Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 30 de julio de 2018.-
Un congreso “a puertas abiertas”. Así el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha definido lo que esta en curso en Caracas: el Cuarto Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido más grande de América Latina, del que es presidente. Un congreso crucial, que tiene lugar en un delicado momento de transición, sea a nivel nacional, que continental, y en la creciente agresividad imperialista que se ha vuelto más aguda por el desplegarse de la crisis sistémica del capitalismo.
El liderazgo chavista trabaja en un profundo plan de reordenamiento de la sociedad venezolana para retomar el control de la economía y de la producción nacional: con el ambicioso objetivo de “superar la dependencia del petróleo”, y con el firme propósito de sortear las sanciones impuestas por los Estados Unidos y por la Unión Europea. En este sentido mueven las medidas monetarias anunciadas por el presidente, que partirán desde el 20 de agosto, pero de las que se discutirán durante el congreso. Para subrayar la gran importancia del PSUV en la restructuración general del socialismo bolivariano, la discusión del congreso se extenderá al menos un mes.
La economía y la organización del partido son dos puntos centrales del debate, sobre los globales 7 que se discuten en base a cuatro documentos presentados por los presidentes de las comisiones. La relación inicial del presidente ha trazado el cuadro general, entrando en el mérito de algunos puntos críticos sobre los cuales discute el país: desde la corrupción a la inflación, desde la burocracia a la relación con los partidos aliados.
Maduro también ha propuesto a la dirección nacional que en la estructura del partido se forme una comisión permanente para la defensa y la transmisión de la historia de la Revolución Bolivariana. A propósito ha recorrido los antecedentes y las principales etapas, encuadrándolas en la historia del Gran siglo XX, el siglo de las revoluciones.
Como ya había hecho el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, ha rendido honor a los guerrilleros que durante la IV República han combatido en varias ocasiones a las “democracias camufladas” nacidas del Pacto de Puntofijo, del que fueron excluídos los comunistas. Una generación de cuadros que ha pagado un duro precio, buscando conquistar con las armas lo que luego logrará alcanzar con el voto, bajo la dirección de Hugo Chávez.
La reivindicación de aquella lucha y de los principios del socialismo, renovados en el presente, quedan como un punto de fuerza para un partido que ha sabido vencer sin cortar sus raíces, y que hace del balance un elemento fuerte de reconstrucción.
Traducción Gabriela Pereira