (Laurence Whitehead, Democratización, FCE).
III. A estos lisonjeros se suma el desafiante locutor de Radio Centro Jesús Martín Mendoza, quien no deja de mantener su enfurecida campaña de odio hacia López Obrador. Mientras se deshace en fastidiosos elogios, primero al PRI-Mid; luego, lambiscón con la esposa de Calderón. Y, finalmente, le echa porras al panista Anaya. Pero venga o no al caso, vomita en el micrófono su histeria-neurosis para atacar al candidato presidencial de centro-izquierda, mezclando sus opiniones al recitar noticias, creyendo que está autorizado a descalificar al representante de la oposición. Se le llena la boca para ensalzar al priísta, pues debe ser su preferido para votarlo, aunque más encajaría su modo de ser con Anaya. Siempre embravecido. Los Aguirre deben tenerle afecto para mantenerlo diciendo incoherencias y adjetivos altisonantes; y cuando algún radioescucha lo critica, se le va encima a mordidas, negando el derecho de réplica. Así que dándose ínfulas de “periodista”, ensaya para su aparición en televisión y, como siempre, dispuesto a elogiar funcionarios y, sobre todo, del peñismo.
