Apoyando
a Maduro el pueblo venezolano le sigue metiendo el hombro al sueño
libertador del Niño Arañero. No sirvieron de nada los millones de
dólares que se gastaron los injerencistas y las oligarquías
latinoamericanas, en propaganda y mediatización tratando de
desacreditar la inteligencia natural, la dignidad y la Memoria
Histórica del pueblo venezolano que no se deja engañar con las artimañas
de los conspiradores.
Ellos
más que nadie saben que un voto mal dado los puede llevar de vuelta al
retroceso, como ha sucedido con la mayoría de países latinoamericanos en
los que el voto ha estado manipulado: con la doble moral, el odio, el
racismo, la homofobia, el clasismo, la cachurequería y la mente
colonizada. ¡Válgame!
Venezuela
es el oxígeno de Latinoamérica, por eso las amenazas constantes de
intervención militar estadounidense y aliados, por eso la perenne guerra
económica, la mediatización maniobrando propaganda que logra idiotizar a
multitudes alrededor del mundo, pero no a quienes con amor salen a
votar desde la alcantarilla para defender sus logros como pueblo.
¿Por
qué ese pueblo “hambriento” “desnutrido” “secuestrado” “torturado” por
el gran dictador Maduro, salió a votar por él cuando tuvo la
oportunidad de cambiar el rumbo de su historia votando por un partido
contrario? La propaganda le faltó el respeto a ese pueblo digno y lo
expuso internacionalmente como una sociedad sin capacidad de decisión y
de análisis, como lo son las otras en América Latina que tienen como
gobiernos a turbas de corruptos y genocidas que quieren convertir a la
Patria Grande en una bacinica.
La
resistencia es Venezuela es de un intelecto propio de los pueblos
inhóspitos y de los arrabales, el llano de vistió de fiesta y salió a
votar, el arrabal se unió a la gran fiesta popular para festejar los
logros de la Revolución Chavista.
Y
los injerencistas y las bandas de criminales de las oligarquías a pesar
de los millones de dólares gastados en sobornos y manipulación
mediática, en sus bravuconadas y fanfarronadas de intervención militar,
tendrán que aprender que los pueblos soberanos se respetan.
Mucho
tenemos que aprender en el resto de América Latina, de ese pueblo
venezolano que le dio una lección al mundo, nuevamente, defendiendo el
sueño de democracia y albedrío. La Revolución del Niño Arañero está más
viva que nunca, y se propaga como enredadera en aguaceros de primavera;
por linderos y llanos, reverdeciendo la voz, el canto y el fulgor de
la Venezuela Bolivariana que sigue siendo el oxigeno de la Patria
Grande, que más temprano que tarde hará realidad las utopías de los
soñadores y como sendero se abrirá al paso de los pueblos en libertad
que a propio pulso reescribirán la historia: de amor, memoria y
dignidad, porque es eso la América Latina que tanto nos quieren
arrebatar.
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Ilka Oliva Corado @ilkaolivacorado
21 de mayo de 2018, Estados Unidos.