Resumen Latinoamericano / 15 de agosto de 2018 / HispanTV
El Partido de los Trabajadores (PT) desafía a los jueces e inscribe la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales de Brasil.
“¡Registro en manos! Ahora está oficializada la candidatura de @Lulaoficial para las elecciones de 2018. Lula es candidato”, ha escrito este miércoles el PT en las redes sociales.
El expresidente brasileño (2003-2010), que cumple una condena de 12 años y un mes de prisión por presunta corrupción sin pruebas que lo confirmen y es blanco de persecución política, es el candidato más popular para las presidenciales del 7 de octubre en Brasil. Según últimos sondeos, el líder popular ha duplicado en número de votos a cualquier otro posible contendiente.
El PT registra la candidatura de su fundador, confiado en que salga pronto de la prisión y haga la precampaña para las elecciones, pese a la condena que le puede dejar virtualmente inhabilitado.
“¡Este es el registro de la osadía del pueblo brasileño!”, ha destacado Walter Freitas, el presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT), una de las organizaciones progresistas que convocó una larga marcha, “Lula libre”, para reclamar la libertad del exmandatario.
“Llegamos hasta aquí a pesar del golpe”, ha señalado por su parte la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, antes del registro de la candidatura.
Con esas palabras, Hoffmann se refería a la destitución en 2016 de la entonces mandataria Dilma Rousseff, una medida que fue el primer paso en los intentos para “evitar que Lula pueda volver al poder”.
En la misma jornada del miércoles, miles de simpatizantes de Lula llegados de todo el país se han movilizado frente a la sede del Tribunal Superior Electoral (TSE) para acompañar a los dirigentes del PT durante la inscripción de Lula para los próximos comicios.
“Ellos creían que no íbamos a resistir, pero permanecimos de pie, hemos enfrentado a esos golpistas. Lula es candidato y representa a la democracia en nuestro país”, ha resaltado Rousseff, en medio de la multitud de brasileños.
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